Mayerling: ¿El principio del fin?

Hola a todos, lo primero presentarme, ya que soy nueva en el foro, pues recién lo descubrí. Siempre he estado interesada en la familia Imperial austríaca, y en la tragedia de Mayerling, soy española.
Quiero aportar un granito de arena al tema. Acabo de terminar de leer un libro titulado "
La maldición de Sissi"
escrito por Catalina de Habsburgo (nieta del Emperador Carlos I de Austria y de la Emperatriz Zita de Borbón-Parma). En el libro (que no es ni una novela ni una obra histórica sino una mezcla de ambas como se lleva ahora) apunta a que el "
suicidio"
de Rodolfo no fué tal, sino que se trató de un asesinato político. Al parecer el heredero se habia mezclado en una conjura contra su padre y como que a última hora se arrepintió y por este motivo sus "
camaradas"
lo liquidaron.
Si os parece puedo buscar el texto y copiarlo como ella lo relata.

Hola, Maite y bienvenida. Todos conocemos el libro de Catalina y lo hemos leído. Debatimos la muerte de Rodolfo y muchos estamos casi seguros que fue un asesinato político, pero ahora estamos en una teoría distinta a las que apunta Catalina. Lee el foro y danos tu opinión

Yo lo que me pregunto es que dirán los Habsburgo en la eventualidad que se llegará a probar que la Iglesia fue la responsable de la muerte del Kronprinz. No creo que lo acepten nunca. También es llamativo que se cargarán a los dos herederos reformistas y finalmente llegará al trono el católico Carlos, pero ya era tarde para todos -Iglesia e Imperio- y la caída fue estrepitosa. Qué ironía.

No lo encuentro tan enrevesado, todo va encajando.
Pimpinela nos tiene conmocionados. Yo estoy que flipo, tanto que ayer volví sobre mis viejos pasos: Zweig.

Mientras esperamos al domingo... hablo a solas. Aunque tal vez alguien quiera reflexionar, lejos de los prejuicios y los falsos presupuestos...

Nacido en el seno de una familia judía, antifascista y poco conservador, un testigo excepcional describe el mundo antes de 1914: el escritor austriaco Stefan Zweig, perseguido por los nazis que se suicidó en 1942, en Brasil, cuando comprobó que “El mundo de ayer” no sería nunca más. No se habrá ganado el cielo, pero sigue siendo un dios de luz propia.

Habla del imperio y de la dinastía con tanto amor, que tendría que pasarme horas recopilando textos suyos: su dolor cuando describe la partida de Carlos y Zita, la muerte de Rodolfo… Él reconoce haberse educado en la tradición del Imperio al que amaba… y era judío. Sin más comentarios.

Dejemos que hablé quien vivió y conoció aquel mundo. Extractos de su libro, “El mundo de ayer, memorias de un europeo”.


"
Nací en 1881, en un imperio grande y poderoso –la monarquía de los Habsburgos- pero no se molesten en buscarlo en el mapa: ha sido borrado sin dejar rastro.”

“Todo en nuestra monarquía austríaca casi milenaria parecía asentarse sobre el fundamento de la duración, y el propio Estado parecía la garantía suprema de esta estabilidad. Los derechos que otorgaba a sus ciudadanos estaban garantizados por el Parlamento, representación del pueblo libremente elegida, y todos los deberes estaban exactamente delimitados. Nuestra moneda austriaca, circulaba en relucientes piezas de oro y garantizaba así su invariabilidad. TODO EL MUNDO SABÍA CUANTO TENÍA Y CUANTO LE CORRESPONDÍA, …”

“… En aquel vasto imperio todo ocupaba su lugar, firme e inmutable, y en el más alto de todos estaba el anciano emperador;
y si este moría, se sabía (o se creía saber) que nada cambiaría…”

“En ninguna otra ciudad europea el afán de cultura fue tan apasionado como en Viena. Precisamente porque la monarquía y Austria no habían tenido éxitos en acciones militares, el orgullo patrio se había orientado principalmente hacia el predominio artístico.”

“… y el ciudadano, inconscientemente, era educado en un plano SUPRANACIONAL, COSMOPOLITA, para convertirse en ciudadano del mundo.”

“Viena, como bien se sabe, era una ciudad sibarita, pero ¿qué significa cultura sino obtener de la tosca materia de la vida, a fuerza de halagos, sus ingredientes más exquisitos, más delicados y sutiles a través del arte y del amor? Amantes de la buena cocina, preocupados por el buen vino, la joven cerveza amarga, los dulces y las tartas abundantes, los habitantes de esta ciudad también eran exigentes en otros placeres más refinados…”

“No era el mundo militar ni el político ni el comercial lo que se imponía tanto en la vida del individuo como de la colectividad;
la primera ojeada al periódico de la mañana de un vienés medio no iba dirigida a los debates parlamentarios ni a los acontecimientos mundiales, sino al repertorio de teatro…”

“El primer ministro, el magnate más rico, podía ir por las calles de Viena sin que nadie volviera la cabeza para mirarlo;
en cambio, cualquier dependienta y cualquier cochero reconocía a un actor de la corte o a una cantante de la ópera."


Este fue el mundo que se cargaron los aliados, para montar la sociedad masificada y aburrida del todo vale de Madonna y Micheal Jackson. Definitivamente yo pongo mis manos en el fuego por ese mundo de exquisita y refinada belleza. Prefiero quemarme en él que salvarme en éste.

Los prácticos pequeños burgueses que hoy pueblan la tierra, dirán que este mundo era impractico y que es exagerado, romántico, bla, bla, bla, y vomitaran toda su demagogia seudodemocratica e inmediatez. No creo que puedan, o quieran, comprender nada.

Pero a algunos… siempre nos quedará Viena.

Para Rosy.

"
María Antonieta"
de Stefan Zweig

http://www.librosgratisweb.com/html/zweig-stefan/maria-antonieta/index.htm

¿Ya te leíste el de la Hamman?

Leyendo lo anterior, los estractos del escritor, me sale unas dudas (preguntas):

¿Por qué no se cuentan estas cosas? Es decir, estas cosas no salen a la luz muy seguido.

¿Quién o quiénes quieren ocultarlo? Porque si no salen a la luz muy seguido, es porque no quieren que divulguen. Es decir, que hay interés en que no se sepa. A qué tendrán miedo?...

Se han contado, pero han sido ninguneadas y no demasiado publicitadas porque no convenía a los poderes establecidos que salieron vencedores en la guerra del 14;
pero en la literatura centroeuropea de la primera mitad del siglo XX, abundan estos relatos y descripciones de como transcurría realmente la vida en las fronteras del Imperio. Buena observación, lady Rosy.

¿Ya te leíste el de la Hamman?

Olvidé contestar lo anterior. Estoy en eso, en proceso. Es que leo un poco, despacio, sin prisas y con lápiz en mano. Para aprovechar mejor la lectura ;
)

A ver si entiendo mejor: Si no convenía a los intereses de los vencedores de la Guerra del 14 (Primera Guerra Mundial), entonces a quíen convenía? Porque no se podía decir que "
Al Imperio"
, ya que para ese tiempo, ya no existía de ninguna manera.

Se podría decir (siguiendo el hilo de ayer en este tema), que tampoco le convenía a la Iglesia. Pero creo que en ese momento, tenían otras prioridades encima.

Nadie dice que el Imperio fue PERFECTO, pero es evidente que fue un muy buen sistema de gobierno. Tenía mucho equilibrio y bien puestas las cosas, en órden. Se que se dirá: "
las monarquías quedaron en el pasado"
(yo lo escucho muchas veces, incluso dentro de mi familia), pero el tiempo que pasó el mundo bajo ellas, fue de un gran avance cultural, social, de tranqulidad y paz. A modo de ejemplo: la famosa era victoriana. De alguna manera permitieron esos avances que recordaremos siempre.

Helena escribió:Para Rosy.

"
María Antonieta"
de Stefan Zweig

http://www.librosgratisweb.com/html/zweig-stefan/maria-antonieta/index.htm

Gracias. Ya lo bajé y lo guardé. Ahora toca imprimirlo.

Helena,

Gracias por tu comentario respecto de mis convicciones religiosas, créeme que es el mejor piropo que puedo recibir.

Lo puse debido al comentario siguiente y que destaco en verde, y que me parece un tanto descalificador y que rebaja, a mi juicio, el debate.

Quiero dejar en claro que no no me anima personalizar el debate (de ahí que no identifico quién puso este comentario ya que no es lo importante) y estoy dispuesto a aceptar, así y todo, la tesis de la conspiración, por parte de la Iglesia. Como bien señala Hispano austriaco, una cosa es la religión y otra la organización que la sustenta conducida por personas y en cosecuencia, seres que se equivocan o actúan mal.

Ya aclaré que no creo que el mundo fue creado en siete días, etc... con lo que si me quedo es con el trasfondo del mensaje bíblico, explicado y matizado según el magisterio de la Iglesia.... pero la Sántisima Trinidad no cae en la categoría, a mi juicio, de "
fábula"
(para eso estarían las parábolas como el hijo pródigo, etc...).

Espero que sigan los aportes a la tesis que en principio encuentro muy interesante.

¿Acaso se cree usted el misterio de la Santísima Trinidad tal como lo anuncia la Santa Madre Iglesia? Espero, que en el caso de que sea un católico ferviente sepa diferenciar entre la fábula que nos contaban en las clases de religión y un dogma de fe, que sería el único sentido que podría tener para un verdadero creyente semejante relato.

Rosy, guapa, tampoco sería bueno desviar mucho el debate e irnos a la guerra de nuevo. Te contesté claramente que convenía a los intereses aliados, por eso no entiendo tu pregunta ni que tiene que ver la Iglesia ahora, la Iglesia es con relación a Rodolfo, pero no tiene nada que ver con al resultado de la guerra directamente, habrá propiciado el principio del fin en 1889, pero 1914 es otra circunstancia.

Cierto lo que dices, el mundo pasó siglos bajo las monarquías y nada impidió que avanzara, eso es una falacia más de la soberbia actual. No soy muy amante de la época victoriana, pues lleva aparejada la revolución industrial que sí causó mucho sufrimiento e injusticia para con los que tenían menos y fueron explotados como nunca antes en la historia de la humanidad.

En efecto el Imperio tendría muchos defectos, pero culturalmente fue una época esplendorosa que ya quisieran otros imperios poder exhibir hoy…

Juan, bien me conoces y sabes que no soy una creyente fetén, que discrepo mucho con la Iglesia, pero tampoco me gusta el ataque frontal a la institución que, si bien ha cometido y comete infinidad de errores y desmanes como todo sitio humano y no divino, aún así no podemos negar que todos somos culturalmente cristianos, me parece un despropósito y una negación absurda de nosotros mismos como civilización. Somos como cualquier otra civilización con nuestras grandes sombras y nuestras inmensas luces. Me molesta el ataque al catolicismo solamente, pasando siempre por alto otras tan o más integristas, porque que yo sepa en la religión católica jamás se ha apedreado a una mujer por adúltera, estaba condenado como en todo sistema de valores –no sólo religioso, dicho sea de paso-, pero vamos, no te apedreaban nunca en la plaza pública…

Y que conste que soy "
tridentina"
porque me gusta el rito y no tengo que entender mucho… y me encantan los papas Borgias, que yo después que apareció el monje infernal de Witternberg nada quiero saber… En fin, tampoco quiero ensalzarnos en un debate absurdo de la religión pues ya Hispanoaustriaco lo dijo: una cosa son las religiones y otras las instituciones.

Comprendido. Esperaré entonces la continaución de la exposición de los criterios que faltan para seguir en el misterio de Mayerling.

Cada vez me gusta más la historia de este Imperio. Y que conste que soy Romanov en lo referente a Imperios pasados.

Juanb, no me gustaría haberle ofendido, yo también soy católico aunque no practicante. Creo en Dios pero no en la iglesia. Y utilizé este comentario, a modo comparativo, para responder a Pedroro que creía en el suicidio como verdad absoluta. He podido observar que es usted un hombre de talante dialogador y si mis palabras fueron desafortunadas le ruego acepte mis disculpas. Seguiremos en contacto. Buenas noches

Me ha gustado esta frase de Hispano austriaco, con la que concuerdo plenamente:

“Con todo esto, me surgen varias preguntas. Una de ellas pasa por: ¿qué pensarán de este asunto y de este debate los monárquicos austriacos?
Sería interesante conocer su opinión, porque monárquicos en Austria quedan.”

No solo deben quedar austriacos, también húngaros, bohemios y de otros lados del imperio. Helena ha contribuido en algo, citando a ese gran súbdito que fue Stefan Swieg.

Estimado Pimpinela, la verdad no quise contestar de inmediato a la afirmación que hizo en su momento y como se creó este nuevo hilo pensé que no identificarían fácilmente quién lo escribió ya que, repito no quiero personalizar este tema ya que Mayerling me puede más. No era tampoco mi intención de que me pidiera disculpas, pero agradezco el modo respetuoso con que se me dirige.

La Iglesia... a ver, buen tema en si, pero no para este foro, sí puedo decir que a todo nivel nos pasa que, o nos hartamos de ella o lisa y llanamente discrepamos. Mi suegra hablando pestes de las monjas (pero jamás le pegaron) y yo, educado en colegios laicos e ingleses sí me tocó algún canning una que otra vez por lo que tengo más autoridad que ella para hablar aún mas pestes contra la educación laica que prescinde de Dios. La organización de la Iglesia tiene, para mi, de divina y humana y los problemas hay que buscarlos en esta útlima parte... pero en lo que es fe, doctrina y moral, suscribo sus planteamientos (otra cosa es cuando opinan de política, por ejemplo)... ahora de que necesita un "
comunicational emergency"
, al menos en Chile, para dar a entender su mensaje, es que lo necesitan en forma urgente!! Pero muchas veces confundimos lo institucional con lo religioso propiamente tal y ahí nos quedamos, perdiéndonos "
la mejor parte"
.

Ahora suscribo lo que Helena dice: nos guste o no el catolicismo, especialmente para los de habla hispana, o la tradición judeo cristiana, para el mundo occidental, es parte de nuestro ADN. Nos guste o no, y es un acervo que se debe cuidar y guardar para las generaciones venideras y con esto no me refiero sólo a catedrales u obras de arte religioso, me refiero a nuestra forma de relacionarnos con el creador a través de la Iglesia.

Tiempo atrás me tocó estudiar mucho del budismo terevada, debido a un viaje que estuve a punto de hacer a países que practican esa religión y la verdad, me quedo con mi Iglesia.... los encontré casi peor que los protestantes, mucha ética, autosuperación, doctrina incluso (lo que no es malo en si) y poco de amor.

Helena ¿tienes el discurso de Sarko que hizo cuando fue al Vaticano a recibir un reconocimiento que éste hace a los jefes de estado de Francia? Si no me equivoco tu lo publicaste una vez. Me gustaría pedirte que o lo publicases, si lo tienes a bien, o bien me lo mandes por emilio.

Saludos y buen fin de semana.

Juan, está colgado en el foro de Política y Sociales, donde he abierto un subforo para religiones y así no desviar este foro del tema de Mayerling y el Imperio. Sé que los temas se deben continuar en el foro donde surgen, pero como en el caso de éste estamos debatiendo algo tan concreto, vamos a intentar ceñirnos al tema.

Jimijoei, tantos grandes súbditos que fueron artistas talentosos, por algo sería, verdad? ;
)

Gracias helena. Y sí, sigamos con el tema que es específico, definido y bien acotado. :-)

Celebro mucho la participación y las teorías de Pimpinela, que han dado nueva vida a este foro tan interesante sobre la vida y muerte del célebre y enigmático archiduque Rodolfo, una de los grandes enigmas de la historia.

En las circunstancias nos encontramos con un personaje como Rodolfo, que a los ojos de los mortales como nosotros lo tenía todo: era apuesto, inteligente, sensible, poderoso, riquísimo y había nacido en una de las familias más nobles e influyentes del planeta. Rodolfo sin embargo, había padecido de algunas carencias emocionales que lo hacían sufrir. Algunos afirman que era proclive a las depresiones y a la melancolía, como muchos de sus parientes Wittelsbach, inclusive su madre. Su educación había estado a cargo de una generala, una mujer muy brillante y voluntariosa como Sofia de Bavaria, su abuela paterna. Sofía le arrebató los hijos a Sissi (salvo a Valeria) apenas después de nacer;
esta mujer insensible, pero muy consciente de la forma en que se educa a un monarca absoluto, escogió tutores muy estrictos para Rodolfo. Al parecer la consecuencia fue que este último desarrolló una serie de deficiencias de carácter que lo hicieron sufrir de depresiones y (a pesar de ser intelectualmente brillante) apenas pudo se inclinó a llevar una vida fácil y alegre, lo que no era nada raro entre la realeza de la época, ni mucho menos.

A Rodolfo le gustaban las mujeres disolutas y las tenía a montones, con la consecuencia que se contagió de gonorrea o sífilis, lo que le hizo la vida imposible y le anticipaba una madurez llena de padecimientos. Esta enfermedad le fue trasmitida a su esposa y ambos tuvieron que tratarse con aplicaciones de mercurio, las que producían un dolor atroz;
esto llevó a su médico a recetarle morfina, a la que se hizo rápidamente adicto, como suele pasar en muchas ocasiones. Uno de los efectos colaterales de la morfina (aparte de deteriorar los órganos, especialmente el corazón) , es que cuando el organismo del adicto siente la falta de la sustancia, experimenta una tremenda angustia, que puede llevar a sentimientos suicidas;
este puede ser uno de los elementos que influenció en Rodolfo, para que en varias oportunidades haya propuesto pactos suicidas a algunas de sus amantes, inclusive a su prima Marie Larisch. Cierto es que puede que sean habladurías, pero aparte de la versión oficial es lo único que tenemos.

Concuerdo completamente con la aseveración que Rodolfo no estaba locamente enamorado de la Vetsera y fue por la “imposibilidad de su amor” que el suicidio haya tenido lugar. La pobre Vetsera fue una más de las mujeres lindas que estaban a los pies de Rodolfo y ella debe haber estado muy enamorada y apabullada por él;
en opinión de muchos, Rodolfo necesitaba a alguien que lo acompañara en el difícil trance.

Los motivos para el asesinato, si lo hubo, pueden ser diversos: 1. Una pugna con su padre por el poder político, dadas las tendencias liberales de Rodolfo, en cuyo caso habría que culpar a su padre. 2. Alguna potencia extranjera que quisiera desequilibrar al Imperio. 3. Las personas u organización que se habrían contactado con él para complotar contra el emperador. 4. Un esposo o novio celoso de alguna de sus muchas amantes. Y 5. La iglesia, por el carácter poco religioso y hasta anti clerical de Rodolfo, o por algún conflicto muy serio.

1. La tesis de culpar al emperador creo que es fácilmente descartable y no cabe ni ahondar en ella.

2. La tesis de la potencia extranjera podría implicar a Francia o Alemania. Francia para “desestabilizar” al imperio y Alemania para evitar que Rodolfo, quien aparentemente era anti Alemán, rompiera los tratados y se aliara con las potencias occidentales.

Es poco plausible pensar que Alemania se lanzara a asesinar a Rodolfo, ya que quien ejercía el poder absoluto era Francisco José, quien en 1989 era un vigoroso hombre de 59 años, absolutamente vital y saludable, que llevaba una vida disciplinada y sana. Tan vital era que tenía amantes, ya que al parecer Sissi no era inclinada al sexo;
no sé si en esa época ya había aparecido en escena la famosa Katharina Schraff.

Tampoco es plausible la tesis de Francia. Asesinando a Rodolfo no se desestabilizaba al imperio, como que efectivamente no hubo ninguna desestabilización luego de su muerte;
ni siquiera hubo una crisis dinástica, ya que había un sin número de archiduques aptos para suceder a Francisco José, que es lo que ocurrió a su muerte. A Clemenceau no deberíamos ni mencionarlo ya que hemos visto que en la época de la muerte de Rodolfo, ese señor estaba alejado del poder político;
como dijo Pimpinela, formaba parte de la oposición y (esto no lo dijo pero era así) estaba dedicado gran parte del tiempo a la edición y publicación de su periódico. Clemenceau se convirtió en primer ministro de Francia recién 17 años después, hacia finales de 1906.

3. En algún medio se comentó sobre la posibilidad que alguno de los grupos liberales o separatistas se podrían haber contactado con Rodolfo y que al haber sido rechazadas de plano las sugerencias de complotar contra su padre, este grupo podría haberlo mandado asesinar. Esta tesis tampoco es plausible dado que lo más probable es que Rodolfo se lo hubiera comunicado a su padre inmediatamente y por otra parte este grupo no hubiera tenido los contactos ni la información apropiada para llegar a las habitaciones de Mayerling a matarlo.

4. La tesis de un esposo o amante celoso tampoco es plausible;
Rodolfo no era cualquiera y no se movía solo, tenía un chofer de carroza y alguien de seguridad con quienes iba a todas partes, la policía secreta austriaca lo vigilaba constantemente y el día de la tragedia estaban con él su mayordomo y el conde Hoyos, por lo menos.

5. Ahora viendo la tesis del Vaticano. Discúlpame Pimpinela, pero hasta el momento me parece que esta tesis tampoco es plausible. A pesar de haber nacido y sido educada como católica, yo creo en un Dios universal y no me gusta la gigantesca y protocolaria maquinaria que es la Iglesia Católica;
coincido con algunas religiones que reconocen al suicidio como una manera aceptable de terminar con la vida propia, si esta es insufrible y no vale la pena seguir adelante. Siento lástima de quienes se suicidan, pero no por el hecho mismo del suicidio, sino por el tiempo tan difícil que deben haber pasado antes de hacer algo tan dramático.

Es cierto y sabido que en ciertas etapas de la historia la Iglesia ha cometido todo tipo de actos, pero asesinar al príncipe heredero del imperio Austriaco eran palabras mayores y para ello se hubiera requerido de un complot mayor, que hubiera tenido que contar con la autorización de los más altos mandos del Vaticano, por no decir con la del mismo Papa. En muchas etapas de la historia ha habido conflictos serios entre la Iglesia y los monarcas católicos, ya que la Iglesia era no solo una autoridad espiritual/religiosa sino que fue un tremendo poder político, un Estado con grandes extensiones de terreno, poderío militar y todo lo requerido. Se me vienen a la mente los conflictos con Carlos V, Enrique VIII y con los Saboya al producirse la unificación Italiana. Es duro aceptar que hayan tenido el motivo, la capacidad y la audacia para cometer un acto tan atroz. Hacer algo así solo hubiera sido “justificado” si la existencia de la misma Iglesia hubiera estado en juego;
de otro modo no encuentro un motivo lo suficientemente poderoso para tamaño complot.

Como lo menciono antes, Rodolfo de Habsburgo se movilizaba con un equipo de gente;
su comitiva era mucho menor que la de sus padres pero al menos caminaba con 2 personas;
el día fatídico fueron con Rodolfo y la Vetsera al pabellón de Mayerling, su chofer, su mayordomo y el conde Hoyos, por lo menos. También hay que tener en cuenta otros factores: 1. El viaje a Mayerling no formaba parte de la agenda de Rodolfo, se suponía que debía asistir a una recepción en Hofburg esa noche. 2. El testamento de Maria Vetsera firmado días antes de la tragedia. 3. Las cartas de Rodolfo a su madre y hermana, quienes las hubieran reconocido como falsas si hubiera sido así.

Ese es mi punto de vista, en base a los escasos elementos que están a mi alcance, no soy historiadora ni mucho menos, solo una lectora compulsiva. Al igual que los demás participantes en este foro, estoy hecha toda oídos para recibir todas las teorías sobre este tema apasionante con mucha ansiedad.

Estoy de acuerdo con Helena que es mejor que nos centremos en el debate que nos ocupa y que los temas colaterales, muy interesantes, los abordemos en otro lugar del foro.

Mientras llega el domingo: http://anno.onb.ac.at/cgi-content/anno?apm=0&
datum=18890131&
zoom=1


Una pregunta: ¿Es cierto que Otto de Habsburgo posee el arma que mató a Rodolfo?

Las cartas de despedida de Rodolfo y el testamento de María Vetsera no aportan nada como pruebas para sostener el suicidio. No sería la primera vez ni la última en que se fabriquen pruebas en un crimen, ya sea para inculpar a un inocente o para aparentar un suicidio que encubra un asesinato. Todos sabemos lo común y fácil que es para la policía fabricar pruebas. Existen expertos calígrafos que pueden imitar cualquier letra y no creo que la Emperatriz fuera tan experta para descubrir que no era la letra de su hijo.

El Imperio sí fue desestablizado con la muerte del Archiduque, setecientos años no iban a caer en un día, sino que necesitaban un proceso. Roma tampoco cayó en un día, necesito 300 años de descomposición, el Imperio del Danubio solo 27 años. La teoría no es mía, sino de historiador Weathcroft.

He escuchado la teoría que Otto tiene la pistola, pero en todo caso me preguntó, ¿no sería que tiene el arma homicida fabricada y no la verdadera?
Me tiene muy intrigada que a los herederos reformistas se los cargaran -por un motivo u otro- y quedará el más católico de todos.

Como han entendido Hispanoaustriaco y Juan es mejor no desviarnos a temas colaterales. También como conocemos las posiciones de todos nosotros en este debate, sería prudente no exponer una y otra vez todas nuestras teorías de los muchos libros leídos y conocidos por todos, para no repetirnos y tratar de traer preguntas, ideas nuevas que se nos ocurran, ser más concisos para no irnos por los cerros de Úbeda. Una cosa que ayuda son las citas de historiadores y escritores muy reputados, para situarnos en el contexto. Gracias.

"
Todavía recuerdo, de cuando era niño, aquel otro día en que encontraron en Mayerling al príncipe heredero Rudolf, hijo único del emperador, muerto de un disparo. En aquella ocasión la ciudad entera se alborotó, presa de una gran agitación;
un gentío enorme se había congregado para ver la capilla ardiente y había expresado de manera abrumadora su pésame al emperador y el horror por la muerte, en la flor de la vida, de su único hijo y heredero, en quienes todos habían puesto sus mayores esperanzas, porque era un Habsburgo progresista y extraordinariamente simpático como persona.”

Stefan Zweig


Curioso en verdad que un novelista, ensayista, creado de todo un género como es la biografía psicológica, una pluma tan aguda y excepcional como la de Stefan Zweig no hablé de suicidio y solo diga “muerto”. Y descarta con su testimonio de primera mano, todas esas habladurías a posteriori en contra del talante de Rodolfo. Zweig que sí fue parte del Imperio y lo relata como nadie, nos cuenta la verdad y no la versión que otros echaron a correr después. De todos es sabido que Zweig nunca creyó la versión del suicidio, pero claro, con todo lo que les vino después, tantísimos de los testigos presenciales de la época que no lo creyeron porque no les cuadraba con la realidad que conocían del heredero, tampoco no podían decir o hacer mucho. El Imperio hubiera sobrevivido –lógicamente bajo otra estructura- si fuerzas foráneas no le hubieran destruido con tal saña. Esto cada día queda más claro, definido y se habla abiertamente.

Traigo de nuevo estas preguntas de HA, que me parecen cruciales, para que no se nos queden rezagadas en páginas
anteriores.

Hispanoaustriaco escribió:Pimpinela, puediendo ser perfectamente posible todo lo que expone, me pregunto:

¿Cómo la Iglesia tomó parte en un hecho de tan alto riesgo, sin que le llegara a salpicar?
¿Lo supo el Emperador en algún momento?
¿Fue la Iglesia la que fabricó las pruebas del suicidio y le hizo creer a Francisco José esa teoría?
¿Fue la policía secreta quien fabricó las pruebas?
¿La Iglesia lo hizo sola? ¿En coordinación con los servicios secretos austriacos?
¿Participó algún tercero en discordia?

.... ....

Espero sus respuestas.

Saludos.

Gracias Helena por traer de nuevo esas preguntas, para que no queden rezagadas en hilos anteriores de este foro y sin olvidar que es de cajón, que la policía y los grandes poderes, suelen fabricar todo tipo de pruebas cuando las necesitan para culpar a un tercero y desviar la atención de la opinión pública de la verdad.
Y de ello la Historia tiene varios ejemplos. Por recordar alguno, ¿Lee Harvey Oswald mató sólo a John Fitzgerald Kennedy? ... ... ¡¡ja, ja, ja!! ... ... Quién hoy día crea eso, qué perdido está.

Pimpinela, son las 00,13 de hoy domingo (hora española) y espero que no dejes tu aportación para muy avanzada la jornada. Esperamos impacientes noticias tuyas.

Me uno a la impaciente espera.

Helena escribió:
Como han entendido Hispanoaustriaco y Juan es mejor no desviarnos a temas colaterales. También como conocemos las posiciones de todos nosotros en este debate, sería prudente no exponer una y otra vez todas nuestras teorías de los muchos libros leídos y conocidos por todos, para no repetirnos y tratar de traer preguntas, ideas nuevas que se nos ocurran, ser más concisos para no irnos por los cerros de Úbeda. Una cosa que ayuda son las citas de historiadores y escritores muy reputados, para situarnos en el contexto. Gracias.

No creo estarme desviando del tema central del foro que es "
como murio Rodolfo de Habsburgo? fue asesinado o se suicido?"
. Algunos de los aspectos fundamentales que se toman en cuenta en los casos de suicidio son la personalidad, las circunstancias y el contexto de vida del occiso. En mi vida profesional he visto algunos casos de suicidio y el aspecto central es el perfil psicologico, ya que en efecto las pruebas circunstanciales pueden ser fabricadas.

Este no es un foro unicamente de historiadores (y a los que lo sean les pido disculpas por la lata que les damos) y muchos de quienes participamos, sea escribiendo o leyendo no somos especialistas en la vida de los Habsburgo ni en la historia del imperio. Dado que algunos participantes encontraban el asunto "
muy enrevesado"
, mi intervencion pretende dar un panorama sobre la situacion que se vivia en ese momento desde el punto de vista de los libros que he leido y que me han permitido (equivocadamente o no) formarme una opinion. No creo que sea necesario citar a un historiador para elaborar sobre hechos historicos (que muy bien pueden estar en controversia), porque si asi fuera entonces solo podrian participar en este foro los historiadores o quienes tienen la biblioteca al lado del computador.

Yo no soy ninguna experta grafologa pero si alguien me escribiera pretendiendo ser mi madre o hermana, pueden estar seguros que me daria cuenta de inmediato. En las epocas que nos ocupan la gente solia escribirse mucho mas de lo que se escribe ahora;
inclusive personas que vivian cerca una de otra intercambiaban cartas con frecuencia, era parte de la etiqueta de la epoca.

Hispanoaustriaco, claro que Oswald solo no mato a JFK, esta demostrado que las balas vinieron en distintas direcciones, pero ese es tema de otro foro. Sabes si esas publicaciones del link que posteaste estan en otro idioma que no sea el aleman? digamos ingles, frances o italiano? me encantaria poder leer lo que dijeron los diarios de la epoca, ya que tengo entendido que circularon versiones contradictorias al respecto. Gracias.

Marie

Hispanoaustriaco, nunca dejo de cumplir mis compromisos, y hoy volveré a estar con ustedes. Otto de Habsburgo tiene una pistola, cuyo origen es de dudoso rigor histórico. A éste tema hace referencia el historiador Jean des Cars. Debería buscar la información para poder explicárselo. Mas adelante, le doy mi palabra de que lo haré gustosamente. Como comprenderá, ahora estoy un poco colapsada. Bien, hasta dentro de un rato. Buenas noches.

Marie, he tenido en mis manos cartas del archiduque escritas en vida a diferentes testas coronadas de Europa, y también las que supuestamente escribió antes de su muerte, y le aseguro que a simple vista se deduce que no han surgido de la misma pluma. Los demás participantes en éste foro ya saben porque no las he colgado, pero ya lo haré. Leáse usted las últimas páginas del Colapso de un Imperio y allí explico las causas.

Marie, lo que quiero decir claramente es que perdernos en exponer una y otra vez el carácter de Rodolfo, queda un poco redundante. Creo que todos conocemos su historia y ha sido ampliamente comentada en el foro. En cuanto a citar historiadores, pues siempre estoy acostumbrada a citar, es un defecto que tengo… Justamente como no soy historiadora me gusta mostrar fuentes más expertas que mi subjetiva opinión, desde luego es este caso también es mi subjetiva opinión, valga la redundancia, la tuya puede ser otra, ¡faltaría más, mujer!

En cuanto a Hispanoaustriaco se nota que no traía para nada el tema de Oswald con el objetivo de discutirlo, lo citó simplemente como ejemplo y la intención quedaba muy clara.

Pimpinela, quería preguntarle algo con todo respeto y que, si bien es irrelevante al debate en sí, me confunde un poco: ¿es usted hombre o mujer? Lo digo con la intención de dirigirme a usted correctamente, pero si no desea aclararlo, lo comprendería sin el menor problema.

por su signo parece mujer, pero cuando usa definiciones sobre si mismo o misma lo hace en masculino.................... pimpinela....................... ¿ podría resolvernos el misterio si no es inmuscuirnos demasiado?

Mientras llega Pimpinela, publicado este 3 de abril en el portal andaluciainformacion.es:


Mayerling: un lugar de tragedia

03/Abril · 12:19 · José María Deira


Rodolfo de Habsburgo, quizás el príncipe más desafortunado de Europa, nació el 21 de agosto de 1858 en Laxenburg, residencia veraniega de la familia imperial austriaca, a unos treinta kilómetros de Viena.
Vástago de una poderosa y enraizada dinastía, era hijo de Francisco José I, emperador del poderoso Imperio Austro-Húngaro y de su querida y bella esposa Isabel, conocida mundialmente por la inmortalización que en el cine hizo de ella Romy Schneider, en el papel de "
Sissi"
.
Nada más nacer, le fue entregado a unas nodrizas para que lo criasen, al entender el emperador y su corte que Isabel era incapaz de hacerlo adecuadamente. No lejos de su madre, pero separado de ella y sin su refugio, Rodolfo creció hasta los siete años como un niño asustadizo y de carácter débil, por lo que su padre decidió entregarlo a un preceptor que lo endureciera y así, eligió al General Gondrecourt, noble a la sazón, para que cuidara de la instrucción del pequeño, al que su padre quería convertir en un militar en miniatura. Poco se sabe de este general que, por las noches, despertaba al niño disparando un revolver cerca de sus orejas, o lo introducía en baños helados hasta que casi perdía la conciencia por hipotermia, pero algo debió ocurrir en el seno de la familia que decidieron cambiar de tutor para continuar la educación del heredero.
Las cortes europeas elegían preceptores para los vástagos, sobre todo si era el heredero del trono, entre el clero, la nobleza o la milicia y en estos tres estamentos se nombraron profesores entre las personas más capacitadas de la corte de Viena, las cuales tuvieron ocasión de comprobar por sí mismos las graves secuelas que la dura educación dejaron en el adolescente. Rodolfo despertaba histérico por las noches y sufría verdaderos arrebatos de pánico ante situaciones cotidianas.
De entre estos preceptores destaca el conde Latour, que vio de lejos la viva inteligencia del muchacho y supo inculcarle el interés por el conocimiento, que en el abonado terreno de Rodolfo, prendió rápidamente. Pronto aprendió la gran mayoría de las lenguas que se hablaban en el imperio que un día habría de heredar y empezó a destacar en todas las disciplinas relacionadas con la naturaleza, cultivando una verdadera afición por el dibujo. Eso y su pasión por la ornitología le impulsaron a dibujar una gran cantidad de especies de pájaros, cuyos dibujos completaba con notas sobre características, costumbres, hábitat, etcétera. También demostró una gran pasión por la milicia, entregándose al estudio de todas las disciplinas militares.
Tanto fue su progreso en este campo que en el año 1880, cuando contaba veintidós años, su padre le nombró Comandante General de Infantería en la ciudad de Praga y posteriormente en Viena, capital del inmenso imperio.
Fue con toda probabilidad en esa época, en la que gustaba de frecuentar burdeles que dieran salida a su carácter mujeriego cuando contrajo la temida enfermedad de la sífilis, de la que en aquella época era difícil librarse, ni siquiera con la castidad, pues más casto que un Papa no se concibe persona y varios de ellos la padecieron.
Siguiendo la costumbre de la época, sus padres arreglaron un matrimonio de conveniencia con Estefanía, hija del rey Leopoldo II de Bélgica, matrimonio que Rodolfo convirtió en una farsa y tras el nacimiento de una niña, a la que pusieron por nombre Isabel, no volvió a frecuentar el lecho de su esposa. Es muy posible que la sífilis que contagió a su esposa produjera efectos en ésta, hasta el extremo de impedir una nueva concepción, o que fuese desaconsejado por los doctores de la corte el que volviera a quedar embarazada. Falto de motivación para buscar un heredero, volvió a su vida de placeres y desenfreno. Eso le llevó a morir sin descendiente varón, al menos conocido.
Nombrado por su padre Mariscal de Infantería, dedicó parte de su tiempo a viajar y entre uno y otro de esos viajes conoció, en las carreras de caballos de Viena, a quien acabaría por acompañarle para siempre en el último periplo, la joven húngara María Vetsera, hija de una poderosa familia de la aristocracia rural de Hungría y muy bien relacionada en su país.
En el escaso tiempo que permanecieron juntos, el heredero entró en contacto con personas influyentes de Hungría, contribuyendo a forjar su idea de imperio, que distaba mucho de la que su padre practicaba.
Rodolfo era un liberal y un romántico. Frente al yugo que uncía a los diferentes territorios del imperio, él pensaba en la federación de naciones bajo una dirección única y con un nivel de autonomía muy superior al que disfrutaban y en ese caso, Hungría era territorio privilegiado. Para él, la corona debía controlar el imperio extendiéndose por los Balcanes y llegar hasta Rumanía y a su vez, firmar alianzas con otros países limítrofes como Grecia o Bulgaria.
En tiempos de turbulencia europea, no podía ser bien vista la apetencia anexionadora de un imperio ya de por sí poderoso y entre los más fuertes opositores a esta idea había de encontrarse Rusia, a la sazón primera potencia del continente tras haber derrotado y desmembrado al imperio francés de Napoleón.
La otra potencia era Prusia, que en aquel momento emergía en una Europa convulsionada por la creación de nuevos estados y que no era rival suficiente para el poderoso Imperio Austro-Húngaro.
Evidentemente los pensamientos de Rodolfo no habrían de despertar ninguna ilusión en Francisco José I, es más, el emperador no estaba en absoluto de acuerdo en molestar a los rusos y desechaba completamente las ideas revolucionarias de su hijo.
Eso y la entrada en contacto con diversos sectores de la sociedad húngara, nacionalistas convencidos, que su amante María le proporcionaba, le hizo confeccionar un plan para dar un golpe de estado en Hungría y hacerse con el poder, tras el que sería proclamado rey de aquel país y ejercería su poder, además, sobre las provincias del este de Austria, debilitando así el imperio de su padre, el cual, posiblemente informado por tanto espía como recorría Europa en la época, decidió que su hijo se encontraba enfermo y le recluyó en una isla del Mar Adriático durante unas semanas, pero Rodolfo no sanó de sus delirios y volvió a Viena a principios de 1889 con la intención decidida de llevar adelante su golpe de estado.
Mientras, Hungría, que siempre fue un hervidero, empezó a entrar en estado de ebullición, pero las revueltas que se iniciaron fueron sofocadas o por la fuerza o con la colaboración de la nobleza y los estamentos del poder. Fracasado el intento, Rodolfo compareció libremente ante su padre en la mañana del 28 de enero de 1889, manteniendo con él una conversación que no ha trascendido, pero tras la cual, el emperador fue hallado en el suelo inconsciente.
Rodolfo marcha con su amante a su pabellón de caza preferido, situado en Mayerling, quizás ya firmemente convencido de que tras la traición a su padre y su fracaso secesionista, no le quedaban muchas opciones que jugar y su única salida digna era acabar con su vida. Si María quiso hacer el viaje con él de forma voluntaria, o si Rodolfo se la llevó para evitar dejar testigos de su felonía, es algo que no se sabe con certeza, lo mismo que se desconoce qué ocurrió en el dormitorio de la pareja desde que entraron en él, hasta las primeras horas de la mañana, en las que el ayuda de cámara del príncipe halló los cadáveres de ambos sobre la cama.
María yacía completamente fría, pero Rodolfo aún estaba caliente cuando fueron descubiertos los cuerpos que presentaban sendos orificios de bala. Muy cerca de ellos un revolver.
Suicidio pasional. Crimen de estado. Venganza paterna o de esposa despechada. Nada de esto ha quedado suficientemente claro y en gran medida por el oscurantismo practicado por la propia corte vienesa, que lejos de explicar de manera clara y terminante lo sucedido, se enroscó en sí misma evadiéndose de toda explicación y dando pábulo a la habladuría y la especulación e inyectando una dosis de morbo sobre un tema ya de por si apasionante.
¿Qué hubiese sucedido de cumplirse las aspiraciones de Rodolfo? Eso entra en el terreno de lo adivinatorio, pero muy probablemente hubiese cambiado el rumbo de la Historia;
muerto sin descendiente varón, le sustituyó en línea sucesoria su primo, el Archiduque Francisco Fernando, cuyo asesinato en Sarajevo, a manos de un terrorista serbio, fue el detonante de la Primera Guerra Mundial, al declarar Austria la guerra a Serbia.

http://www.andaluciainformacion.es/portada/?a=42199&
i=1

Mientras llega Pimpinela y con el permiso de todos, incluido el de Helena, un apunte más:

http://www.elpais.com/articulo/opinion/EUROPA/maldicion/Habsburgo/elpepiopi/19830630elpepiopi_11/Tes


TRIBUNA: FERNANDO DEL PASO

La maldicion de los Habsburgo

FERNANDO DEL PASO 30/06/1983

La maldición de los Habsburgo no comienza con el suplicio al que fue sometido por sus médicos Alberto I, quien pasó días enteros colgado de los pies para que se drenara el veneno que supuestamente le había suministrado algún súbdito o pariente asesino. No termina tampoco con el cadáver de Fernando Maximiliano colgado de los pies de la cúpula de la capilla de un hospital de México para drenar los líquidos de un primer embalsamiento, a tal punto perfunctorio y perecedero, que el cuerpo del desdichado archiduque no sólo comenzaba a despedir miasmas deletéreos: la carne se le había puesto negra y quebradiza. Siglos antes de Alberto y varios monarcas envenenados, varios príncipes ahogados y reyes locos, la maldición nace en un cantón suizo donde se levantaba el castillo de los halcones, o havichsburg, de donde se deriva el nombre de la dinastía: dice la leyenda que en ese recinto poblado de altaneras aves, uno de los primeros Habsburgo violó a una Joven y que ésta murió al dar a luz a un niño que nació muerto, y junto con el cual fue sepultada. De la misma manera, años y décadas después de que Fernando Maximiliano recibiera el tiro de gracia que acabó con su vida y con su imperio en el cerro de las Campanas, la maldición se manifestó tina y otra vez, hasta llegar al asesinato de Sarajevo, el 28 de junio de 1914, del archiduque Francisco Fernando y culminar en 1922 con la muerte, en Madeira, del último de los emperador.es Habsburgo, Carlos Francisco. Fue entonces, dicen, que los halcones que habían seguido a los Habsburgo desde el cantón suizo de Aargu a sus residencias imperiales de Viena, abandonaron para siempre el palacio de Schönbrunn y, con ellos, también la maldición levantó el vuelo.En el gran público, el conocimiento de los anatemas a los que supuestamente han sido condenadas algunas familias dinásticas, o al menos de espesor dinástico, produce un efecto tranquilizador que va más allá de la catarsis aristotélica por el simple hecho que los personajes de la tragedia o tragedias encarnan sus propias vidas y no las de Edipos o Macbeths imagínarios. Lo que quiere decir que la justicia divina es algo más que una especie de Deux ex machina al servicio de los dramaturgos, y que trasciende al escenario de la vida irreal para castigar la arrogancia y la prepotencía de los ricos. En otras palabras, el dinero no es la felicidad. Tampoco el poder. Allí tienen ustedes a los Habsburgo, a los Kennedy. Y qué triejor prueba que Paul Getty, quetanío sufrió en vida, el pobre.
Por supuesto que el poder, por sí solo, y por razones que tienen todo de humanas y nada de divinas, atrae la violencia y la muerte: nada más natrural que envenenar a un rey para heredar su trono y su fortuna, o que arrojarle una bomba a un líder para cambiar, quizá, el curso de una revolución. Pero,aparte de todos los fratricidios y parricidios, tiranicidios y regicidios que en el mundo ha habido por esos y otros motivos más o menos profanos, y de los casos de insania frecuentes en las antiguas familias reales, debido no a una decisión arbitraria de la providencia, sino a las leyes de la genética, no existen pruebas de que los poderosos y los ricos, por el simple hecho de serlo, sean más desdichados. Más bien de lo contrario: los ricos viven muy bien y son más felices que los pobres. El verdadero azote, la verdadera maldición, no de unas cuantas familias, sino de cientos de millones de ellas de todo el mundo, ha sido la miseria, la abyección que han arrastrado por generaciones enteras, por siglos. Pero como dijo -¿lo dijo Lenin?-, la muerte de un individuo es una tragedia;
la muerte de miles, cuestión de estadísticas. Y si la tragedia de ese individuo está aureolada por la pompa real y, las circunstancias macabras, mejor todavía.Si esto viene a cuento ahora, es porque una de las manifestaciones más célebres de la maldición de los Habsburgo ha vuelto a ocupar la atención del público. El 31 de enero de 1889, el príncipe Rodolfo, heredero del trono de Austria-Hungría, fue hallado muerto, de un tiro en el pabellón de caza de Mayerling, cercano a la población del mismo nombre, en la baja Austria. A su lado, nuerta también, y cubierta de osas, estaba su amante, la baronesa María Vetsera. Pasados el trauma y lA sorpresa del hallazgo, la versión oficial fue que Rodolfo había dado muerte a María Vetsera y después se había suicidado. Para lograr que el Papa de turno autorizara la inhumación el príncipe en tierra sacra, el gobierno austriaco añadió que Rodolfo sufría de un trastorno mental, y que por lo mismo no había sido responsable de sus actos. A esto siguió pronto la versión popular y romántica: ante la imposibilidad de casarse con María Vetsera -por estar ya casado y ser el heredero de una monarquía católica-, Rodolfo hizo un pacto suicida con su amante, a la que amaba, claro, con delirio, como lo sabe todo aquel que tuvo oportunidad de ver a Charles Boyer en La tragedia de Mayerling. Otras versiones, menos conocidas por el público, circularon entonces y durante algún tiempo. Se, dijo, por ejemplo, que su propio padre, el emperador Francisco José, lo había mandado matar porque Rodolfo, entre cuyas malas costumbres figuraba la de tener amigos socialistas y anarquistas y publicar artículos con seudónimo en los periódicos antimonárquicos, representaba un peligro para la estabilidad del imperio. Se llegó a decir, incluso -ninguna teoría es despreciable si con ella se logra escribir un best-seller- que el príncipe y María Vetsera habían huido de Europa, disfrazados, y que la Casa de Austria, para no enfrentarse a la vergüenza de confesarlo al mundo, alquiló dos cadáveres -o los improvisó-, los vistió de Rodolb y María y como tales los enteró, mientras los verdaderos amantes se enterraban vivos en el anonimato y entre las palmeras y las orquídeas de una jungla americana parecida a las que inventaba Bernardin de Saint-Pierre.
Ahora, y a casi 100 años de la tragedia de Mayerling, ha surgido una versión más. Con la diferencia de que es un miembro de la augusta familia y Casa de Austria quien la ha formulado, y prometido que dará, pronto, más detalles y pruebas. Según parece, el rey Juan Carlos, en una reunión informal que tuvo hace tiempo con el entonces canciller austriaco, Bruno Kreisky, intercedió a favor de una parienta suya, hija de Pedro de Borbón: se trataba nada menos que de Zita, la última emperatriz austriaca, viuda de Carlos Francisco, ya nonagenaria, y quien deseaba regresar a Viena a pasar sus últimos días. Kreisky logró que se levantara la prohibición que impedía el retorno de la emperatriz, y Zita, ya instalada en la capital de su antiguo imperio, hizo sus primeras revelaciones. El príncipe Rodolfo, según ella, fue asesinado, pero no por su padre, sino por sus propios amigos. Éstos se habían confabulado para dar muerte al emperador Francisco José, y Rodolfo amenazó con denunciar la conspiración.
Los historiadores se muestran escépticos y piensan que Zita no podrá presentar las pruebas suficientes y que por lo mismo la tragedia de Mayerling permanecerá envuelta en el misterio. Pero, aunque así fuera, es difícil imaginar cómo una revelación de esa clase, por fundada que esté, pueda interesar o conmover a nadie. a estas alturas -aparte de los especialistas y, quizá, de los austriacos-, más de lo que pueden conmover a asombrar todavía los detalles accesorios y truculentos, independientes del motivo del crimen o suicidio a dúo, y que, desde luego, nunca aparecieron en los folletones, las películas y toda la basura sentimentalista que provocó Mayerling. Truculencías como: en un intento de ocultar al menos la muerte de María Vetsera, se decidió que dos de sus tíos la tomarían cada uno por un brazo y la bajarían por las escaleras sosteniéndola de pie. Pero resultó que la bala, que le quitó la vida a la amante de Rodolfo le rompió también el cuello y, pasado el rigor mortis, la cabeza de María Vetsera parecía de trapo, por lo que hubo que amarrarle un palo a la espalda, y el cuello, al palo. Además, como a causa del impacto de la bala se le había saltado un ojo, que quedó colgando del nervio óptico sobre su mejilla, hubo que colocarlo de nuevo en su lugar. Ahora bien: si lo del pacto suicida fue cierto y cierto también que Rodolfo mató a María Vetsera la noche anterior, luego la cubrió de rosas y después esperó el amanecer para levantarse él mismo la tapa de los sesos: ¿la quiso así, la adoró así toda la noche, con el ojo fuera? ¿O lo colocó en su órbita y el ojo volvió a saltarse?
Son esta clase de tremendismos, más que los motivos del crimen o la muerte misma, los que alimentan la leyenda de las maldiciones. Aunque a veces, con tal de justificar las maldiciones, se considera como malditos a quienes no lo fueron tanto. Por ejemplo, y a propósito de ojos: aunque a Alberto I se le incluye entre todos aquellos Habsburgo que sufrieron en carne propia la maldición que pesaba sobre la augusta casa que fue martillo de los herejes, como la llamó Gracián, la verdad es que, tuerto, pero vivo -la congestión de la sangre en la cabeza le estropeó un ojo-, reinó varios años más. En cambio, Maximiliano, además de perder la vida, perdió el azul de sus ojos: como los médicos juaristas no encontraron en toda la ciudad de Querétaro unos ojos de vidrio azules para el cadáver recién embalsamado, le arrancaron los ojos negros a una santa Úrsula de tamaño natural, y se los pusieron al emperador sin pestañear.

Según tu avatar, no deberías pedir permiso ¿el absolutismo no era lo propio de Francisco José?

Además, como a causa del impacto de la bala se le había saltado un ojo, que quedó colgando del nervio óptico sobre su mejilla, hubo que colocarlo de nuevo en su lugar. Ahora bien: si lo del pacto suicida fue cierto y cierto también que Rodolfo mató a María Vetsera la noche anterior, luego la cubrió de rosas y después esperó el amanecer para levantarse él mismo la tapa de los sesos: ¿la quiso así, la adoró así toda la noche, con el ojo fuera? ¿O lo colocó en su órbita y el ojo volvió a saltarse?

Vaya manera de matar a una amante en un pacto suicida...

¿No podía haberla apuntado al corazón, no solo más compasivo, sino para que quedará más guapa? Vamos que la estética es muy importante en una historia de "
suicidio"
como dicen que fue ésta

Hola a todos. Ante todo, y ya que Helena y Andrómeda me lo han pedido, les voy a aclarar la cuestión: Soy mujer. Al principio no especifiqué mi sexo, creía que mi intervención en el foro sería breve y esporádica. Como ustedes empezaron a tratarme como hombre, lo encontré divertido y no me molesté en aclararlo. Pero tenía que releer mis escritos para cambiar el género, y últimamente la cosa se estaba complicando. De no haberlo ustedes preguntado no habría tardado mucho en revelar la verdad.
En otro orden de cosas, y en respuesta a las pregunta de Hispanoaustriaco, le diré:
Siempre desde mi punto de vista, que coincide con el de varios historiadores, la iglesia austriaca tomo parte en el asesinato del kronprinz ayudada por consejeros papales, por el sector ultramontano de la familia Habsburgo y por los servicios secretos austriacos, por eso no se salpicó, ni creo que se sepa nunca la verdad. También, a mi modo de ver, León XIII no participó en dicho complot;
aunque podía estar en desacuerdo con el príncipe pues no era un acérrimo defensor de la democracia, y según él, la desigualdad de clases era premisa inalterable de la condición humana, defendió a los obreros y fue un papa dialogador y alejado de las conspiraciones. Y si se tiene en cuenta, que era el primer pontífice que subió al solio papal después de la pérdida de los Estados Pontificios, estaba muy ocupado en mantener a raya al gobierno de Humberto I, entonces rey de Italia, que había elaborado una legislación anticlerical, que generó diversos incidentes en contra de la iglesia. En 1889 León XIII empezó a pensar en el exilio y llegó a solicitar al emperador Francisco José que le acogiera en sus territorios. El soberano no dio la respuesta deseada. Y finalmente el papa continuó en el Vaticano.
El nuncio de León XIII en la capital del Imperio, Mgr Luigi Galimberti, se expresó en estos términos al príncipe de Reuss, embajador de Guillermo II en Viena:
“La herida del príncipe imperial no iba de derecha a izquierda, como se ha declarado oficialmente, y como habría sido natural en caso de suicidio, si no que entró por detrás de la oreja izquierda y salió por encima de la cabeza. En el cuerpo se han encontrado otras heridas. Han explicado la destrucción de la superficie craneal, porque el revolver fue disparado desde cerca y la explosión provocó esta degradación.” ¿Cómo podía saberlo si no estaba en la “habitación maldita”? –se pregunta Jean des Cars.
En cuanto al telegrama cifrado de dos mil quinientas palabras, que se supone se encuentra en el Archivo Vaticano, el año pasado lo solicité a su secretario Mgr Sergio Pagano y como respuesta recibí un documento de la Segreteria di Stato que contenía un breve telegrama en italiano del emperador anunciando al santo padre la muerte de su hijo.
Con estos elementos juzguen ustedes mismos.
Me preguntan si el emperador supo lo que iba a suceder. Les puedo decir que, el día 31 de enero por la mañana Franz Josef creía que la amante de su hijo lo había envenenado con cianuro potásico. A partir de esta teoría se elaboró la primera versión oficial, en la que se decía que el deceso del kronprinz fue debido a un ataque de apoplejía. Entonces, un médico de la Corte comunicó al soberano la verdadera causa de la tragedia, y el gobierno de Taaffe enmascaró la verdad con la palabra suicidio.
Creo haber respondido a todas las preguntas de Hispanoaustriaco en esta exposición. Me queda por responder otras preguntas de Helena referentes a los Habsburgo actuales y a la relación que pudiera existir entre la muerte de Rudolf y la de Franz Ferdinand, que gustosamente, al igual que el tema de la sífilis les expondré el martes, porque hoy tengo invitados y no puedo demorarme más. Aunque dejaré el ordenador en marcha y de vez en cuando entraré en el foro.
Un saludo

Excelente su trabajo, Pimpinela. La felicito, me ha dejado usted muda. No imaginé nunca que nadie en España podría lanzarse a una investigación de tal envergadura sobre la muerte del Kronprinz. Espero gustosa al martes y permítame una pregunta más para entonces, dice:

la iglesia austriaca tomo parte en el asesinato del kronprinz ayudada por consejeros papales, por el sector ultramontano de la familia Habsburgo y por los servicios secretos austriacos, por eso no se salpicó,

¿A quién concretamente de la familia Habsburgo se refiere?
Descartando por lo que ha expuesto que fuera al Emperador.

Fui yo quien la confundí con un hombre, muy equivocadamente llevada por el tenor de sus primeras intervenciones,
disculpe y muchas gracias por su paciencia con nosotros. Felicite a su editor de mi parte. Sana envidia.