Gran Ducado de Luxemburgo

pero ambas con el mismo vestido, jejeje no hay por donde perderse...

esta foto es nueva Molvis ?
al niño mayor le encuentro cierto aire con felipe de marichalar y Borbon.

que simpatica se ve ella, la chispa latina con el temperamento serio diremos sajon ( por decir aleman jejje )

por: María Elena Cros
Fuente: Vanidades

Ha sido una esposa y madre ejemplar, y ha vivido muy comprometida con la educación y protección de la infancia

El Gran Ducado de Luxemburgo es una joya escondida entre Francia, Bélgica y Alemania. Un pequeño país de bosques y viñedos, bañado por 17 ríos. Dentro de sus 2.586 kilómetros (999 millas) cuadrados, vive el pueblo de más alto nivel económico de Europa. Allí hay trabajo para todos, excepto para los paparazzi, porque estos profesionales del sensacionalismo no tienen mucho que reportar. Hace solo dos meses, los grandes duques Enrique y María Teresa, considerados uno de los matrimonios ejemplares del gotha, prefirieron celebrar sus Bodas de Plata en la intimidad con sus cinco hijos, y pospusieron los festejos oficiales para junio.
Cuando se casaron hace 25 años, el sábado 14 de febrero (Día de los Enamorados), en medio de un frío intenso, miles de ciudadanos llenaron las calles de la ciudad de Luxemburgo, para saludar al matrimonio de su Príncipe con la joven cubana María Teresa Mestre Batista. Enrique era entonces el heredero de la corona de Luxemburgo y descendiente directo de los reyes de Bélgica... ¡la encarnación del príncipe de los cuentos de nuestra infancia! Ella venía de una familia de alta posición social y económica, y profundos principios morales, y representaba la élite de las jóvenes de los años 70. Se había educado en los centros escolares más exclusivos de los Estados Unidos y Suiza, donde conoció a su esposo, cuando los dos estudiaban Ciencias Políticas en la Universidad de Ginebra. En aquella época, el Príncipe se hacía llamar Enrique de Clairvaux, en un esfuerzo inútil por conservar el anonimato. ‘Puedo decir que se trata del primer gran amor de mi vida’, dijo Enrique en una ocasión. ‘Entre nosotros existen tantos puntos en común, que nuestra compenetración se acerca a la ideal’. A los cuatro años de su primer encuentro, Enrique y María Teresa se casaron en la catedral de Notre-Dame de la capital del país. ‘Soy muy dichosa, no porque todo esto se parezca a un cuento de hadas, sino porque Enrique es un hombre maravilloso’, dijo María Teresa el día de su boda. ‘Lo que realmente me preocupa es estar a la altura de las circunstancias como esposa y como madre’. La señorita Mestre iba a cumplir 25 años al mes siguiente, el 22 de marzo.
Hace poco, la Gran Duquesa accedió a responder unas preguntas para los lectores de Vanidades.
Vanidades: ¿Cómo su matrimonio y luego la ascensión de su esposo al trono, cambiaron su vida?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Mi matrimonio transformó mi vida como cambia la de todo cónyuge. Solo que, en mi caso, ser la esposa del Gran Duque heredero implica diferentes matices. A diario se presentan situaciones fuera de lo común que exigen sacrificios. Mi vida conlleva una gran disciplina y la renuncia a ciertas libertades. Por fortuna, durante los 20 años en que mi esposo fue príncipe heredero, tuve la oportunidad de adaptarme gradualmente a mi nueva situación y prepararme para mi futuro rol de esposa de un jefe de estado.
A pesar de su pequeño tamaño, Luxemburgo es una potencia bancaria, y sede de ocho instituciones de la Unión Europea, es miembro de las Naciones Unidas, y sus leyes de impuestos han servido de modelo a las de otros países.
Vanidades: ¿Qué puede decirnos de su hijo, el gran duque heredero? ¿Ha recibido una educación diferente a la de sus hermanos?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Pienso que es primordial trasmitirles los mismos principios morales a todos nuestros hijos. El Gran Duque siempre ha estado a mi lado para apoyarme en esa tarea. La única salvedad es que el príncipe Guillermo está destinado a un porvenir diferente al de sus hermanos, y tiene mayores responsabilidades. Desde que su padre se convirtió en jefe de estado, él empezó a asumir las funciones de Gran Duque heredero, a la vez que seguía sus estudios. Luego pasó a ser miembro del Consejo de Estado;
hoy, como presidente de la junta de desarrollo económico, acompaña al ministro de Economía en algunos de sus viajes al extranjero. En el plano humanitario, preside una fundación de ayuda a las personas con desventajas mentales. En cuanto a sus hermanos, lo apoyan muchísimo y lo rodean de todo su afecto.
Guillermo tendrá 25 años el próximo 11 de noviembre y se considera uno de los solteros más elegibles del gotha. Como la mayoría de los hijos de las familias reinantes, pasó por la Academia Militar de Sandhurst, Inglaterra, es teniente del ejército luxemburgués, y prestó juramento como oficial en diciembre de 2002. En su primera visita de estado, en septiembre del año pasado, viajó a Bratislavia (capital de Eslovaquia) como parte de una delegación de su país.
Vanidades: Usted mantiene lazos muy estrechos con sus hermanos. ¿Los ve a menudo?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Lo más a menudo posible. Especialmente a mi hermano Luis y su esposa Nicole, y a mi hermana Catalina y sus hijos, que residen todos en Ginebra. Lo contrario sucede con mi hermano Antonio, que vive en la Florida (Estados Unidos).
Vanidades: Cuando usted era estudiante en Ginebra, pertenecía a un grupo que se ocupaba de los residentes de las casas para ancianos. ¿Qué es lo que más recuerda de eso?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Por desgracia, en esta época muchas personas de edad son abandonadas por sus familias y marginadas por la sociedad, y pertenecer a un grupo como ese, fue una hermosa experiencia. Me conmovió la alegría que mostraban esas personas cuando las iba a ver y, sobre todo, las maravillosas historias que me contaban... Fue como un enriquecimiento espiritual para mí. Cuando uno cree dar, no siempre se da cuenta de que realmente es más lo que se recibe a cambio.
La dedicación de la Gran Duquesa a la educación y protección de la infancia, y su compasión por los que sufren, es ya una tradición familiar. Sus abuelos no solo financiaban, sino que les dedicaban tiempo y esfuerzo a obras culturales y filantrópicas en Cuba. María Teresa de Luxemburgo es Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO desde 1997, pertenece a la Mentor Foundation de Londres, para la prevención del abuso de las drogas entre los niños y la gente joven. En su país patrocina la liga de los ciegos, la asociación nacional de enfermeras y la asociación Alzheimer de Luxemburgo;
es presidenta de la organización para la protección de los minusválidos, y de la fundación para la investigación del SIDA.
Vanidades: Usted, como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, debe haber conocido a gente muy interesante...
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Las dos personas que más me impresionaron fueron el profesor Yunus, de Bangladesh, considerado el padre de los microcréditos, y mi ‘colega’, igualmente comprometida con la UNESCO, Kim Phuk, que ha sido llamada ‘la chica Napalm’ por una foto que le tomaron durante el conflicto de Vietnam. Me encanta el rol de Embajadora, porque me permite conocer a personas que han llevado una existencia extraordinaria. ¡Es estimulante ver cómo se comprometen con una causa y dan un ejemplo tan bello! A nivel de experiencias me gustaría contar una que me conmovió hasta las lágrimas, y ocurrió en Bangladesh. Recuerdo que durante mi primera visita a ese país en 1998, como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, una mujer necesitada de ayuda vino a verme con su hijo, que tenía unos 10 años en aquella época y, gracias al microcrédito que recibió, cuando volví a verla años más tarde había logrado darle educación a su hijo, y este se preparaba para comenzar sus estudios de ingeniería. El hijo de otra estaba formándose para hacerse piloto. Son muchas las mujeres beneficiadas con los microcréditos, que cuando vinieron a verme por primera vez estaban en la miseria con sus hijos, hoy de 18 ó 20 años. Esta gente joven se ha levantado, y muchos han alcanzado la enseñanza superior. Al principio, el doctor Yunus soñaba con que esos niños pudieran al menos pasar la escuela primaria, y resulta que ahora algunos están en la universidad. Por supuesto que no todos han llegado tan lejos, pero imagínense la revolución que el microcrédito debe representar para las mujeres de un país que hace solo unos años se morían de hambre en la calle.
Vanidades: Usted ha estudiado canto y música, y también guitarra. ¿Cuál es la música popular que más le gusta y sus compositores clásicos favoritos?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: No olviden que la danza clásica está también entre las ramas artísticas que más practiqué en mi juventud. Sobre mis gustos musicales, le dejo más bien el repertorio clásico al Gran Duque, que es un apasionado de esa música, y confieso una ligera tendencia hacia los compositores de fines del siglo XIX, pero lo que me interesa es la música moderna y en particular, la música cubana. A veces intercambio los CD con mis hijos.
Vanidades: ¿Qué sintió cuando pudo volver a su país natal?
S.A.R. la gran duquesa María Teresa: Tuve la ocasión de volver a ver a Cuba en el año 2002, y ese viaje conllevó para mí una fuerte dosis emocional. No hay que olvidar que el desarraigo tuvo lugar cuando yo tenía tres años, y si bien uno no recuerda gran cosa cuando ha dejado su país a esa edad, también es cierto que lo que más embellecemos es lo que nos ha ocurrido en los primeros años de nuestra vida. En esa visita me acompañaron mis hijos Félix y Luis, y mi hermana Catalina y su hija mayor, Katarina. Espero ardientemente tener la ocasión de visitar mi isla con mi marido y mis hijos. Cuando estemos allí todos reunidos, me habrá sido concedido un deseo que acaricio desde hace tiempo.

María Teresa de joven.

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Acá el bombonazo del segundo hijo "
FELIX"
"

Que linda estaba de novia.!