Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Si no me equivoco, está su padre el Rey Alfonso XIII, su abuela la Reina Dña. María Cristina de Habsburgo-Lorena, la Infanta Isabel "
La chata"
. Me imagino que el niño rubio que está al lado del Rey es el Príncipe Alfonso.
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Beatriz, Juan, Gonzalo, Alfonso y Jaime?
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Con su madre y sus hermanos Juan y Alfonso
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Don Jaime se casó el 4 de marzo de 1935, en la iglesia barroca de San Ignacio de Loyola de Roma, con Victoria Juana Josefina Petra María Emmanuella de Dampierre y Ruspoli (nacida el 8 de noviembre de 1913), hija del noble francés Roger de Dampierre y Carraby (1892-1975), vizconde de Dampierre, duque -pontificio- de San Lorenzo Nuovo y noble de Viterbo, y de su primera esposa, la princesa italiana Donna Vittoria Ruspoli y Beers-Curtis (1892-1982).
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Alfonso de Borbón y Dampierre, duque de Cádiz (1936-1989).
Gonzalo de Borbón y Dampierre, duque de Aquitania (1937-2000).
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
LA BODA QUE PUDO CAMBIAR LA HISTORIA
José Mª Zavala
Cuando Franco convirtió a España en futuro Reino con su Ley de Sucesión, el 26 de julio de 1947, Alfonso de Borbón Dampierre tenía tan sólo once años;
sin saberlo, el nieto mayor de Alfonso XIII iba a convertirse un día en candidato a la Corona.
La Ley de Sucesión franquista suponía un punto de inflexión que cambiaba por completo el marco sucesorio y dejaba sin efecto los criterios de legitimidad monárquica que regían en la dinastía de los Borbones.
Franco, en verdad, se blindaba con su Ley de Sucesión;
era ésta como una sólida armadura, que le consagraba como jefe del Estado vitalicio, atribuyéndole la potestad de proponer a las Cortes un sucesor a título de rey o de regente. Casi nada.
¿Qué exigía la nueva Ley al futuro sucesor en la jefatura del Estado? Principalmente dos condiciones: que fuese de estirpe regia y que hubiese cumplido treinta años. Era evidente que Alfonso de Borbón Dampierre, hijo de un infante de España, reunía ambos requisitos, desde que el 20 de abril de 1966 cumpliera además la edad establecida para la sucesión.
La Ley dejaba, en efecto, abierto el camino a un gran número de posibles candidatos. Pero Franco asumió como única rama legítima la de Alfonso XIII. Tanto Fernando Álvarez de Miranda, como Antonio Fontán, fieles partidarios de don Juan de Borbón, me corroboraban esta afirmación hace años.
No en vano Alfonso XIII había colmado de atenciones a uno de sus militares predilectos, accediendo incluso a ser, por delegación, el padrino de su boda con Carmen Polo. Franco pensó así en los descendientes de Alfonso XIII, pero don Juan de Borbón lo vio de otra manera;
enfurecido, publicó el 7 de abril su desafiante Manifiesto de Estoril, en el que acusaba a Franco de pretender “convertir en vitalicia” su “dictadura personal”, lo que era completamente cierto. En cualquier caso, el general jamás olvidó esos calificativos que alejaban ya a don Juan del trono.
La postura del conde de Barcelona, de frontal rechazo a la Ley de Sucesión, era lógica desde el punto de vista del legitimismo dinástico. Franco no debía, a su juicio, saltarse el orden sucesorio establecido por el rey Alfonso XIII tras las renuncias de sus hijos Alfonso y Jaime.
Franco, insisto, tenía un poder omnímodo con su Ley;
Iñigo Cavero me ratificaba, siendo presidente del Consejo de Estado, un dato esencial como era la potestad legal del Caudillo para revocar al sucesor que él mismo designase. Cavero ilustraba su afirmación con esta anécdota: “Yo recuerdo –me comentaba- que una vez le oí decir a don Juan Carlos, siendo Príncipe de España, que él estaba en un cojín colocado en la butaca de Franco y que éste lo podía quitar en cualquier momento”.
Franco, en efecto, podía perfectamente dar marcha atrás y cambiar de sucesor. Por eso, incluso una vez producida la designación de don Juan Carlos, el 22 de julio de 1969, el propio príncipe no las tenía todas consigo.
¿Hasta qué punto barajó entonces Franco al duque de Cádiz como sucesor? Para responder a esta difícil cuestión nos ceñiremos exclusivamente a los hechos;
pero antes, diremos que la Ley de Sucesión alentó las aspiraciones dinásticas del duque de Cádiz y de sus seguidores;
y entre éstos, cómo no, figuraba la llamada “camarilla de El Pardo”, encabezada por el marqués de Villaverde.
Don Jaime se desdijo también de su renuncia al trono;
pero, evidentemente, Franco jamás pensó en el hijo sordomudo de Alfonso XIII para sucederle.
Llegó un momento en que, tras el progresivo distanciamiento entre Franco y don Juan, los candidatos con más posibilidades al trono se redujeron a dos: Juan Carlos y Alfonso, primos hermanos y nietos de Alfonso XIII.
Franco tal vez pensó ya en Alfonso de Borbón Dampierre como posible sucesor el 21 de octubre de 1952 cuando, a través del conde de Casa Rojas, embajador español en Francia, ofreció a don Jaime de Borbón y Battenberg que sus hijos Alfonso y Gonzalo estudiasen en España.
Hasta ese momento, los chicos residían en el instituto Montana, un desangelado caserón aislado en las montañas suizas de Zug.
El gesto del Caudillo se concretaría, sin embargo, dos años después. Franco sumaba la carta de Alfonso de Borbón Dampierre a su baraja sucesoria;
y lo hacía, sencillamente, porque le interesaba utilizarle como baza frente a don Juan y don Juan Carlos.
El jefe del Estado barajaba sus naipes como le daba la gana. En octubre de 1954 se planteó ya en serio descartar a don Juan, pensando en Juan Carlos;
el teniente general Salgado-Araujo transcribía así la confesión que le hizo entonces su primo Franco: “Don Juan renunciará cuando convenga a los intereses de la Patria. Su hijo mayor el Infante don Juan Carlos se preparará para ingresar en la Academia General”. Dos meses después, amenazaba de nuevo con descartar a don Juan, lanzando una dura advertencia al conde de los Andes, jefe de la Casa Civil del conde de Barcelona, según contaba Salgado-Araujo: “Si don Juan quiere que su hijo reine en España debe someterse a mis deseos que son en bien de él y de la Patria, y confiarme su educación”.
Al mismo tiempo, era condescendiente con el duque de Cádiz. Durante su estancia en el Colegio Mayor San Pablo, Alfonso de Borbón se entrevistó con él en El Pardo, acompañado de su hermano Gonzalo. El jefe del Estado se mostró partidario de la institución monárquica y le preguntó a Alfonso:
-¿Conoce usted la Ley de Sucesión?
-Sí, mi general –contestó el joven.
Franco añadió entonces:
-No he decidido nada absolutamente todavía acerca de la cuestión de saber quién será llamado mañana a la cabeza del Estado.
SIGUE >
José Mª Zavala
Cuando Franco convirtió a España en futuro Reino con su Ley de Sucesión, el 26 de julio de 1947, Alfonso de Borbón Dampierre tenía tan sólo once años;
sin saberlo, el nieto mayor de Alfonso XIII iba a convertirse un día en candidato a la Corona.
La Ley de Sucesión franquista suponía un punto de inflexión que cambiaba por completo el marco sucesorio y dejaba sin efecto los criterios de legitimidad monárquica que regían en la dinastía de los Borbones.
Franco, en verdad, se blindaba con su Ley de Sucesión;
era ésta como una sólida armadura, que le consagraba como jefe del Estado vitalicio, atribuyéndole la potestad de proponer a las Cortes un sucesor a título de rey o de regente. Casi nada.
¿Qué exigía la nueva Ley al futuro sucesor en la jefatura del Estado? Principalmente dos condiciones: que fuese de estirpe regia y que hubiese cumplido treinta años. Era evidente que Alfonso de Borbón Dampierre, hijo de un infante de España, reunía ambos requisitos, desde que el 20 de abril de 1966 cumpliera además la edad establecida para la sucesión.
La Ley dejaba, en efecto, abierto el camino a un gran número de posibles candidatos. Pero Franco asumió como única rama legítima la de Alfonso XIII. Tanto Fernando Álvarez de Miranda, como Antonio Fontán, fieles partidarios de don Juan de Borbón, me corroboraban esta afirmación hace años.
No en vano Alfonso XIII había colmado de atenciones a uno de sus militares predilectos, accediendo incluso a ser, por delegación, el padrino de su boda con Carmen Polo. Franco pensó así en los descendientes de Alfonso XIII, pero don Juan de Borbón lo vio de otra manera;
enfurecido, publicó el 7 de abril su desafiante Manifiesto de Estoril, en el que acusaba a Franco de pretender “convertir en vitalicia” su “dictadura personal”, lo que era completamente cierto. En cualquier caso, el general jamás olvidó esos calificativos que alejaban ya a don Juan del trono.
La postura del conde de Barcelona, de frontal rechazo a la Ley de Sucesión, era lógica desde el punto de vista del legitimismo dinástico. Franco no debía, a su juicio, saltarse el orden sucesorio establecido por el rey Alfonso XIII tras las renuncias de sus hijos Alfonso y Jaime.
Franco, insisto, tenía un poder omnímodo con su Ley;
Iñigo Cavero me ratificaba, siendo presidente del Consejo de Estado, un dato esencial como era la potestad legal del Caudillo para revocar al sucesor que él mismo designase. Cavero ilustraba su afirmación con esta anécdota: “Yo recuerdo –me comentaba- que una vez le oí decir a don Juan Carlos, siendo Príncipe de España, que él estaba en un cojín colocado en la butaca de Franco y que éste lo podía quitar en cualquier momento”.
Franco, en efecto, podía perfectamente dar marcha atrás y cambiar de sucesor. Por eso, incluso una vez producida la designación de don Juan Carlos, el 22 de julio de 1969, el propio príncipe no las tenía todas consigo.
¿Hasta qué punto barajó entonces Franco al duque de Cádiz como sucesor? Para responder a esta difícil cuestión nos ceñiremos exclusivamente a los hechos;
pero antes, diremos que la Ley de Sucesión alentó las aspiraciones dinásticas del duque de Cádiz y de sus seguidores;
y entre éstos, cómo no, figuraba la llamada “camarilla de El Pardo”, encabezada por el marqués de Villaverde.
Don Jaime se desdijo también de su renuncia al trono;
pero, evidentemente, Franco jamás pensó en el hijo sordomudo de Alfonso XIII para sucederle.
Llegó un momento en que, tras el progresivo distanciamiento entre Franco y don Juan, los candidatos con más posibilidades al trono se redujeron a dos: Juan Carlos y Alfonso, primos hermanos y nietos de Alfonso XIII.
Franco tal vez pensó ya en Alfonso de Borbón Dampierre como posible sucesor el 21 de octubre de 1952 cuando, a través del conde de Casa Rojas, embajador español en Francia, ofreció a don Jaime de Borbón y Battenberg que sus hijos Alfonso y Gonzalo estudiasen en España.
Hasta ese momento, los chicos residían en el instituto Montana, un desangelado caserón aislado en las montañas suizas de Zug.
El gesto del Caudillo se concretaría, sin embargo, dos años después. Franco sumaba la carta de Alfonso de Borbón Dampierre a su baraja sucesoria;
y lo hacía, sencillamente, porque le interesaba utilizarle como baza frente a don Juan y don Juan Carlos.
El jefe del Estado barajaba sus naipes como le daba la gana. En octubre de 1954 se planteó ya en serio descartar a don Juan, pensando en Juan Carlos;
el teniente general Salgado-Araujo transcribía así la confesión que le hizo entonces su primo Franco: “Don Juan renunciará cuando convenga a los intereses de la Patria. Su hijo mayor el Infante don Juan Carlos se preparará para ingresar en la Academia General”. Dos meses después, amenazaba de nuevo con descartar a don Juan, lanzando una dura advertencia al conde de los Andes, jefe de la Casa Civil del conde de Barcelona, según contaba Salgado-Araujo: “Si don Juan quiere que su hijo reine en España debe someterse a mis deseos que son en bien de él y de la Patria, y confiarme su educación”.
Al mismo tiempo, era condescendiente con el duque de Cádiz. Durante su estancia en el Colegio Mayor San Pablo, Alfonso de Borbón se entrevistó con él en El Pardo, acompañado de su hermano Gonzalo. El jefe del Estado se mostró partidario de la institución monárquica y le preguntó a Alfonso:
-¿Conoce usted la Ley de Sucesión?
-Sí, mi general –contestó el joven.
Franco añadió entonces:
-No he decidido nada absolutamente todavía acerca de la cuestión de saber quién será llamado mañana a la cabeza del Estado.
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Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Franco convirtió a España en futuro Reino con su Ley de Sucesión, el 26 de julio de 1947, Alfonso de Borbón Dampierre tenía tan sólo once años;
sin saberlo, el nieto mayor de Alfonso XIII iba a convertirse un día en candidato a la Corona.
Salgado-Araujo consignó luego el comentario que le hizo su primo sobre esa visita: “Me resultaron muy simpáticos y presentaron amables excusas por no haberme visitado antes. Hablamos de diferentes asuntos y aunque el mayor me dijo que él no siente apetencia por subir al trono, yo le dije que el futuro rey tiene que educarse en centros docentes de España para que, viviendo dentro de su ambiente, ame a la patria y la conozca mejor, y así la pueda servir con eficacia. El mayor me pareció inteligente y culto”.
Más tarde, en marzo de 1957, con motivo de la inauguración de un busto del infante don Alfonso, en el primer aniversario de su muerte, se produjo otra reveladora anécdota que reseñaba Luis María Anson en su Don Juan;
al comentarle Anson al conde de Ruiseñada que la inauguración podía evocar tristes recuerdos en don Juan Carlos, éste le sugirió entonces que la estatua la inaugurara Alfonso de Borbón Dampierre: “Se lo he dicho al generalísimo –alegó Ruiseñada-. Y ¿sabes lo que me ha contestado Franco? Pues textualmente lo siguiente: “Que inaugure el busto Alfonso de Borbón Dampierre. Quiero que le cultive usted, Ruiseñada. Porque si el hijo nos sale rana, como nos ha salido el padre, habrá que pensar en don Alfonso”.
La anécdota encajaba perfectamente con la confesión que Franco hacía a su primo Salgado-Araujo, en febrero de 1963: “El heredero mayor de la Corona, una vez descartado el Príncipe don Juan de Borbón, es su hijo don Juan Carlos, que puede muy bien hacer la unión de todos los monárquicos. Quedan otros príncipes, como el Infante don Alfonso de Borbón Dampierre, que es culto, patriota y que podría ser una solución si no se arregla lo de Don Juan Carlos”.
Qué razón tenía mi amigo Juan Balansó cuando, en cierta ocasión, me comentó que si Alfonso de Borbón Dampierre se hubiese casado con la nieta de Franco antes de la designación de su primo don Juan Carlos, en lugar de hacerlo tres años después, el Caudillo le habría nombrado a él sucesor.
sin saberlo, el nieto mayor de Alfonso XIII iba a convertirse un día en candidato a la Corona.
Salgado-Araujo consignó luego el comentario que le hizo su primo sobre esa visita: “Me resultaron muy simpáticos y presentaron amables excusas por no haberme visitado antes. Hablamos de diferentes asuntos y aunque el mayor me dijo que él no siente apetencia por subir al trono, yo le dije que el futuro rey tiene que educarse en centros docentes de España para que, viviendo dentro de su ambiente, ame a la patria y la conozca mejor, y así la pueda servir con eficacia. El mayor me pareció inteligente y culto”.
Más tarde, en marzo de 1957, con motivo de la inauguración de un busto del infante don Alfonso, en el primer aniversario de su muerte, se produjo otra reveladora anécdota que reseñaba Luis María Anson en su Don Juan;
al comentarle Anson al conde de Ruiseñada que la inauguración podía evocar tristes recuerdos en don Juan Carlos, éste le sugirió entonces que la estatua la inaugurara Alfonso de Borbón Dampierre: “Se lo he dicho al generalísimo –alegó Ruiseñada-. Y ¿sabes lo que me ha contestado Franco? Pues textualmente lo siguiente: “Que inaugure el busto Alfonso de Borbón Dampierre. Quiero que le cultive usted, Ruiseñada. Porque si el hijo nos sale rana, como nos ha salido el padre, habrá que pensar en don Alfonso”.
La anécdota encajaba perfectamente con la confesión que Franco hacía a su primo Salgado-Araujo, en febrero de 1963: “El heredero mayor de la Corona, una vez descartado el Príncipe don Juan de Borbón, es su hijo don Juan Carlos, que puede muy bien hacer la unión de todos los monárquicos. Quedan otros príncipes, como el Infante don Alfonso de Borbón Dampierre, que es culto, patriota y que podría ser una solución si no se arregla lo de Don Juan Carlos”.
Qué razón tenía mi amigo Juan Balansó cuando, en cierta ocasión, me comentó que si Alfonso de Borbón Dampierre se hubiese casado con la nieta de Franco antes de la designación de su primo don Juan Carlos, en lugar de hacerlo tres años después, el Caudillo le habría nombrado a él sucesor.
Invitado- Invitado
Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
Laura: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics: :sign_coolpics:
¡Pobrecito Don Jaime, que encima de ser sordomudo, salió tan parecido a
su abuela, la reina María Cristina!
¡Pobrecito Don Jaime, que encima de ser sordomudo, salió tan parecido a
su abuela, la reina María Cristina!
glorisabel- Su Alteza Imperial
- Mensajes : 8253
Fecha de inscripción : 07/06/2008
Localización : San Juan, Puerto Rico
Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
En Francia diríamos "La postura del conde de Barcelona, de frontal rechazo a la Ley de Sucesión, era lógica desde el punto de vista del legitimismo dinástico. Franco no debía, a su juicio, saltarse el orden sucesorio establecido por el rey Alfonso XIII tras las renuncias de sus hijos Alfonso y Jaime.
c'est l'arroseur arrosé"
("
es el regador regado"
, en referencia a una película corta de los hermanos Lumière) :
https://www.youtube.com/watch?v=UlbiNuT7EDI
Cuando los Orléans y afines (aunque Don Juan solo lo haya sido por su suegra, lo era de mentalidad) empiezan a hablar de legitimidad dinástica, siempre me hace reir...
Thrib- Su Alteza Imperial
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Fecha de inscripción : 31/08/2007
Localización : Francia
Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
y maria cristina de borbon y battemberg.FERRAGUT VERA LAURA escribió:
Beatriz, Juan, Gonzalo, Alfonso y Jaime?
Última edición por el Sáb Mayo 28, 2011 12:27 pm, editado 1 vez
sebastopol- Su Alteza Real
- Mensajes : 2048
Fecha de inscripción : 22/09/2007
Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
FERRAGUT VERA LAURA escribió:
Si no me equivoco, está su padre el Rey Alfonso XIII, su abuela la Reina Dña. María Cristina de Habsburgo-Lorena, la Infanta Isabel "
La chata"
. Me imagino que el niño rubio que está al lado del Rey es el Príncipe Alfonso.
los principes carlos borbon-dos sicilias ,su esposa luisa de orleans y su cuatro hijos.
sebastopol- Su Alteza Real
- Mensajes : 2048
Fecha de inscripción : 22/09/2007
Re: Boda de los Duques de Cádiz, Alfonso y María del Carmen
¡Qué peinados tan raros le hacían a las niñas en esa época! :smt017 :smt017 :smt017
glorisabel- Su Alteza Imperial
- Mensajes : 8253
Fecha de inscripción : 07/06/2008
Localización : San Juan, Puerto Rico
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