Isabel II de España
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Re: Isabel II de España
Estanque (Safareig) en el interior de los jardines de Alfabia. (Estoy pensando en ir a dar un paseo por allí esta mañana)
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Laura - dichosa tú, que puedes dar un paseo por un lugar tan bello . . . :smt038 :smt038 :smt038
glorisabel- Su Alteza Imperial
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Fecha de inscripción : 07/06/2008
Localización : San Juan, Puerto Rico
Re: Isabel II de España
Tomado de la Wikipedia:
Miguel Tenorio de Castilla
Datos personales
Nacimiento ¿ de 1818
Almonaster la Real ( Huelva )
Fallecimiento 11 de diciembre de 1916
Nymphenburg, Baviera, Alemania
Miguel Tenorio de Castilla, (Almonaster la Real, Huelva, 1818 - Palacio de Nymphenburg, Múnich, Alemania, 11 de diciembre de 1916);
político español. Fue favorito de la reina Isabel II de España durante siete años.
Miguel Tenorio desempeñó múltiples cargos al servicio de la administración pública y política de España, tales como: diputado, embajador, senador en la legislatura 1884-1885 por la provincia de Baleares, gobernador civil de varias provincias (entre otras Málaga, Barcelona, Zaragoza, Cádiz), y secretario personal de la Reina Isabel II de España.
Como Gobernador Civil destacan sus siguientes destinos: 1849 Huelva, El veintiuno de junio de 1851, la reina, por real decreto, nombró «gobernador en comisión de la provincia de Alicante a Don Miguel Tenorio, cesante en la de Cádiz y el diecisiete de marzo de 1852, por Real Decreto Gobernador Civil de Málaga. Brillante universitario, licenciado en leyes, poeta y periodista, fue varias veces gobernador civil, diplomático (destinado entre otros destinos en Prusia, Palestina etc) y Secretario muy particular de la reina Isabel II de España, desde 1859 hasta 1864, en que O'Donnell le apartó de la corte. Algunos historiadores manifiestan que fue el padre de los siguientes hijos de Isabel II de España: Pilar, Paz, Eulalia de Borbón.
La revolución de 1868 que acabó con el reinado de Isabel II tras la batalla de Alcolea hizo que se exiliara junto a su hija la infanta María de la Paz de Borbón;
falleciendo ambos en el exilio en Alemania.
__________________
La infanta Paz le tenía mucho cariño a Tenorio, hasta el punto de que se lo llevó a vivir con ella a Nymphemburg, donde falleció a la "
tierna"
edad de 98 años.
La infanta Paz era todo corazón y nada hipócrita. Un día había organizado en Nymphemburg un ágape para sus amistades, y, viendo a Tenorio medio tristón, lo tomó de la mano, lo llevó ante todos sus invitados, y dijo "
Les presento a mi padre, Miguel Tenorio."
No puedo dejar de recomendarles la lectura del libro "
Las Perlas de la Corona"
, de Juan Balansó. Dicho libro está agotado, pero se consigue usado a través de la internet.
Miguel Tenorio de Castilla
Datos personales
Nacimiento ¿ de 1818
Almonaster la Real ( Huelva )
Fallecimiento 11 de diciembre de 1916
Nymphenburg, Baviera, Alemania
Miguel Tenorio de Castilla, (Almonaster la Real, Huelva, 1818 - Palacio de Nymphenburg, Múnich, Alemania, 11 de diciembre de 1916);
político español. Fue favorito de la reina Isabel II de España durante siete años.
Miguel Tenorio desempeñó múltiples cargos al servicio de la administración pública y política de España, tales como: diputado, embajador, senador en la legislatura 1884-1885 por la provincia de Baleares, gobernador civil de varias provincias (entre otras Málaga, Barcelona, Zaragoza, Cádiz), y secretario personal de la Reina Isabel II de España.
Como Gobernador Civil destacan sus siguientes destinos: 1849 Huelva, El veintiuno de junio de 1851, la reina, por real decreto, nombró «gobernador en comisión de la provincia de Alicante a Don Miguel Tenorio, cesante en la de Cádiz y el diecisiete de marzo de 1852, por Real Decreto Gobernador Civil de Málaga. Brillante universitario, licenciado en leyes, poeta y periodista, fue varias veces gobernador civil, diplomático (destinado entre otros destinos en Prusia, Palestina etc) y Secretario muy particular de la reina Isabel II de España, desde 1859 hasta 1864, en que O'Donnell le apartó de la corte. Algunos historiadores manifiestan que fue el padre de los siguientes hijos de Isabel II de España: Pilar, Paz, Eulalia de Borbón.
La revolución de 1868 que acabó con el reinado de Isabel II tras la batalla de Alcolea hizo que se exiliara junto a su hija la infanta María de la Paz de Borbón;
falleciendo ambos en el exilio en Alemania.
__________________
La infanta Paz le tenía mucho cariño a Tenorio, hasta el punto de que se lo llevó a vivir con ella a Nymphemburg, donde falleció a la "
tierna"
edad de 98 años.
La infanta Paz era todo corazón y nada hipócrita. Un día había organizado en Nymphemburg un ágape para sus amistades, y, viendo a Tenorio medio tristón, lo tomó de la mano, lo llevó ante todos sus invitados, y dijo "
Les presento a mi padre, Miguel Tenorio."
No puedo dejar de recomendarles la lectura del libro "
Las Perlas de la Corona"
, de Juan Balansó. Dicho libro está agotado, pero se consigue usado a través de la internet.
glorisabel- Su Alteza Imperial
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Fecha de inscripción : 07/06/2008
Localización : San Juan, Puerto Rico
Re: Isabel II de España
Gloria
Pues, ayer fui después de comer, está muy cerca de Palma. Es una lástima pero está muy deteriorado, si lo ves al natural. Necesita "
mano de santo"
. Está como en las fotos pero mucho peor. Necesita una buena restauración. En la habitación donde durmió Isabel II hay un grabado en su honor. Justo encima de la puerta. Los arrimaderos son oleos sobre tela pero todo necesita restaurar. Los entelados de las paredes necesitan renovarse. La biblioteca es formidable pero los libros perfectamente alineados y protegidos por red de gallinero tienen toneladas de polvo. En un banco de damasco rojo de la habitación de Isabel caian trozos de yeso que caian del cielo raso. Los jardines con estanques y juegos de agua necesitan más mantenimiento. Hay un artesonado mozárabe justo a la entrada de la "
clastra"
(patio interior) que está impecable. El resto da pena. Aun así es bonito. Ahora bien, ¿con qué presupuesto se arregla hoy en día una finca de esas dimensiones?.
Laura - dichosa tú, que puedes dar un paseo por un lugar tan bello .
Pues, ayer fui después de comer, está muy cerca de Palma. Es una lástima pero está muy deteriorado, si lo ves al natural. Necesita "
mano de santo"
. Está como en las fotos pero mucho peor. Necesita una buena restauración. En la habitación donde durmió Isabel II hay un grabado en su honor. Justo encima de la puerta. Los arrimaderos son oleos sobre tela pero todo necesita restaurar. Los entelados de las paredes necesitan renovarse. La biblioteca es formidable pero los libros perfectamente alineados y protegidos por red de gallinero tienen toneladas de polvo. En un banco de damasco rojo de la habitación de Isabel caian trozos de yeso que caian del cielo raso. Los jardines con estanques y juegos de agua necesitan más mantenimiento. Hay un artesonado mozárabe justo a la entrada de la "
clastra"
(patio interior) que está impecable. El resto da pena. Aun así es bonito. Ahora bien, ¿con qué presupuesto se arregla hoy en día una finca de esas dimensiones?.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
La infanta Paz era todo corazón y nada hipócrita. Un día había organizado en Nymphemburg un ágape para sus amistades, y, viendo a Tenorio medio tristón, lo tomó de la mano, lo llevó ante todos sus invitados, y dijo "
Les presento a mi padre, Miguel Tenorio."
No puedo dejar de recomendarles la lectura del libro "
Las Perlas de la Corona"
, de Juan Balansó. Dicho libro está agotado, pero se consigue usado a través de la internet.
Gloria, Paz y Luis Fernando de Baviera hicieron un buen matrimonio, y eso que Paz en un principio no podía con su novio, le costó mucho decidirse a casarse con él. De hecho los hijos de Eulalia, Luis Fernando y Alfonso (Ali) encontraron su verdadero hogar en Nymphemburg, allí tenían un ambiente mucho más calido y más ameno que lo que tenían con Eulalia y Antonio en España que eran discusiones continuas. Adoraban a Luís Fernando y él a sus sobrinos.
Por cierto, Paz, Pilar y Eulalia, a Manuel Tenorio le llamaban "
padre"
, no sé si en privado. A Francisco le llamaban "
el Rey"
.
Me han pasado hace dos días "
Las perlas de la corona"
. Edición de 1999.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Durante la etapa de 1861 Benito Juarez provoca una revolución en México, y en principio suspende el pago de la deuda a Francia España y Gran Bretaña. Napoleon III propone la unión de estas tres potencias. O'Donell por su parte envía al general Prim al frente de la expedición militar española. Desembarca en México y conquista Veracruz. Juárez, por miedo a la derrota se compromete a seguir pagando la deuda extrajera. A partir de este momento Prim decide la retirada inmediata de las tropas españolas porque considera que ha cumplido con su misión. O'Donell no piensa de la misma manera. Napoleon III se empeña en crear un imperio en Hispanoamérica, instaurando una monarquía y procediendo a entronizar a Maximiliano de Habsburgo. Sin embargo esta dicisión acabará con el fusilamiento de Maximiliano. Isabel II siempre había sido partidaria de la creación de una monarquía en México, pero con la condición de que el elegido fuera un príncipe español.
Prim se ha convertido desde su campaña militar en México en el primer representante de la oposición. O'Donell se mantiene en el cargo. La Unión Liberal cada vez va perdiendo más poder. La caida de O'Donell está cercana debido a las siguientes causas:
María Cristina, exiliada desde 1854 le propone su regreso a Isabel habida cuenta de que la situación politica se ha estabilizado. O'Donell se opone. María Cristina hace vuelve a insistir. O'Donell acaba enfrentándose al Congreso. La Reina critica abiertamente a algunos de sus ministros. O'Donell es consciente de que ha perdido la confianza de la Reina y dimite en febrero de 1863.
A pesar de que la Unión Liberal seguirá existiendo no es facil sustituir a O'Donell después de tantos años de gestión personal. Isabel se reune con personas de todas las tendencias. Quiere entregar el poder a los progresistas y le propone a Pascual Madoz la presidencia. Este declina la proposición. La reina vuelve a poner el ojo en el marqués de Miraflores.que toma el mando a partir de marzo de 1863.
La Reina se esfuerza por lograr la participación de los progresistas alejados del sistema y disgustados por la forma en la que han sido apartados del poder durante años. Miraflores dimite del cargo antes de enero de 1984 y entre los meses de enero y marzo de ese mismo año, un abogado Lorenzo Arrazola se hace cargo del gobierno hasta el mes de septiembre cuando tomará el relevo Alejandro Mon viejo amigo de los Muñoz y compañero de partido del primero.
Debido al regreso de María Cristina Isabel movida por su madre decide llamar otra vez a Narváez que incia su sexto mandato quien retoma el poder a cambio de aceptar la vuelta de los Muñoz a Madrid.
Maria Cristina regresa sin escolta ni ministros ni recibimientos oficiales. Tampoco puede alojarse en el palacio real. El pueblo la ignora. Maria Cristina emprende un viaje a Asturias y posteriormente regresa a Parías.
A pesar de que el matrimonio real aparenta llevarse bien, Narváez se niega a tolerar a mas favoritos. Tenorio por un lado y Meneses por el otro. Estos asuntos desquician a Narváez y la polícita tampoco va por buen camino.
El nuevo gobierno se esfuerza por presentarse como un gabinete liberal. Los logros conseguidos en materia de libertades durante el Bienio Progresista son irrenunciables.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Paz
Eulalia con sus hijos Luis Fernando y Alfonso, fruto de su matrimonio con Antonio de Orleans Duque de Galliera.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
¡Qué preciosa foto de mi querido emperador Maximiliano de Mexico!
Ya tengo emoción para el resto del día. :smt054 :smt054 :smt054
Observen que Paz y Eulalia tienen la misma naricita respingona que
La Chata........................ :smt045 :smt045
¡Lo que es la vida! Isabel tuvo que aguantarse como consuegro a su
odiado Montpensier . . . :smt093 :smt093 :smt093
Ya tengo emoción para el resto del día. :smt054 :smt054 :smt054
Observen que Paz y Eulalia tienen la misma naricita respingona que
La Chata........................ :smt045 :smt045
¡Lo que es la vida! Isabel tuvo que aguantarse como consuegro a su
odiado Montpensier . . . :smt093 :smt093 :smt093
glorisabel- Su Alteza Imperial
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Localización : San Juan, Puerto Rico
Re: Isabel II de España
Laura me tienes enganchada a este hilo.
Gracias por compartir con nosotros.
Gracias por compartir con nosotros.
andromeda- Administrador
- Mensajes : 12291
Fecha de inscripción : 18/10/2007
Re: Isabel II de España
Duante este nuevo gobierno, Narváez decreta la aministía para algunos conspiradores contra la familia real entre ellos se encuentra Prim. El ministro de Hacienda propone una subasta de bienes estatales para sanear los fondos del estado y con animo de mejorar la imagen de Isabel, le aconseja a ésta última subastar un 25 por ciento de sus bienes.
Algunos alaban la actitud de la Reina, y otros la consideran hipócrita.
D. Emilio Castelar retratado por Joaquin Sorolla
Entre ellos un catedrático, Emilio Castelar, que publica en el periódico "
El Demócrata"
un artículo contra el ofrecimiento de la reina, en el que aduce que pretende disponer de bienes que pertenecen realmente al pueblo y de los cuales ella sólo debería disfrutar del usufructo. Las palabras de Castelar dan lugar a un impacto social que nadie esperaba. Narváez decreta la expulsión de Castelar de la Cátedra de Historia de la Universidad Central de Madrid. Por este motivo el 10 de abril de 1865, conocido como la Noche de San Daniel un grupo de estudiantes organiza una pitada ensordecedora contra el gabinete de gobierno en la Puerta del Sol. Este algarabío acaba dando paso a una manifestación de políticos de los bandos más radicales dispuestos a enfrentarse contra las fuerzas del orden. La guardia civil que había recibido instrucciones de reducir a este grupo sin miramientos organiza una carga que da lugar a nueve muertos y doscientos heridos. Este hecho dará lugar a feroces críticas contra Narváez y la Monarquía. Narváez presenta su enésima dimisión.
Paulatinamente los progresistas van avanzando por todo el páis. El único capaz de contenerlos es O'Donell a quien acude Isabel. O'Donell retoma el mando del gobierno en junio de 1865. El general formará gobierno integrando a sus partidarios unionistas y la reina se verá obligada a aceptarlo y aceptar sus condiciones, entre ellas, la de expulsar de palacio a sor Patrocinio, por considerarla el príncipal elemento de las intrigas palaciegas que tanto desdeña la oposición.
El peor de los problemas de esta etapa es el reconocimiento que hace O'Donell del nuevo reino unificado de Italia bajo la monarquía constitucional de la casa de Saboya que ha dado lugar al derrocamiento de los Borbones en Nápoles así como la disolución de los Estados Pontificios.
Los más conservadores en el Partido Moderado, indignados por esta medida que a quien más perjudica es al Papa, reprochan a Isabel su consentimiento y además le retiran su apoyo. Isabel se ha visto obligada a firmar como reina constitucional. Francisco de Asís es precisamente quien encabeza los reproches, mientras el padre Claret abandona el cargo y se instala en Roma. Isabel otra vez desorientada, desconsolada se tortura constantemente pensando que la acción de su gobierno va en contra del Vaticano, además está nuevamente embarazada. Se siente cansada. O'Donell por si esto fuera poco, le pide el cese de Tenorio como secretario particular y su traslado a Segovia. Isabel tiene que transigir.
En el verano de 1865 una epidemia de cólera tiene lugar en Madrid y la familia en lugar de pasar el verano en la Granja, decide prolongar su estancia allí, en lugar de regresar a la capital para así evitgar el contagio.
La reina está de seis meses. Los periódicos más radicales sugieren que todos aquellos políticos con cargos oficiales que han abandonado Madrid, en esta terrible situación deben dejar vacante su puesto, incluida Isabel II.
La revolución contra el reinado de Isabel II es ya un hecho. El 3 de enero de 1866, el general Prim intenta su primer pronunciamiento, levantando algunos regimientos del ejército de Aranjuez. La organización es tan mala, que al final los conduce al fracaso.
O'Donell toma una seríe de medidas de represión que acaban exasperando a los progresistas.
La noche del 25 de enero de 1866 Isabel II da a Luz en el palacio real a su último hijo: el infante Francisco de Asis Leopoldo, apadrinado por los reyes de Bélgica. El niño vivirá veinte días. La reina agobiada por todos los problemas políticos se siente torpe e incapaz de mediar con los progresistas. A espaldas del propio O'Donell les propone un pacto: ella intentará que este último dimita si ellos se comprometen a detener la revolución. La idea es un fracaso.
Los intentos de sublevación cunden en toda España. El 22 de junio de 1866 el peor de los sucesos tiene lugar en Madrid. El general Pierrad, con la participación más que probable de Prim, ha organizado una gran conspiración que tendra lugar en la Villa y Corte, donde una serie de militares del Partido Progresista y cientos de civiles movilizados por el Partido Demócrata Republicano tomarán las calles. Una serie de circunstancias inesperadas hacen fracasar el intento. Varios oficiales han trasnochado para jugar a las cartas y al sorprender in fraganti el movimiento de sus subordinados se produce un tiroteo que hace que fallezcan los oficiales. Los civiles forman barricadas en las calles sin contar con el apoyo militar que estaba previsto en un principio. De madrugada se cuentasn más de quinientos muertos entre revolucionarios y leales aunque se consigue detener totalmente el golpe. El gobierno decreta el fusilamiento de sesenta y seis sargentos, y además corre el rumor de que ha sido la propia Isabel la que ha exigido esta medida.
Algunos alaban la actitud de la Reina, y otros la consideran hipócrita.
D. Emilio Castelar retratado por Joaquin Sorolla
Entre ellos un catedrático, Emilio Castelar, que publica en el periódico "
El Demócrata"
un artículo contra el ofrecimiento de la reina, en el que aduce que pretende disponer de bienes que pertenecen realmente al pueblo y de los cuales ella sólo debería disfrutar del usufructo. Las palabras de Castelar dan lugar a un impacto social que nadie esperaba. Narváez decreta la expulsión de Castelar de la Cátedra de Historia de la Universidad Central de Madrid. Por este motivo el 10 de abril de 1865, conocido como la Noche de San Daniel un grupo de estudiantes organiza una pitada ensordecedora contra el gabinete de gobierno en la Puerta del Sol. Este algarabío acaba dando paso a una manifestación de políticos de los bandos más radicales dispuestos a enfrentarse contra las fuerzas del orden. La guardia civil que había recibido instrucciones de reducir a este grupo sin miramientos organiza una carga que da lugar a nueve muertos y doscientos heridos. Este hecho dará lugar a feroces críticas contra Narváez y la Monarquía. Narváez presenta su enésima dimisión.
Paulatinamente los progresistas van avanzando por todo el páis. El único capaz de contenerlos es O'Donell a quien acude Isabel. O'Donell retoma el mando del gobierno en junio de 1865. El general formará gobierno integrando a sus partidarios unionistas y la reina se verá obligada a aceptarlo y aceptar sus condiciones, entre ellas, la de expulsar de palacio a sor Patrocinio, por considerarla el príncipal elemento de las intrigas palaciegas que tanto desdeña la oposición.
El peor de los problemas de esta etapa es el reconocimiento que hace O'Donell del nuevo reino unificado de Italia bajo la monarquía constitucional de la casa de Saboya que ha dado lugar al derrocamiento de los Borbones en Nápoles así como la disolución de los Estados Pontificios.
Los más conservadores en el Partido Moderado, indignados por esta medida que a quien más perjudica es al Papa, reprochan a Isabel su consentimiento y además le retiran su apoyo. Isabel se ha visto obligada a firmar como reina constitucional. Francisco de Asís es precisamente quien encabeza los reproches, mientras el padre Claret abandona el cargo y se instala en Roma. Isabel otra vez desorientada, desconsolada se tortura constantemente pensando que la acción de su gobierno va en contra del Vaticano, además está nuevamente embarazada. Se siente cansada. O'Donell por si esto fuera poco, le pide el cese de Tenorio como secretario particular y su traslado a Segovia. Isabel tiene que transigir.
En el verano de 1865 una epidemia de cólera tiene lugar en Madrid y la familia en lugar de pasar el verano en la Granja, decide prolongar su estancia allí, en lugar de regresar a la capital para así evitgar el contagio.
La reina está de seis meses. Los periódicos más radicales sugieren que todos aquellos políticos con cargos oficiales que han abandonado Madrid, en esta terrible situación deben dejar vacante su puesto, incluida Isabel II.
La revolución contra el reinado de Isabel II es ya un hecho. El 3 de enero de 1866, el general Prim intenta su primer pronunciamiento, levantando algunos regimientos del ejército de Aranjuez. La organización es tan mala, que al final los conduce al fracaso.
O'Donell toma una seríe de medidas de represión que acaban exasperando a los progresistas.
La noche del 25 de enero de 1866 Isabel II da a Luz en el palacio real a su último hijo: el infante Francisco de Asis Leopoldo, apadrinado por los reyes de Bélgica. El niño vivirá veinte días. La reina agobiada por todos los problemas políticos se siente torpe e incapaz de mediar con los progresistas. A espaldas del propio O'Donell les propone un pacto: ella intentará que este último dimita si ellos se comprometen a detener la revolución. La idea es un fracaso.
Los intentos de sublevación cunden en toda España. El 22 de junio de 1866 el peor de los sucesos tiene lugar en Madrid. El general Pierrad, con la participación más que probable de Prim, ha organizado una gran conspiración que tendra lugar en la Villa y Corte, donde una serie de militares del Partido Progresista y cientos de civiles movilizados por el Partido Demócrata Republicano tomarán las calles. Una serie de circunstancias inesperadas hacen fracasar el intento. Varios oficiales han trasnochado para jugar a las cartas y al sorprender in fraganti el movimiento de sus subordinados se produce un tiroteo que hace que fallezcan los oficiales. Los civiles forman barricadas en las calles sin contar con el apoyo militar que estaba previsto en un principio. De madrugada se cuentasn más de quinientos muertos entre revolucionarios y leales aunque se consigue detener totalmente el golpe. El gobierno decreta el fusilamiento de sesenta y seis sargentos, y además corre el rumor de que ha sido la propia Isabel la que ha exigido esta medida.
Última edición por el Dom Oct 16, 2011 10:40 am, editado 3 veces
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Lauris, me tienes pegada a la pantalla del computador. Lindo y buen trabajo. Gracias.
Re: Isabel II de España
Noche de San Daniel
En julio de 1866 Isabel presenta una lista de nuevos senadores afines a la Unión Liberal, con los cuales el jefe de Gobierno pretende reforzar su autoridad. La reina se niega a aprobarla y O'Donell humillado presenta su dimisión definitiva en julio de 1966. Se exilila a Biarritz donde fallecerá en el mes noviembre siguiente.
Vuelve, como no, Narváez, el segundo más fuerte de este turbulento reinado ya mayor y enfermo debido a un balazo recibido en la noche de San Daniel, aun así, inicia su séptimo mandato.
Todos los acontecimientos que van a tener lugar a partir de este momento van a hacer un efecto dominó de cara al desprestigio de la monaquía.
En diciembre de 1866 la familia real inicia un viaje para inaugurar una línea férrea a Lisboa y entrevistarse con los Reyes de Portugal en la frontera. A su paso por la estación de Daimiel la máquina que precede al tren no puede detenerse ante una multitud que ha invadido la via para ver a la reina, arrollando a varias personas que resultan muertas o heridas. El tren real apenas se detiene por cuestiones de horario y protocolo. La prensa progresista crítica duramente a Isabel II. A su regreso Isabel visita a las familias de los heridos en sus casas y preside el funeral por los fallecidos.
A principios de 1867 ha dado el visto bueno a otro favorito: Carlos Marfori y Calleja. Pariente de Narváez y viejo conocido de Isabel. Ejerce como gentilhombre de cámara y como gobernador civil. Tiene cincuenta años y una apariencia seductora. Es un político mediocre aunque sabrá sacar provecho de su amistad con la reina para medrar en ese sentido. Esto no hace más que empeorar la imagen de la monarquía.
Narváez dedica todos sus esfuerzos a reprimir las revueltas y pronunciamientos que fomentan Prim y sus seguidores. Los Muñoz, por otro lado, se atreven a aconsejar a Isabel la conveniencia de un cambio político de ciento ochenta grados. Isabel agobiada por tanta contradicción actúa sin una visión coherente y realista de la situación.
El 23 de abril de 1868 fallece Narváez, aun en funciones de presidente. Muy enfermo, sus últimas palabras son: "
Esto se acabó"
.
La reina quiere designar como nuevo presidente a Luis González Bravo. Sin partidarios ni entre los militares ni entre los grupos civiles. Esto no hará más que aumentar el número de afiliados al proceso de revolución, dividir a la familia real y precipitar la caída de Isabel II.
El ejercito está conspirando en toda España. Cada provincia española tiene un grupo de reaccionarios. Isabel pierde el apoyo de los militares y de su familia. Serrano, el primero de los favoritos, ahora se ha pasado a centro-izquierda como jefe de la Unión Liberal, y trama en la sombra la instauración de una nueva monarquía con los Montpensier sentados en el Trono. Los Montpesier a cambio financiarán el derrocamiento de Isabel (su hermana y cuñada). El duque accede a esta idea y gasta una gran cantidad de dinero en esta empresa.
Infanta Isabel "
La Chata"
Mientras se va formando esta confabulación, la corte asiste a la última cremonia relevante del reinado de Isabel II. Tiene lugar cuando la infanta Isabel contrae matrimonio en Madrid el 13 de mayo de 1868 con su primo Cayetano de Borbón Dos Sicilias, conde de Girgenti. Pasados los festejos, González Bravo extrema sus política represiva para tenerlo todo bajo control. Cuando se descubre la trama de los mandos apadrinados por Montpensier el gobierno empieza a tomar medidas todavía más drásticas.
El 7 de julio de arresta en sus casas a los generales Serrano, Dulce, Zavala, Córdova, Serrano Bedoya, Echagüe y Caballero de Rodas y se procede a internarlos en diversas cárceles de España. González Bravo convence a Isabel para decretar la expulsión del país de su hermana Luisa Fernanda y su familia. A Isabel le afecta mucho más la intentona de su cuñado que el alejamiento de su hermana.
El gobierno confía en su política de represión y aconseja a la familia real marchar con tranquilidad a su habitual veraneo donde residirán en la localidad de Lequeitio para tomar baños de mar. Isabel II sale de Madrid a principios de Julio de 1868 sin imaginar que ya no volverá en muchos años.
El 18 de septiembre tiene lugar la Gloriosa Revolución, con la intención de expulsar a Isabel del Trono. Gonzalez Bravo, ante esta situación presenta su dimisión. Se forma un gobierno de urgencia el 19 de septiembre. José Gutierrez de la Concha, marqués de la Habana, será el nuevo presidente, aunque dimitirá once días más tarde.
Última edición por el Dom Oct 16, 2011 10:43 am, editado 3 veces
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
El movimiento se ha iniciado en Cádiz punto de encuentro entre Prim y Serrano, huido de su prisión en Canarias y el Almirante Topete, hasta ese momento leal a Isabel II.
Serano avanza hacia Madrid y a las puertas de Córdoba se encuentra con el ejército isabelino comandado por el general Pavía, marqués de Novaliches. El 28 de septiembre se libra la batalla de Alcolea en la cual el ejércido Isabelino resulta vencido. El reinado de Isabel puede considerarse finiquitado. Una Junta Revolucionaria Suprema asume en Madrid todos los poderes.
El 4 de ocubre Serrano hace su entrada en la Capital, Prim tres días más tarde. La revolución despierta un enorme apoyo popular. La Reina es consciente de la situación. Aun así en contra de la opinión de muchos se empeña en volver a Madrid. Algunos de sus consejeros, creen firmemente que su presencia en la capital, incluso su abdicación en favor de Alfonso sofocaría la situación.
Finalmente es advertida para que no emprenda el viaje y abandona la idea.
La noticia de la derrota de Alcolea causa mucha impresión en el entorno de Isabel, que tiene a su lado a María del Carmen Alvarez de Asturias, Marquesa de Novaliches, su camarera mayor. El siguiente paso es el exilio.
El 30 de septiembre de 1868, la familia real sale de madrugada desde San Sebastián a la frontera con Francia. Isabel II se va triste y muy afectada.
A sus treinta y ocho años, Isabel joven y le quedan por delate otra gran etapa vital, tan larga, como la anterior, condenada al exilio y al olvido.
Isabel jamás llegará a encontrar una explicación convincente de su derrocamiento, nunca se sentirá la única culpable de este hecho. En España deja para siempre un modo de vida y un reinado que concluye de una manera brusca. España pasará pagina de este cápitulo sin mirar atrás. Isabel atraviesa la frontera convencida de que pronto volverá. Se equivoca. Francia se convertirá a la fuerza en su nueva patria, Isabel deberá acostumbrarse a vivir con la nostalgia por el trono perdido.
Eugenia de Montijo
Napoleon III
En Francia esperan a Isabel y a su familia, Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo, amiga de la infancia de Isabel, y le prestan su apoyo. Tras una estancia en el Castillo de Pau, se trasladan a París donde se alojaran en el Pabellón Rohan de la rue de Rívoli, para comprar después, en el año 1869 el Palacio de Basilewski, inmediatamente rebautizado como Palacio de Castilla. Allí vivirá Isabel hasta el final de sus días. Aquí se forma una pequeña corte que la asiste en el exilio al mondo del conde Ezpeleta, como jefe de la casa real, aunque la reina sigue confiando en sor Patrocinio, Claret y Marfori, que la han seguido al exilio. A causa de estos personajes algunas personas muy últiles a su causa se alejarán de la reina.
A partir de aquí Francisco de Asís toma la inciativa de separarse de Isabel. Ya no tiene obligaciones de Estado. Se desentiende de todo y sólo aspira a llevar una vida tranquila en Francia, independiente y dedicada a sus viajes e intereses culturales. Francisco quiere estar en una residencia retirada y compartida con su secretario particular Meneses.
Francisco pretende que Isabel le pague puntualmente la asignación económica que su contrato matrimonial estipula, aunque para ello tenga que vender sus joyas. Isabel se ve inmersa, debido a esta actitud en un montón de problemas financieros y juicios que finalizarán en 1870 cuando se celebre el juicio de separación del matrimonio y se dicte sentencia repartiendo los bienes.
La familia real se divide por completo. Isabel se ocupa en solitario de la educación de sus hijos que por primera vez asistirán en París, al colegio junto con otros niños. El principe Alfonso irá al Stanislás y Pilar, Paz y Eulalia al Sagrado Corazón.
Serano avanza hacia Madrid y a las puertas de Córdoba se encuentra con el ejército isabelino comandado por el general Pavía, marqués de Novaliches. El 28 de septiembre se libra la batalla de Alcolea en la cual el ejércido Isabelino resulta vencido. El reinado de Isabel puede considerarse finiquitado. Una Junta Revolucionaria Suprema asume en Madrid todos los poderes.
El 4 de ocubre Serrano hace su entrada en la Capital, Prim tres días más tarde. La revolución despierta un enorme apoyo popular. La Reina es consciente de la situación. Aun así en contra de la opinión de muchos se empeña en volver a Madrid. Algunos de sus consejeros, creen firmemente que su presencia en la capital, incluso su abdicación en favor de Alfonso sofocaría la situación.
Finalmente es advertida para que no emprenda el viaje y abandona la idea.
La noticia de la derrota de Alcolea causa mucha impresión en el entorno de Isabel, que tiene a su lado a María del Carmen Alvarez de Asturias, Marquesa de Novaliches, su camarera mayor. El siguiente paso es el exilio.
El 30 de septiembre de 1868, la familia real sale de madrugada desde San Sebastián a la frontera con Francia. Isabel II se va triste y muy afectada.
A sus treinta y ocho años, Isabel joven y le quedan por delate otra gran etapa vital, tan larga, como la anterior, condenada al exilio y al olvido.
Isabel jamás llegará a encontrar una explicación convincente de su derrocamiento, nunca se sentirá la única culpable de este hecho. En España deja para siempre un modo de vida y un reinado que concluye de una manera brusca. España pasará pagina de este cápitulo sin mirar atrás. Isabel atraviesa la frontera convencida de que pronto volverá. Se equivoca. Francia se convertirá a la fuerza en su nueva patria, Isabel deberá acostumbrarse a vivir con la nostalgia por el trono perdido.
Eugenia de Montijo
Napoleon III
En Francia esperan a Isabel y a su familia, Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo, amiga de la infancia de Isabel, y le prestan su apoyo. Tras una estancia en el Castillo de Pau, se trasladan a París donde se alojaran en el Pabellón Rohan de la rue de Rívoli, para comprar después, en el año 1869 el Palacio de Basilewski, inmediatamente rebautizado como Palacio de Castilla. Allí vivirá Isabel hasta el final de sus días. Aquí se forma una pequeña corte que la asiste en el exilio al mondo del conde Ezpeleta, como jefe de la casa real, aunque la reina sigue confiando en sor Patrocinio, Claret y Marfori, que la han seguido al exilio. A causa de estos personajes algunas personas muy últiles a su causa se alejarán de la reina.
A partir de aquí Francisco de Asís toma la inciativa de separarse de Isabel. Ya no tiene obligaciones de Estado. Se desentiende de todo y sólo aspira a llevar una vida tranquila en Francia, independiente y dedicada a sus viajes e intereses culturales. Francisco quiere estar en una residencia retirada y compartida con su secretario particular Meneses.
Francisco pretende que Isabel le pague puntualmente la asignación económica que su contrato matrimonial estipula, aunque para ello tenga que vender sus joyas. Isabel se ve inmersa, debido a esta actitud en un montón de problemas financieros y juicios que finalizarán en 1870 cuando se celebre el juicio de separación del matrimonio y se dicte sentencia repartiendo los bienes.
La familia real se divide por completo. Isabel se ocupa en solitario de la educación de sus hijos que por primera vez asistirán en París, al colegio junto con otros niños. El principe Alfonso irá al Stanislás y Pilar, Paz y Eulalia al Sagrado Corazón.
Última edición por el Miér Oct 12, 2011 10:57 pm, editado 1 vez
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Re: Isabel II de España
Palacio de Castilla. Posteriormente Hotel Majestic.
Fue la residencia oficial de Isabel II, durante treinta y seis años en la época del exilio.
La Reina de España residió en ese palacio hasta su muerte. Allí abdicó a favor de Alfonso XII. Allí vivió, en la distancia los cambios políticos en España en la segunda mitad del siglo XIX.
Napoleón III y su esposa, la emperatriz Eugenia de Montijo, trataron a Isabel II con su rango real. Y la Reina de España murió en ese palacio, tras una visita personal de la última emperatriz de Francia.
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Re: Isabel II de España
Juan Prim y Prats fue gobernador de Puerto Rico. ¡Tremendo dictador!
glorisabel- Su Alteza Imperial
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Localización : San Juan, Puerto Rico
Re: Isabel II de España
Desde el inicio del exilio de la familia todas las intenciones se centran en restaurar el trono español de los Bornones. Isabel siempre estará rodeada de políticos leales, monárquicos y moderados. En España se crea una Junta de Restauración, compuesta por personajes como el general Manuel Gasset, el conde de Cheste, el general Moyano, Alejandro Mon, Lorenzo Arrazola o el marqués de Alcañices. Quien más destaca entre ellos es Antonio Cánovas del Castillo que a partir de marzo de 1869 inicia una correspondencia con Isabel II en la cual aconseja a la soberana de una manera muy realista haciendo que ella sea consciente de los errores cometidos durante su reinado. Cánovas le pide "
abnegación"
y "
sacrificio"
, y también la abdicación de todos sus derechos en favor de el príncipe Alfonso XII porque considera que esa abdicación es el único acto capaz de volver a restaurar la monarquía;
una monarquía libre de las ataduras del pasado.
Isabel consultará con todos sus allegados, y meditará durante meses esta decisión. Finalmente el 25 de junio de 1870, en el salón del palacio de Castilla, ante la familia real, los aristócratas, políticos y generales que conforman esta pequeña corte en el exilio la reina lee en voz alta su acta de abdicación.
"
¡Cuánto tuvo que pelear Pepe Alcañices, el duque de Sesto, para que abdicara en Alfonso!. Tanto que, cuando lo consiguió, Isabel II llamó a mi hermano y en presencia del duque le dijo: "
Alfonso, dale la mano a Pepe, que ha logrado hacerte rey."
José Osorio -Pepe- fue el primero en firmar como testigo en el acta de abdicación de la reina en la persona del Príncipe de Asturias."
Al hilo de la vida. Eulalia de Borbón, la indómita
Jordi Siracusa
La restauración alfonsina se ve lejana y muy dificil. En España se ha discutido durante meses si instaurar la república o la monarquía, y curiosamente ha ganado la segunda opción. Las cortes han elegido para ocupar el Trono a Amadeo de Saboya, candidato de Prim. Su reinado se iniciará en 1870.
A la vez surge otro problema. Se propone para ocupar el trono a un príncipe prusiano de la casa Hohenzollern, cuestión que desatará en Europa un conflicto bélico: la guerra entre Francia y Prusia en julio de 1870. París con este motivo se verá amenzada por el ejército Pruso del Kaiser Guillermo II comandado por el canciller Bismark. Harán prisonero a Napoleón III. Cae el Segundo Imperio. Isabel II y su familia marchan a Ginebra para refugiarse. El palacio de Castilla sufrirá enormes daños como consecuencia de los ataques del ejército pruso.
Es a partir de la estancia de la familia en Ginebra cuando comienza una estapa fructífera para la restauración
Maria Cristina vuelve a ser el principal apoyo de Isabel en el exilio, hasta el punto de llegar a dirigir en enero de 1871 la dirección de la Restauración.
La principal ocupación de Isabel se centra en la educación de los infantes.
Alfonso es enviado al colegio más prestigioso de Europa: el Theresarium de Viena. En ese momento tiene catorce años. Madre e hijo se adoran.
Pilar, Paz y Eulalia serán educadas por mis Morrison una institutriz inglesa que se ocupara de sus estudios.
Durante esta estapa, el Conde Girgenti, esposo de Isabel (La Chata), pone fin a su vida con un disparo en la sien en su villa de Lucerna. Isabel se entera de este suceso viajando de París a Viena para visitar a Alfonso. A su regreso a París trae consigo a Isabel su hija tras haber cumplido con el entierro y los funerales de Girgenti.
María Cristina hará posible la reconciliación entre la soberana y su hermana Luisa Fernanda, desde el problema de Montpensier en la Revolución Gloriosa. Los Montpensier al haber sido expulsados de España también se habían exiliado a Francia. A su llegada Antonio de Orleans, pacta con María Cristina la dirección de la Restauración, convirtiéndose en el tutor del Príncipe, a cambio de reconocer plenamente los derechos de éste al trono español. Isabel por consejo materno acepta el pacto a pesar de la desconfianza que le genera Montpensier.
Con el pacto firmado Luisa Fernanda e Isabel se reunen en París siendo para ambas éste un momento muy emotivo.
Los problemas continúan, Antonio de Orleans, pretende extralimitarse en la vida y la educación del príncipe, principalmente cuando se hace evidente el enamoramiento de Alfonso por su prima Mercedes de Orleans, hija de Antonio y Luísa Fernanda. En enero de 1873 se rompen las relaciones entre Isabel II y su cuñado. Antonio devuelve la dirección del partido alfonsino a María Cristina y deja sin efecto todo lo covenido anteriormente.
abnegación"
y "
sacrificio"
, y también la abdicación de todos sus derechos en favor de el príncipe Alfonso XII porque considera que esa abdicación es el único acto capaz de volver a restaurar la monarquía;
una monarquía libre de las ataduras del pasado.
Isabel consultará con todos sus allegados, y meditará durante meses esta decisión. Finalmente el 25 de junio de 1870, en el salón del palacio de Castilla, ante la familia real, los aristócratas, políticos y generales que conforman esta pequeña corte en el exilio la reina lee en voz alta su acta de abdicación.
"
¡Cuánto tuvo que pelear Pepe Alcañices, el duque de Sesto, para que abdicara en Alfonso!. Tanto que, cuando lo consiguió, Isabel II llamó a mi hermano y en presencia del duque le dijo: "
Alfonso, dale la mano a Pepe, que ha logrado hacerte rey."
José Osorio -Pepe- fue el primero en firmar como testigo en el acta de abdicación de la reina en la persona del Príncipe de Asturias."
Al hilo de la vida. Eulalia de Borbón, la indómita
Jordi Siracusa
La restauración alfonsina se ve lejana y muy dificil. En España se ha discutido durante meses si instaurar la república o la monarquía, y curiosamente ha ganado la segunda opción. Las cortes han elegido para ocupar el Trono a Amadeo de Saboya, candidato de Prim. Su reinado se iniciará en 1870.
A la vez surge otro problema. Se propone para ocupar el trono a un príncipe prusiano de la casa Hohenzollern, cuestión que desatará en Europa un conflicto bélico: la guerra entre Francia y Prusia en julio de 1870. París con este motivo se verá amenzada por el ejército Pruso del Kaiser Guillermo II comandado por el canciller Bismark. Harán prisonero a Napoleón III. Cae el Segundo Imperio. Isabel II y su familia marchan a Ginebra para refugiarse. El palacio de Castilla sufrirá enormes daños como consecuencia de los ataques del ejército pruso.
Es a partir de la estancia de la familia en Ginebra cuando comienza una estapa fructífera para la restauración
Maria Cristina vuelve a ser el principal apoyo de Isabel en el exilio, hasta el punto de llegar a dirigir en enero de 1871 la dirección de la Restauración.
La principal ocupación de Isabel se centra en la educación de los infantes.
Alfonso es enviado al colegio más prestigioso de Europa: el Theresarium de Viena. En ese momento tiene catorce años. Madre e hijo se adoran.
Pilar, Paz y Eulalia serán educadas por mis Morrison una institutriz inglesa que se ocupara de sus estudios.
Durante esta estapa, el Conde Girgenti, esposo de Isabel (La Chata), pone fin a su vida con un disparo en la sien en su villa de Lucerna. Isabel se entera de este suceso viajando de París a Viena para visitar a Alfonso. A su regreso a París trae consigo a Isabel su hija tras haber cumplido con el entierro y los funerales de Girgenti.
María Cristina hará posible la reconciliación entre la soberana y su hermana Luisa Fernanda, desde el problema de Montpensier en la Revolución Gloriosa. Los Montpensier al haber sido expulsados de España también se habían exiliado a Francia. A su llegada Antonio de Orleans, pacta con María Cristina la dirección de la Restauración, convirtiéndose en el tutor del Príncipe, a cambio de reconocer plenamente los derechos de éste al trono español. Isabel por consejo materno acepta el pacto a pesar de la desconfianza que le genera Montpensier.
Con el pacto firmado Luisa Fernanda e Isabel se reunen en París siendo para ambas éste un momento muy emotivo.
Los problemas continúan, Antonio de Orleans, pretende extralimitarse en la vida y la educación del príncipe, principalmente cuando se hace evidente el enamoramiento de Alfonso por su prima Mercedes de Orleans, hija de Antonio y Luísa Fernanda. En enero de 1873 se rompen las relaciones entre Isabel II y su cuñado. Antonio devuelve la dirección del partido alfonsino a María Cristina y deja sin efecto todo lo covenido anteriormente.
Última edición por el Dom Oct 16, 2011 11:17 am, editado 3 veces
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Re: Isabel II de España
Antonio Cánovas del Castillo, por su acertada labor constituyente, su ejecutoria de firme gobernante, y su notable obra de historiador, es una de las grandes personalidades del siglo XIX español. Como gobernante, creó las bases del moderantismo político y del intervencionismo económico que caracterizaron la época llamada de la Restauración
El reinado de Amadeo de Saboya en España duró desde 1870 hasta 1873 y se desenvolvió dentro de las mayores dificultades. Al llegar a su nuevo reino desde Italia acababa de ser asesinado su principal defensor, el general Prim, y tuvo Amadeo que soportar la hostilidad de las derechas, que veían en él un miembro de la casa real que había expulsado al papa de Roma;
de los tradicionalistas, que veían en él un extranjero;
de los republicanos que aspiraban a derrocar la monarquía y de los legitimistas que pretendían la restauración de los Borbones. Amadeo procuró gobernar con el parlamento;
pero no pudo sobreponerse a las innumerables dificultades que le suscitaron por una parte los carlistas, sublevados en el norte del país en 1872, y por otra los irreducibles antagonismos entre los partidos. Así, decidió abdicar a principios de 1873 y en seguida las Cortes proclamaron la república.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
"
Con fecha 21 de julio -cuatro meses antes de suicidarse- el conde de Girgenti había formalizado un testamento, hasta hoy inédito en el que tomaba, entre otras, las siguientes disposiciones
1ª No creo necesario dejar nada a mi amadísima esposa, considerando que no le van a faltar medios para vivir de acuerdo con su rango, teniendo en cuenta no sólo su considerable dote, sino sus bienes personales de ocho millones de reales.
2ª Ruego a Su Majestad la Reina Isabel acepte conservar, en recuerdo de mi adhesión, el sable que empuñé en la batalla de Alcolea.
3ª A mi querido hermano el Rey Francisco II ruego conserve mis condecoraciones, libros y cartas, así como mi bastón de mando.
4ª Todos los objetos de la casa y personales, excepto los segregados para algunos amigos -según anoto aparte- los lego a mi muy amada consorte, rogándole no me olvide en sus cotidianas oraciones.
GAETANO BORBONE, CONTE DI GIRGENTI"
Juan Balansó
Las perlas de la Corona
Ed. 1999
Última edición por el Sáb Dic 10, 2011 12:15 pm, editado 1 vez
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Re: Isabel II de España
:amo: :amo: :amo: :amo: :amo: :amo: :amo: :amo:
Laura, como siempre, eres increíble, ¡¡¡¡vaya hilo con categoría que has eleborado !!!!!!!!!!
Laura, como siempre, eres increíble, ¡¡¡¡vaya hilo con categoría que has eleborado !!!!!!!!!!
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Gracias, Luz, pero con buenas fuentes tampoco es dificil y si te gusta el tema encima lo disfrutas.
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
Durante el verano de 1873 Isabel viaja a Roma, para visitar al papa Pío IX. La soberana durante años ha mantenido correspondencia con el pontífice que ha sido de gran ayuda moral durante los momentos complicados de su reinado. Va acompañada de su famiia. El encuentro con el papa para la reina es muy emocionante. Pío le aconseja que intente la restauración y la unidad de los borbones, divididos en facciones carlista, napolitana y francesa. La reina se toma muy en serio los consejos del papa y a su regreso a París, intenta la reconciliación con Francisco de Asís, llegando incluso a presentarse en el castillo de Epinay pero el rey adivinando sus intenciones sale por la puerta de atrás y evita encontrarse con ella.
La reina deja la dirección de la restauración alfonsina en manos de Cánovas que intenta lograr sentar en el trono a Alfonso por la vía pacífica. Amadeo I de Saboya ha abdicado en enero de 1873, dando pie a la instauración de la Primera República, que durará cuatro meses.
La intención de Cánovas es enviar a Alfonso a la Academia Militar de Sandhurst, en Inglaterra. Desde allí dirige su primer "
Manifiesto a los Españoles"
expondiendo su intención de ser proclamado rey en un régimen moderno y pacífico.
El 23 de diciembre regresa a París y mientras tanto Martinez Campos ha dado un golpe de Estado, en España, recibido con entusiasmo por el pueblo. A los cuatro días Alfonso ya es rey de España.
Isabel acoge la Restauración de Alfonso XII con mucha emoción. No obstante los años venideros serán los peores de su vida.
Cánovas considera más apropiado mantener a Isabel II alejada de España y de Alfonso XII, ante el miedo de que su presencia en la corte pueda provocar el rechazo de la monarquía. Marfori que a estas alturas todavía está cerca de de la Reina en el exilio daña mucho la imagen de Isabel. Cánovas insiste en que Isabel entienda que por el bien de su hijo no es el momento de regresar a España y le exige el alejamiento de Marfori. Isabel se muestra abierta a hacer todo lo posible para dar una buena imagen y enmendar su comportamiento, aun así durante esta etapa se sentirá muy mal. Le resulta insoportable que su hija mayor haya sido requerida en España para volver con la dignidad de princesa de Asturias y heredera antes que la propia soberana. Isabel se siente traicionada por Alfonso e Isabel, y por Cánovas del Castillo. Para vengarse cambia de actitud e inicia un romance con Ramiro de la Puente, capitán de artilleria, casado, de treinta años, y muy juerguista que se introduce en el palacio de Castilla para intrigar.
En esta estapa Isabel enferma gravemente en diciembre de 1875, contagiada de sarampión. Se salva, a pesar de que llega a estar a las puertas de la muerte porque es una mujer muy robusta, aun así ,se queda muy débil y afectada de sordera. Cánovas,conmovido por el estado en que se halla Isabel se plantea permitir su regreso, pero no a Madrid, sino a Sevilla, ciudad elegida por Isabel.
La reina deja la dirección de la restauración alfonsina en manos de Cánovas que intenta lograr sentar en el trono a Alfonso por la vía pacífica. Amadeo I de Saboya ha abdicado en enero de 1873, dando pie a la instauración de la Primera República, que durará cuatro meses.
La intención de Cánovas es enviar a Alfonso a la Academia Militar de Sandhurst, en Inglaterra. Desde allí dirige su primer "
Manifiesto a los Españoles"
expondiendo su intención de ser proclamado rey en un régimen moderno y pacífico.
El 23 de diciembre regresa a París y mientras tanto Martinez Campos ha dado un golpe de Estado, en España, recibido con entusiasmo por el pueblo. A los cuatro días Alfonso ya es rey de España.
Isabel acoge la Restauración de Alfonso XII con mucha emoción. No obstante los años venideros serán los peores de su vida.
Cánovas considera más apropiado mantener a Isabel II alejada de España y de Alfonso XII, ante el miedo de que su presencia en la corte pueda provocar el rechazo de la monarquía. Marfori que a estas alturas todavía está cerca de de la Reina en el exilio daña mucho la imagen de Isabel. Cánovas insiste en que Isabel entienda que por el bien de su hijo no es el momento de regresar a España y le exige el alejamiento de Marfori. Isabel se muestra abierta a hacer todo lo posible para dar una buena imagen y enmendar su comportamiento, aun así durante esta etapa se sentirá muy mal. Le resulta insoportable que su hija mayor haya sido requerida en España para volver con la dignidad de princesa de Asturias y heredera antes que la propia soberana. Isabel se siente traicionada por Alfonso e Isabel, y por Cánovas del Castillo. Para vengarse cambia de actitud e inicia un romance con Ramiro de la Puente, capitán de artilleria, casado, de treinta años, y muy juerguista que se introduce en el palacio de Castilla para intrigar.
En esta estapa Isabel enferma gravemente en diciembre de 1875, contagiada de sarampión. Se salva, a pesar de que llega a estar a las puertas de la muerte porque es una mujer muy robusta, aun así ,se queda muy débil y afectada de sordera. Cánovas,conmovido por el estado en que se halla Isabel se plantea permitir su regreso, pero no a Madrid, sino a Sevilla, ciudad elegida por Isabel.
Última edición por el Dom Oct 16, 2011 11:21 am, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Isabel II de España
El manifiesto de Sandhurst
"
He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños, y algunos de compatriotas nuestros residentes en Francia. Deseo que con todos sea usted intérprete de mi gratitud y mis opiniones.
Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre y a las crueles perturbaciones que experimenta España. Díceme que así lo reconoce ya la mayoría de nuestros compatriotas, y que antes de mucho estarán conmigo los de buena fe, sean cuales fueren sus antecedentes políticos, comprendiendo que no pueda tener exclusiones ni de un monarca nuevo y desapasionado ni de un régimen que precisamente hoy se impone porque representa la unión y la paz.
No sé yo cuándo o cómo, ni siquiera si se ha de realizar esa esperanza. Sólo puedo decir que nada omitiré para hacerme digno del difícil encargo de restablecer en nuestra noble nación, al tiempo que la concordia, el orden legal y la libertad política, si Dios en sus altos designios me la confía.
Por virtud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único representante yo del derecho monárquico en España. Arranca este de una legislación secular, confirmada por todos los precedentes históricos, y está indudablemente unida a todas las instituciones representativas, que nunca dejaron de funcionar legalmente durante los treinta y cinco años transcurridos desde que comenzó el reinado de mi madre hasta que, niño aún, pisé yo con todos los míos el suelo extranjero.
Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en 1812 le impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. Debióles, además, muchos años de progreso constante, de prosperidad, de crédito y aun de alguna gloria;
años que no es fácil borrar del recuerdo cuando tantos son todavía los que los han conocido.
Por todo esto, sin duda, lo único que inspira ya confianza en España es una monarquía hereditaria y representativa, mirándola como irremplazable garantía de sus derechos e intereses desde las clases obreras hasta las más elevadas.
En el intretanto, no sólo está hoy por tierra todo lo que en 1868 existía, sino cuanto se ha pretendido desde entonces crear. Si de hecho se halla abolida la Constitución de 1845, hállase también abolida la que en 1869 se formó sobre la base inexistente de la monarquía.
Si una Junta de senadores y diputados, sin ninguna forma legal constituida, decretó la república, bien pronto fueron disueltas las únicas Cortes convocadas con el deliberado intento de plantear aquel régimen por las bayonetas de la guarnición de Madrid. Todas las cuestiones políticas están así pendientes, y aun reservadas, por parte de los actuales gobernantes, a la libre decisión del porvenir.
Afortunadamente la monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los votos y la convivencia de la nación.
No hay que esperar que decida ya nada de plano y arbitrariamente, sin Cortes no resolvieron los negocios arduos de los príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles estén ya habituados a los procedimientos parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por resolver un príncipe leal y un pueblo libre.
Nada deseo tanto como que nuestra patria lo sea de verdad. A ello ha de contribuir poderosamente la dura lección de estos últimos tiempos que, si para nadie puede ser perdida, todavía lo será menos para las hornadas y laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de absurdas ilusiones.
Cuanto se está viviendo enseña que las naciones más grandes y prósperas, y donde el orden, la libertad y la justicia se admiran mejor, son aquellas que respetan más su propia historia. No impiden esto, en verdad, que atentamente observen y sigan con seguros pasos la marcha progresiva de la civilización. Quiera, pues, la Providencia divina que algún día se inspire el pueblo español en tales ejemplos.
Por mi parte, debo al infortunio estar en contacto con los hombres y las cosas de la Europa moderna, y si en ella no alcanza España una posición digna de su historia, y de consuno independiente y simpática, culpa mía no será ni ahora ni nunca. Sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.
Suyo, afmo., Alfonso de Borbón.
Nork-Town (Sandhurst), 1 de diciembre de 1874"
(Fue firmado por el príncipe el 1 de diciembre de 1874, mientras realizaba sus estudios en la academia militar Sandhurst, en Inglaterra. El manifiesto se redactó formalmente con el pretexto de contestar a las felicitaciones recibidas al cumplir diecisiete años, que significaba la mayoría de edad. El documento fue ideado y elaborado por Antonio Cánovas del Castillo)
"
He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños, y algunos de compatriotas nuestros residentes en Francia. Deseo que con todos sea usted intérprete de mi gratitud y mis opiniones.
Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la monarquía constitucional puede poner término a la opresión, a la incertidumbre y a las crueles perturbaciones que experimenta España. Díceme que así lo reconoce ya la mayoría de nuestros compatriotas, y que antes de mucho estarán conmigo los de buena fe, sean cuales fueren sus antecedentes políticos, comprendiendo que no pueda tener exclusiones ni de un monarca nuevo y desapasionado ni de un régimen que precisamente hoy se impone porque representa la unión y la paz.
No sé yo cuándo o cómo, ni siquiera si se ha de realizar esa esperanza. Sólo puedo decir que nada omitiré para hacerme digno del difícil encargo de restablecer en nuestra noble nación, al tiempo que la concordia, el orden legal y la libertad política, si Dios en sus altos designios me la confía.
Por virtud de la espontánea y solemne abdicación de mi augusta madre, tan generosa como infortunada, soy único representante yo del derecho monárquico en España. Arranca este de una legislación secular, confirmada por todos los precedentes históricos, y está indudablemente unida a todas las instituciones representativas, que nunca dejaron de funcionar legalmente durante los treinta y cinco años transcurridos desde que comenzó el reinado de mi madre hasta que, niño aún, pisé yo con todos los míos el suelo extranjero.
Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a aquellas libres instituciones que ni en 1812 le impidieron defender su independencia ni acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. Debióles, además, muchos años de progreso constante, de prosperidad, de crédito y aun de alguna gloria;
años que no es fácil borrar del recuerdo cuando tantos son todavía los que los han conocido.
Por todo esto, sin duda, lo único que inspira ya confianza en España es una monarquía hereditaria y representativa, mirándola como irremplazable garantía de sus derechos e intereses desde las clases obreras hasta las más elevadas.
En el intretanto, no sólo está hoy por tierra todo lo que en 1868 existía, sino cuanto se ha pretendido desde entonces crear. Si de hecho se halla abolida la Constitución de 1845, hállase también abolida la que en 1869 se formó sobre la base inexistente de la monarquía.
Si una Junta de senadores y diputados, sin ninguna forma legal constituida, decretó la república, bien pronto fueron disueltas las únicas Cortes convocadas con el deliberado intento de plantear aquel régimen por las bayonetas de la guarnición de Madrid. Todas las cuestiones políticas están así pendientes, y aun reservadas, por parte de los actuales gobernantes, a la libre decisión del porvenir.
Afortunadamente la monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los votos y la convivencia de la nación.
No hay que esperar que decida ya nada de plano y arbitrariamente, sin Cortes no resolvieron los negocios arduos de los príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles estén ya habituados a los procedimientos parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones por resolver un príncipe leal y un pueblo libre.
Nada deseo tanto como que nuestra patria lo sea de verdad. A ello ha de contribuir poderosamente la dura lección de estos últimos tiempos que, si para nadie puede ser perdida, todavía lo será menos para las hornadas y laboriosas clases populares, víctimas de sofismas pérfidos o de absurdas ilusiones.
Cuanto se está viviendo enseña que las naciones más grandes y prósperas, y donde el orden, la libertad y la justicia se admiran mejor, son aquellas que respetan más su propia historia. No impiden esto, en verdad, que atentamente observen y sigan con seguros pasos la marcha progresiva de la civilización. Quiera, pues, la Providencia divina que algún día se inspire el pueblo español en tales ejemplos.
Por mi parte, debo al infortunio estar en contacto con los hombres y las cosas de la Europa moderna, y si en ella no alcanza España una posición digna de su historia, y de consuno independiente y simpática, culpa mía no será ni ahora ni nunca. Sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.
Suyo, afmo., Alfonso de Borbón.
Nork-Town (Sandhurst), 1 de diciembre de 1874"
(Fue firmado por el príncipe el 1 de diciembre de 1874, mientras realizaba sus estudios en la academia militar Sandhurst, en Inglaterra. El manifiesto se redactó formalmente con el pretexto de contestar a las felicitaciones recibidas al cumplir diecisiete años, que significaba la mayoría de edad. El documento fue ideado y elaborado por Antonio Cánovas del Castillo)
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