ISABELLE D´ORLEANS

En la Normandía, departamento de la Seine-maritime, en la margen derecha , hay una localidad llamada Eu. En el S XVI, Henri Le Balafré, duque de Guise, construyó sobre un castillo del S X, un chateau para vivir con su esposa, Catherine de Clèves, dama de honor de Catherina de Medeci y condesa d´Eu- En 1660, la duquesa de Montpensier, entonces la mujer más rica de Francia, adem´sa de  sobrina de Luis XIV, compra el condado d´Eu y se instala en su castillo, al que agrega un jardín francés. En un intento por obtener la liberación de su amado (Monsieur de Lauzun), prisionero de Luis XIV en Pignerol, la Grande Mademoiselle dona el condado de Eu al Duque de Maine, hijo legítimo del rey y Madame de Montespan. Los hijos del duque de Maine mueren sin posteridad, el condado luego vuelve al duque de Penthièvre (1725-1793), hijo del conde de Toulouse (hermano menor del duque de Maine).


El futuro rey Luis Felipe I, entonces duque de Orleans - y nieto del duque de Penthièvre a través de su madre-  heredó el castillo en 1821. Eu se convirtió en  residencia real en 1830.

En dos ocasiones, en 1843 y 1845, la Reina Victoria del Reino Unido fue recibida en el Château d'Eu, sentando así las bases de la futura Entente Cordiale franco-británica.

Llegada a Eu de la reina Victoria de INglaterra, en 1843.

El 7 de mayo de 1878, en este castillo, el conde de París, Felipe d´Orleans, y la infanta española Isabel d´Orleans, son padres de una niña a la que llaman como la madre, Isabelle.

Victoria visita la galería principal del castillo d´Eu.

Mª Isabel de Orleans y Borbón -la madre de Isabelle- con su hija.

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¿Quién fue su madre?

Mª Isabel de Orleans nació en Sevilla el 21 de septiembre de 1848 , el año que llamaron la Primavera de los Pueblos, por la ola de revoluciones que se expandieron por toda Europa con un foco difusor claro: Francia. En París estos eventos  supusieron  la caída de la monarquía de julio de Luis Felipe I de Francia. Antonio de Orleans, duque de Montpensier, hijo del rey Luis Felipe, se había casado con una hermana de Isabel II, Luisa Fernanda de Borbón, así que pasaron a vivir el exilio en Sevilla. Antonio y Luisa Fernanda se casaron en una cermonia conjunta con Isabel II y Francisco de Asís en el ´46. Tuvieron diez hijos. Y la primogénita fue María Isabel Francisca. La séptima fue María de las Mercedes , futura esposa de Alfonso XII.

Mº Isabel de Orleans , el  30 de mayo de 1864 se casó con su primo, Felipe de Orleans, conde de París, pretendiente al trono francés como Felipe VII.

El conde de París, Phillipe, nieto de Luis Felipe I de Francia, e hijo de Fernando Felipe de Francia y de Elena de Mecklemburgo-Schwerin, se había convertido en príncipe el día que su padre se mató en un accidente. nieto de Luis Felipe I de Francia, e hijo de Fernando Felipe de Francia y de Elena de Mecklemburgo-Schwerin. En 1873, anticipándose a la restauración de la monarquía la mayoría monárquica de la Asamblea Nacional elegida tras la caída de Napoleón III, el Conde de París retiró sus derechos al trono francés en favor del demandante legitimista, Enrique de Borbón, Conde de Chambord. Ello se debió a que, al carecer de hijos, al morir Enrique el trono pasaría a Felipe, reuniendo las dos herencias monárquicas francesas, la legitimista y la orleanista, pero el conde de Chambord rechazó reconocer la tricolor como la bandera oficial francesa, acabando con las esperanzas de una restauración.

La quinta hija, Isabelle d´Orleans, nació en Eu en 1878, después de las guerras franco-prusianas

Isabelle D´Orleans  - alias "Miou" - se casó el 30 de octubre de 1899 en la localidad inglesa de Twickenham con su primo, Jean d´Orleans.

Isabelle Miou nació en le chateau d ´Eu. Pero en 1886, cuando apenas tenía ocho años, el gobierno de la Tercera República promulgó una ley de exilio que afectaba a los miembros de las familias que reinaban en Francia. La joven Isabelle abandona el castillo de Eu para ir con sus padres y hermanos a Stowe House, en el Reino Unido, y a Villamanrique de la Condesa, en Sevilla,  España.

En la segunda mitad del siglo XIX el duque de Montpensier, Antonio de Orleans, adquirió una casa con molino del siglo XVI. Posteriormente, Luis Felipe Alberto de Orleans, conde de París, compró esta propiedad y construyó, entre 1875 y 1882 un palacio conocido como palacio de Orleans-Borbón. En la actualidad sigue perteneciendo a la casa Orleans. En él han continuado viviendo miembros de la casa Orleans y de la casa de Borbón, como Pedro de Orleans y Braganza (m. 2007) y Esperanza de Borbón (hermana de María de Borbón, madre de Juan Carlos I) En 1916 el pueblo cambió su nombre al actual, Villamanrique de la Condesa, en honor de María Isabel de Orleans y Borbón, infanta de España y condesa consorte de París, madre de Isabelle Miou.

1911 HOJA REVISTA SEVILLA VILLAMANRIQUE CONDESA DE PARÍS PALACIO LA DEHESA DEL REY PATIO ORLEANS

Posteriormente, a pesar del exilio, Isabelle puede regresar ocasionalmente a Francia ya que la ley del exilio solo afecta a los jefes de familia que hayan reinado en Francia y a sus herederos directos, y que las mujeres están excluidas de las funciones de cabeza de familia por la ley de 26. ventôse año XI (17 de marzo de 1803), que permanecerá vigente hasta 1970.

Isabelle de Orleans se educó de joven en un ambiente selecto en el que la cultura, y en particular la historia, juega un papel primordial. A eso le sumaremos su belleza y comprenderemos que tuvo pretendientes notables, como el futuro Alberto de Bélgica, a quien le quitó la idea su tío Leopoldo II.

Después de haberse casado con su primo Jean, y de haber traído al mundo a sus cuatro hijos, los duques de Guise abandonan Europa y se instalaba en Marruecos, en la región de Larache, una residencia, "el palacio de la duquesa de Guise" (hoy el "hotel Riad"), y una vasta finca en cuyas tierras practican la agricultura moderna. De camino a Marruecos, “vivieron un tiempo en Marsella, donde la duquesa de Guisa se convirtió, a los ojos de todos, en la amante de un comerciante de jabón llamado Bernis” .

Los duques llegaron a Tánger en 1909, después de una serie de años de aburrimiento en un castillo de Nouvion donde sólo se podían hacer dos cosas: obras de caridad y leer libros del norte de Marruecos, que estaban en la biblioteca de la casa porque su tío abuelo, el duque de Aumale, havía combatido en Argelia. Jean, por su parte, estudiaba Historia mientras investigaba sobre los regimientos franceses. Y de pronto, en 1909, con cuatro criaturas de corta edad -la mayor tenía nueve años., seguida por Francisca de siete, Ana de tres y Enrique de uno.

Los viejos del lugar solían contar que habían llegado con lo puesto, ayudados en todo por unas monjas franciscanas y acogidos por por una familia belga que los mantuvo económicamente. Y además, las habladuría sobre un duelo ocurrido en Larache, en los jardines del “Palacio de la Duquesa” entre el representante del cónsul de España, Zapico, y el Conde de Bernis (que había llegado con el séquito de la Duquesa en 1909) El francés resultó muerto por los insultos que el Conde había proferido hacia España; pronto se “echó tierra” sobre el asunto, pero la muerte de aquel Conde en duelo, siempre fue relacionada con cuestiones amorosas que apuntaban hacia la Duquesa.

Por gracia de Alfonso XIII se les hizo una concesión excepcional de un terreno de cuatro hectáreas en Larache Adquirieron casi simultáneamente una propiedad agrícola a unos treinta kilómetros de Larache, ya en lo que luego fue zona francesa, y la bautizaron con el nombre de “Marif”. En esta finca vivieron pocos años, mientras se construía la casa-palacio de Larache. No se dieron a conocer por su auténtico apellido y rango, haciéndose pasar por la familia Orliac.

Cuando los Duques de Guisa llegaron a Larache, él no albergaba ninguna posibilidad de convertirse en Jefe de la Casa de Francia; ocupaba el tercer lugar en la línea sucesoria. Pero el destino quiso que los que le precedían murieran sin descendencia masculina. Cuando en 1926 falleció su primo hermano el Duque de Orleáns (hermano de su mujer), el Duque de Guisa se convirtió en Jefe de la Casa de Francia; y con él su mujer y prima Isabel en “reina de derecho” de aquel país.

La República francesa en consideración al papel desempañado por el Duque durante la I Guerra Mundial, le ofreció la posibilidad de establecerse o pasar temporadas en Francia, con la condición de que se abstuviera de participar en cuestiones políticas. Pero él, consciente de lo que representaba y tras comunicárselo a su hijo y heredero Enrique, Conde de París y por tanto ya convertido en Delfín, decidieron exiliarse.

Es en esta época, a partir de 1926, cuando la Duquesa de Guisa, sin de jar de pasar largas temporadas en Larache, debió asumir las responsabilidades de su nuevo papel. La Casa de Francia estableció su domicilio oficial en las cercanías de Bruselas y como a la Duquesa no le afectaba la ley del exilio, organizaba visitas de propaganda monárquica a París y distintas provincias, donde en medio de ciertas esperanzas de restauración monárquica, era aclamada por la multitud con gritos de ¡viva la reina!. Lo cierto es que el Duque de Guisa, convertido contra todo pronóstico en pretendiente al trono y no sintiéndose atraído por la política, fue poco a poco dejando las riendas de la causa monárquica orleanista en manos de su hijo, el Conde de París.

El estallido de la II Guerra Mundial marca un antes y un después en la vida de la Duquesa de Guisa. Si llegada a Larache en 1909 fue enamorándose de la ciudad hasta el punto de que contra viento y marea hacía todo lo posible por permanecer en ella cuanto más tiempo mejor, a partir de 1939 y durante veintidós años, puede afirmarse que Larache se convirtió en su residencia oficial y que sus salidas al exterior se fueron espaciando cada vez más en el tiempo.

Al declararse el conflicto, los Duques se refugiaron en el Palacio de Larache. Y en este lugar falleció el Duque de Guisa el 25 de agosto de 1940. El cadáver fue velado por las Hermanas de la Caridad del hospital de la Cruz Roja y por la capilla ardiente desfiló gran parte del pueblo de Larache. Sus restos fueron trasladados directamente desde el Palacio ducal al cementerio viejo (de Nador o la Marina), donde fue sepultado en un nicho del Panteón de la Aviación Española.

Prueba de la importancia que las autoridades españolas daban a los Orleáns exiliados en Larache, fue la asistencia al entierro de numerosas personalidades. Así, presidieron el cortejo fúnebre el Obispo de Tánger, el Alto Comisario de España en Marruecos (General Asensio), el Secretario General de la Alta Comisaría, el Coronel Jefe del Territorio de Larache, el Interventor Regional, el Bajá de la ciudad (Sidi Mohammed Jalid Raisuni), el Ministro de España en Tánger (Don Carlos Miranda) y el Administrador de la Zona de Tánger (Don Manuel Amieva). A ellos debe sumarse la presencia de una nutrida representación de notables marroquíes y el pleno del Consejo Comunal Israelita.

Ya no fue sólo la guerra, sino el enviudar, lo que motivó el que la Duquesa de Guisa “enraizase” definitivamente en Larache y crease una pequeña corte en torno a la cual giró la sociedad larachense de la época. Convertida de derecho en “reina viuda” de Francia, y recayendo la herencia dinástica en su hijo el Conde de París, pudo organizar su vida sin tanta dependencia como la que en su papel de consorte, había tenido desde 1926.

Nacida en París en 1902, en principio iba a casarse con Alejandro I de Yugoslavia, pero luego se casó en 1929 con el benjamín de los príncipes de Grecia, Jristos. El había enviuado en 1923 de la multimillonaria Nancy Leeds, sponsor de la familia real griega en apuros. Sus diferentes confesiones supusieron un problema pues ella era hija del pretendiente orleanista al trono de Francisca y debía conseguir la autorización del Vaticano para casarse con un ortodoxo. El papado se opuso durante mucho tiempo al matrimonio y se produjeron duras negociaciones para conseguir llegar a un acuerdo

Se fueron a vivir a Roma en el más puro estilo dolce far niente, hasta que no hubo ni una lira con el que comprar champagne.  El administrador de la fortuna del príncipe -la herencia de Nancy -  se fugó con todo el dinero y dejó a la pareja en la ruina. Para sobrevivir la pareja decidió reducir considerablemente su estilo de vida, y abandonaron definitivamente Villa Anastasia para instalarse en el hotel Excelsior de Roma.  Pagaba el conde de Orleans les prestó dinero y como no era suficiente , Francisca empezó a dar escándalos en la familia con actitudes como posar por dinero en revistas. Sin embargo, y a pesar de sus dificultades económicas, Cristóbal y Francisca hicieron todo lo posible por mantener su estatus. En noviembre de 1936 participaron, junto con los otros miembros de la familia real griega, en las ceremonias organizadas con motivo de la restauración de la monarquía en Grecia. Uno de los actos más importantes fue el entierro de las cenizas del rey Constantino I, su esposa Sofía de Prusia y su madre Olga Konstantínova Románova, reina de Grecia, fallecidos todos ellos durante el exilio en Italia, en el cementerio real de Tatoi por orden del rey Jorge II de Grecia.

Y surgen dos problemas. La duquesa viuda no tiene dinero para mantenerlos a todos -aunque ella sigue ejerciendo la caridad en Larache hasta extremos de hacerla santa. Por otro lado,  mientras que la mayoría de los miembros de la familia Orleans  durante la ocupación nazi de medio fRANCIA depositaba su confianza en el mariscal Pétain, Francisca se decantaba por el general Charles de Gaulle como el único capaz de salvar el país. Así que Francisca se va de casa con su hijito y se instala en la cosmopolita Tánger. Luego se reconcilió con ellos y no le quedó más remedio que admitir que no podía vivir sin el sustento de su familia. Cuando en 1944 la duquesa dijo a sus hijos que no había dinero en casa, Francisca se instaló en el Hotel Miramar de Málaga. Pagado con la herencia de su padre y lo que pudo vender de su marido difunto en Palermo. Cuando no pudo más, ella y su hijo fueron acogidos en París , en casa de su hermana mayor. Ella comenzó un enclaustramiento que anunciaba un profunda depresión , hasta morir en 1953.  El príncipe Miguel de Grecia, huérfano con tan solo 14 años, pasó a vivir bajo la tutela de su tío Enrique de Orleáns, «conde de París»