Isabel II de España

¡Esas coplas madrileñas que el pueblo llano cantaba!

Laura, no quiero adelantarme a tu relato, pero José Ruiz de Arana y Saavedra me gusta más que Serrano...
La hija mayor de Isabel, la popular Chata, tenía un sentido del deber que recordaba a la familia Ruiz de Arana…
Glori, la Chata de joven también era guapa después acabo tan “amplia"
, como su madre. Genes de familia por vía materna.

Helen :

¡Esas coplas madrileñas que el pueblo llano cantaba!

Laura, no quiero adelantarme a tu relato, pero José Ruiz de Arana y Saavedra me gusta más que Serrano...
La hija mayor de Isabel, la popular Chata, tenía un sentido del deber que recordaba a la familia Ruiz de Arana…
Glori, la Chata de joven también era guapa después acabo tan “amplia"
, como su madre. Genes de familia por vía materna.

La Chata por lo que he leído, aunque tenía un caracter popular y festivo, y era la preferida de los madrileños, fuera de todo esto tenía mucho sentido del deber, se sabía Borbón e Infanta de España.
Una de sus frases preferidas era: "
Hay que ser infanta antes que mujer"
.
Sólo dejó de ser la más popular durante el corto reinado de Mercedes.
Volviendo a los favoritos de Isabel, Serrano la ha dejado compuesta y ahora vamos por el Conde Bedmar, que le va durar muy poquito, aun no hemos llegado a José Ruíz de Arana, aunque al paso que vamos, no se yo si habrá que hacer un esquema. Bien por ella.

Por cierto, me parece ofensivo que una mujer como la infanta Isabel, dos veces
Princesa de Asturias y defensora a ultranza de la monarquía y de su adorado Madrid,
no esté enterrada en el Panteón de los Infantes de El Escorial.

Está en la Granja, es extraño. Puede que al irse con la república, no se tuviera eso tan en cuenta. El hecho de que no descanse en el Panteón de Infantes me parece más descuido de la familia que otra cosa. He estado personalmente y aquello es inmenso, no ocurre lo mismo con el Panteón de Reyes, pero en el primero hay sitio de sobra. He leído que murió en París sola en una residencia.

Fue una decisión de la familia real que no se entiende mucho, a no ser por el perfil bajo que intentan mantener en todo lo tocante a tradición, pero creo que también se basó en la relación de cariño que la Chata tuvo siempre con La Granja, donde no solo iba en verano, sino todo el año y era el miembro de la familia que más la frecuentaba. En San Idelfonso la querían mucho. De igual forma tampoco es tumba despreciable la colegiata de La Granja, en cuyo panteón real descansan Felipe V e Isabel de Farnesio.

Volvamos al hilo:

En octubre de 1849 Isabel hace llegar a Narváez una carta firmada por Francisco de Asís en la que se califíca al primero de “peligroso para la Corona”, quien se presenta en palacio a las once de la noche para presentarle su dimisión a la soberana. La reina lo acepta y para sorpresa del primero, a la mañana del día siguiente aparece publicada en La Gaceta la composición del nuevo ministerio presidida por Cleonard.

No es la primera vez que Isabel utiliza sus derechos para hacer destituir ministros de forma arbitraria y caprichosa. A partir de este momento va a ser atacada por la prensa tildando esta actitud literalmente de “necio capricho”.

Isabel, asustada por la reacción de la gente recurre a los consejos de María Cristina. Ella y Muñoz la convencen para que destituya con urgencia a Cleonard. Ese mismo día la Reina vuelve a llamar a Narváez reconociendo su equivocación. Esta actuación enfrenta a Isabel con la mayoría del partido moderado. Narváez regresa con una autoridad implacable procediendo a la detención de parte de la camarilla del rey. Cleonard es destinado a Jaen, el Padre Fulgencio confinado en un Colegio de Escolapios y sor Patrocinio en un convento de Talavera.


El general Narvaéz

El Rey indignado ante la reacción de Narváez intenta promover una conspiración acudiendo a militares que le son afines. Cuando Narváez se entera, se presenta en palacio junto al general Fernández de Córdova y comunica a Francisco el arresto en sus habitaciones hasta nueva orden.
El encierro no pasa del día siguiente. A partir de este momento Isabel tendrá que soportar el enfrentamiento continuo entre ambos.

Paulatinamente la pasión entre Isabel y Bedmar se va enfriando. En la primavera de 1850 Isabel anuncia su primer embarazo. Francisco amenaza con marcharse de palacio y Narváez para evitar más escándalos intenta negociar con él. El Rey quiere el cargo de intendente del Real Patrimonio y administrador de los bienes de la Corona, siendo necesario transigir con él para aparentar cierta normalidad.

El 12 de julio de 1850 nace en palacio el primer hijo de Isabel II, bautizado con el nombre de Fernando fallecido a las pocas horas de nacer.

Isabel sólo tiene veinte años, puede tener más hijos, pero la muerte de este niño la sume en una profunda melancolía. En esta misma etapa Luisa Fernanda espera ya su segundo hijo. Isabel a partir de esta etapa intenta llevar una vida más normal y procura entenderse mejor con Francisco. El intento dura muy poco tiempo.

Desde principios de 1851 Isabel tiene un nuevo favorito, José María Ruiz de Arana. Joven, aristócrata y militar perteneciente a la “familia de palacio”, hijo del conde de Sevilla la Nueva. Habitual de los “bailes chicos” de la corte, a los que acude la alta servidumbre.

Ruíz de arana le ofrece a Isabel una estabilidad sentimental durante un ciclo de cinco años. Francisco de Asís en esta etapa aprovecha para chantajear a Isabel y hacerse con infinidad de beneficios.

A pesar de este periodo de cinco años en los que se disfruta de un poco de estabilidad, una nueva crisis vendrá provocada por la renuncia de Bravo Murillo, hasta ese momento Ministro de Hacienda a quien han puesto todo tipo de obstáculos para llevar a cabo su proyecto de reducción del gasto público. Narváez, cansado de problemas y de falsas acusaciones presenta su renuncia irrevocable el 10 de enero de 1851. Isabel a pesar de todo lo sucedido lamentará su decisión.

El vacío que deja Narváez es ocupado por la reina madre que convierte de nuevo a Isabel en marioneta. Isabel enfrenta estos problemas sin demasiada preocupación, llegando al extremo de delegar en su madre importantes cuestiones.

Por consejo de Miraflores, María Cristina encomienda la formación del nuevo gobierno a Bravo Murillo, pero a gusto de ella y de Muñoz.

Bravo Murillo, inicia su labor como presidente en enero de 1951. Tiene buenas dotes como jurista y como economista.

Durante este mandato se anuncia el nuevo embarazo de la Reina. El 20 de diciembre de 1851 tras un parto complicado nace una niña que llevará los nombres de Isabel Francisca de Asís, pronto conocida como “La Chata”. Isabel es heredera al trono y Princesa de Asturias. La prensa la denomina “Isabel III, la nueva reina Católica”.


Isabel Francisca de Asís “La Chata”
Isabel está feliz por este nacimiento. Muchos atribuyen la paternidad de la criatura al “pollo Arana” atreviéndose a llamarla con el mote de “la Araneja”.


El 2 de Febrero de 1852 se prepara el cortejo hasta la basílica de Nuestra Señora de Atocha para la presentación de la niña a la Virgen. De camino al templo la reina se detiene ante la petición de un clérigo que se arrodilla ante ella con la excusa de entregarle un memorial. Repentinamente éste, saca un cuchillo intentando apuñalarla en el pecho, hiréndola levemente. La reina salva la vida gracias a los bordados del manto y las ballenas de su corsé. Se procede a la detención del cura Martín Merino, un perturbado que no pertenece a ningún grupo de conspiradores. Es condenado a pena de muerte. La opinión publica culpa a Francisco de Asís y sus camarillas de estar detrás del atentado. Dónoso Cortés reconoce que tanto él como María Cristina están convecidos de este hecho.
Cuando Isabel se repone de la herida y sale a la calle el 14 de febrero de 1852 el fervor popular se desborda.

Bravo Murillo a partir de aquí propone abordar una serie de cambios importantes, entre ellos, reforzar los poderes de la Corona, simplificar la constitución, y reducir al mínimo la vida parlamentaria de forma que la gestión del estado sea más eficaz.

María Cristina indignada porque el presidente le deniega ciertas concesiones de negocios estatales que ella y muñoz pretenden desea su retirada, algo a lo que se presta Isabel II asumiendo sus deseos y destituyendo a Bravo Murillo en diciembre de 1852.

El gobierno estará formado por ministros moderados relacionados casi todos con los Muñoz. Los progresistas acusan de corrupción tanto a los ministros como a la familia real implicada hasta límites insospechables.

La única fóto, que he podido localizar, a parte del famoso de retrato de Winterhalter, en la que aparecen juntas madre e hija.

La reina madre manipula a su antojo y cambiando los gobiernos en función de sus intereses económicos. Así se sucede el mandato de Federico Roncalí, el General Lersundi y Luís Sartorius, conde de San Luís hasta julio de 1854.

Isabel disfrutando de su relación amorosa con Ruíz de Arana, y embarazada de nuevo es incapaz de desempeñar su papel en condiciones. El 5 de enero de 1854, dará a luz a otra niña, que recibirá el nombre de Cristina en honor a su abuela. Muere a los tres días de nacer.
A todo ello se añade la crisis estatal. Durante el mandado del conde de San Luís se han hecho una serie de concesiones financieras de tipo irregular, pretendiendo sancionar en el Congreso a tal efecto la Ley de Ferrocarriles del Estado para agilizar la concesión.
Debido a ello la oposición publica los nombres de todos los implicados: saliendo al relucir los nombre de José de Salamanca y los Marqueses de Riánsares (María Cristina y Muñoz).

El problema se complica cuando esta noticia llega a la calle.
Al grito de “¡Viva Isabel II!” una parte disidente del partido Moderado encabezada por Leopoldo O’Donell subleba sus tropas en Vicálvaro. Quieren la caída del gobierno y que María Cristina se aparte de las decisiones del Estado. Sin embargo, la situación se les escapa de las manos y estalla la chispa de la revolución progresista. Al pronunciamiento militar responden los madrileños con un motín. En la Villa y Corte se producen violentas refriegas entre las tropas leales y los sublevados. La familia real se encierra en Palacio.

Se incendian las viviendas de José de Salamanca. del conde de San Luís y de la reina madre.
Isabel II ha destituido al conde procediendo a nombrar a Fernández de Córdova como jefe de gobierno. La revolución no se detendrá hasta que el general Espartero, ya retirado de la política asuma nuevamente la presidencia que ejercerá junto al general O`Donell como ministro de guerra. Isabel II se ve obligada a asumir las peticiones de los progresistas. Maria Cristina tendrá que acatar un Decreto en el que se dispone su expulsión y la intervención de sus bienes por el nuevo gobierno.

"
La vicalvarada"


Los duques de Riánsares abandonan Madrid el 26 de agosto de 1854, reprochándole a Isabel el haber permitido que se humillara a María Cristina de esa forma.

Pues hace poco leí que el primer hijo de Isabel ii,el principe Fernando fue hijo de Francisco de Asís ....

Hacía días que quería leer este nuevo hilo y la verdad es que no me ha defraudado.
Muy buen trabajo Laura!

Espero tu continuación de la historia.

Lady Laura, este trabajos biográfico de mi augusta madre me ha conmovido. Sencillamente perfecto. Gracias a todos los que están colaborando.

Verdaderamente que no lo hemos tenido fácil entre el XVIII y el XIX. Mamá fue díscola, sí, pero no seré yo quien la juzgue...


Saludos.

Majestad, Don Alfonso XII - su madre amó mucho, y a veces indiscriminadamente,
pero sobre todo, le adoró a usted, su único hijo varón sobreviviente. En aras de
este amor que le profesó, recuérdela usted siempre con el mayor de los cariños

Querido Marqués me uno al comentario de la Duquesa de Atenas, y a fin de cuentas, una madre siempre es una madre.

Lo quería mucho sí, pero bastante que le hizo la vida imposible, que estaba enfadadísima con el rey Alfonso XII cuando aceptó el trono y luego porque no cumplía sus pretensiones.

Este cambio afecta a la vida en la corte. Se le exige a Isabel el cese de varios cargos y la renovación de otros. Se nombra al duque de Sotomayor, la duquesa viuda de Berwick y de Alba y el conde Lalaing en los cargos de mayordomo mayor, camarera mayor y caballerizo mayor respectivamente.

Comienza el Bienio Progresista. Otro periodo breve y problemático. Isabel empieza a tener serias dudas sobre su futuro como soberana. En las Cortes constituidas en noviembre de 1854 hay mayoría de progresistas y entre ellos un gran número de republicanos y anti-isabelinos dispuestos a vengarse de Isabel por sus favoritismos hacia los moderados durante los últimos diez años. Sus relaciones con los progresistas tampoco son demasiado buenas.

Espartero dirige el gobierno pero de una forma desmotivada se muestra incapaz de mantener el orden. La crisis económica favorece las revueltas populares. El nuevo gabinete intenta imponer una ideología anticlerical, algo que choca frontalmente con la soberana. El ministro de Hacienda, Pascual Madoz inicia un nuevo proyecto de desamortización de los bienes del clero. Debido a ello se rompen las relaciones con el Vaticano.

La reina, es una mujer devota, aun a pesar de su conducta. Teme el castigo en la vida eterna y siempre buscará a lo largo de su atribulada existencia el consejo del Papa.



O’Donell asume la jefatura del gobierno en julio de 1856, arropado por una grupo muy fuerte de partidarios llamado Unión Liberal. El cambio de presidencia levanta muchas quejas entre los madrileños radicales, que durante muchos días provocan disturbios en la capital. O’Donell advierte a Isabel que le va a dar la orden al ejército de sofocar las revueltas con mucha dureza, pero que si fracasa, estará en juego la Corona:

“¿La Corona?” Para llevarla sin dignidad, prefiero no tenerla. Adelante”.

O’Donell trata a la soberana con mucha amabilidad y respeto, algo que en un breve periodo de tiempo dejará adivinar su amor platónico por Isabel.

Isabel cumple veintisiete años el 10 de octubre de 1856 y para festejarlo celebra un baile en palacio. Consciente de que todos sus actos son examinados con lupa le deniega a O’Donell el honor de abrir el baile con ella y le ofrece el brazo a Narváez. O’Donell entiende el mensaje. Al día siguiente presenta su dimisión.
Narváez inicia su quinto gobierno que gobernará, fiel a sus criterios, de forma más tradicional suspendiendo el decreto de Desamortización.

Isabel y Ruíz de Arana van separándose lentamente sin discusiones y sin odios. Aparece en escena Enrique Puigmoltó;
capitán de Ingenieros, valenciano de ideología carlista e hijo del conde de Torrefiel, y uno de los militaros que sofocaron las revueltas que provocaron el ascenso de O’Donell.

En enero de 1857 se confirma el nuevo embarazo de Isabel quien tendrá que guardar resposo. Francisco de Asís, pierde nuevamente los estribos y aprovecha el reposo de Isabel para meterse en asuntos de Estado.

Este nuevo embarazo también le sirve a Francisco para chantajear a Isabel con la amenza de revelar la identidad del verdadero padre de la criatura.

El ambiente en palacio vuelve a ser tenso. Isabel tiene problemas de conciencia, al fallecer su confesor elige como sustituto al padre Antonio María Claret, que se trasladará desde el Arzobispado de La Habana, para servir espiritualmente a la soberana.

Claret se enfrenta a una cuestión muy enrevesada que hará que se convierta en parte de la leyenda negra de palacio. El padre Claret conoce la historia de Isabel con Puigmoltó por el secreto de confesión y por habladurías palaciegas. A pesar de que el Papa ha sido informado por el nuncio de Madrid de la vida de Isabel ha decidido ser el padrino de este niño, previa petición de la soberana, para evitar más escándalos. Debido a ello Claret le exige a Isabel la inmediata separación de Puigmoltó. La reina se niega a ello y el padre Claret deja su cargo y abandona palacio. Narváez cansado de problemas presenta también la dimisión.

Paradójicamente lo que peor lleva Isabel no es precisamente prescindir del paciente Narvaéz, sino de Claret. Ella es ante todo una mujer profundamente espiritual. En consecuencia decide enviar a Inglaterra a Puigmoltó, con el consiguiente regreso de su confesor.
Narváez es sustituido por Francisco Armero, también moderado y finalmente el 28 de noviembre de 1857 Isabel da a luz a un niño, Alfonso, que sustiuirá a su hermanita Isabel como príncipe de Asturias.



Francisco de Asís entre tanto se niega a presentar al niño y a asistir al baustimo. La soberana solicita la intervención de la única persona capaz de hacer cambiar de actitud al Rey: sor Patrocinio. El éxito de su intervención salva a Alfonso del escándalo.

En poco tiempo Isabel permite a Puigmoltó el regreso a Madrid y su entrada en palacio. Claret renuncia nuevamente. Arrodillada a sus pies, Isabel le ruega que no la abandone. Claret, conmovido consiente en mantener su cargo siempre y cuando Puigmoltó desaparezca de la vida en palacio. Isabel cede a esta petición y Puigmoltó se va para siempre a Valencia.
La reina durante un tiempo muestra una conducta ejemplar y piadosa llegando a poner de moda entre las damas de la alta sociedad madrileña la asistencia masiva a sermones del padre Claret que se llevan a cabo en la iglesia de Santo Tomás de Madrid

Es buenísimo lo de su devoción, y el miedo que tenía de quedarse sin confesor. Me parto.

Cuna de Alfonso XII

Alfonso XII niño

Alfonso XII

Alfonso XII retratado por Fierros Álvarez

El 14 de Enero de 1858, Francisco Armero presenta su dimisión como jefe de gabinete, argumentando que estaba agotado. Isabel II lo sustituye por el moderado Francisco Javier Istúriz, que asume el cargo por tercera vez. Dimitirá el 30 de junio del año siguiente. Isabel vuelve a llamar a O'Donell que durante cinco años llevará el mando del gobierno en la estapa más estable del reinado de Isabel, conocido como el "
gobierno largo"
(1858 a 1863)

Aunque conserva su atractivo en esta etapa (entre los veintiocho y los treinta y tres años) Isabel ha perdido mucho encanto. Ha ganado mucho peso, su rostro adquiere un aspecto triste y cansado. Su gran problema sigue siendo su imprudente comprotamiento;
la reina con la edad en lugar de aprender va a más y en cada nueva relación que emprende tiende a pasarlo cada vez peor, aun a pesar de la ayuda espiritual del padre Claret. Aparece en esta etapa otro nuevo favorito: Miguel Tenorio de Castilla, político del partido moderado con amplia experiencia en cargos públicos.




Ha sido gobernador civil y embajador en Berlín. Serio, abnegado y más maduro emocionalmente que Isabel, la soberana considera que es diferente a los anteriores.
El 20 de abril de 1859 lo convierte en su secretario particular. El 26 de diciembre nace la infanta María Concepción, que fallece dos años más tarde, el 4 de junio de 1861, la infanta Pilar, el 23 de junio de 1862 la infanta Paz, y el 12 de febrero de 1864 nace la infanta Eulalia, la más rebelde de la familia.

Moderados y progresistas en esta étapa han perdido credibilidad. Paulatinamente La Unión liberal, liderada por O'Donell va consolidándose y durante un tiempo consigue aunar intereses entre las dos tendencias mayoritarias. En este gobierno largo, además hay prosperidad ecónomica.

O'Donell tiene como objetivo pulir la imagen que tiene el pueblo de la reina. Es necesario que la gente confíe nuevamente en la Corona. Nada mejor que llevar a Isabel de recorrido por gran parte de las provincias de la geografía española. Una serie de viajes ,a través de los cuales, que servirán para mostrar la mejor de sus cualidades: su don de gentes. Viaje que realizará acompañada de Francisco de Asís y de sus hijos mayores: Alfonso e Isabel.


Primera guerra con Marruecos.
Mariano Fortuny, Fantasía Arabe.

El 22 de octubre, España declara la guerra a Marruecos, planteada en el Congreso por O'Donell por "
la honra de España"
y no como una guerra cuyo fin es la conquista. Esta decisión motivará una oleada de patriotismo y mucho entusiasmo. Isabel apoya la causa de corazón ofreciéndose a vender sus joyas y su patrimonio particular de ser necesario. La guerra en el norte de Africa acabará siendo un éxito.

Visita a Barcelona 1865

Recibimiento en Mallorca

Visita a Barcelona

La reina Isabel II de España, llegó a Palma el 12 de septiembre de 1860 con su marido, hijos y su séquito. Primero visitó la Catedral, la Lonja y otras instituciones.

La reina, que tenía 30 años, como turista real visitó más lugares a parte de Palma. En la posesión de Alfàbia (hoy en día se puede visitar el dormitorio que utilizó, tapizado en rojo) pasó una noche, ya que en aquella época se encontraba a un día de camino de Palma y la reina descansó allí antes de tomar la ruta hacia Sóller por el Coll. En el Coll de Sóller, la reina hizo un alto en una fuente, que era parada obligatoria para beber agua los animales y los hombres.

Una vez en Sóller la reina dejó atrás la Isla rumbo a Barcelona, parece ser que la visita fue más breve de lo esperado y ocasionó decepción en algún municipio.

En Capdepera se habían preparado para recibir a la reina, querían enseñarle las cuevas de Cap Vermell. Habían construido una escalera para que Isabel pudiera entrar fácilmente en las cuevas.

La Plaza de la Reina de Palma lleva ese nombre por esta visita. En otro tiempo, donde se encuentra la Fuente de las Tortugas, en el Borne, había un gran monumento, tenía la base de mármol y alcanzaba los ocho metros de altura.

Estaba previsto inaugurarla para su visita, pero esta figura fue terminada en 1863, tres años después. De todas maneras, no duró mucho, en 1868 los revolucionarios derribaron el monumento destrozando la escultura. Un mallorquín recogió restos de la estatua y se los llevó a su posesión, sus descendientes todavía conservan la cabeza del monumento encima de una columna.

En 1868 al día siguiente de destrozar la estatua.

Plaza de la Reina en la actualidad

Finca de Alfabia