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Re:
CANONIZACION DE LOS BEATOS JUAN XXIII Y JUAN PABLO II
Tendrá lugar mañana Domingo, día de la Divina Misericordia, en la plaza de San Pedro.
Tendrá lugar mañana Domingo, día de la Divina Misericordia, en la plaza de San Pedro.
Invitado- Invitado
Re:
LA PREVIA DE LA CANONIZACION
Las fases de la ceremonia de canonización... y las oraciones previas: un fin de semana intenso
La canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII incluye una amplia oferta en Internet
Los dos postuladores comentan las debilidades humanas de los nuevos papas santos que han estudiado
La Santa Sede confirma que Benedicto XVI estará en la canonización: ¡el día de los cuatro Papas!
El Patriarca de Constantinopla señala el valor de Juan XXIII como pionero y patrón del ecumenismo
«Vi junto a mi cama al papa Juan, con hábito papal»... y Sor Caterina se curó milagrosamente
Los peregrinos en Roma tienen por delante unas horas intensas este fin de semana en la Ciudad Eterna, que empieza al atardecer con una ´Noche Blanca´ de oración, como preparación a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
De esta forma los fieles llegados de todas partes del mundo, se prepararán espiritualmente para vivir este evento histórico.
Este es el cronograma de un fin de semana especial:
7 p.m. del sábado: Empieza la ´Noche Blanca´ de oración en la iglesia Santa María Monte Santo, el templo donde Juan XXIII fue ordenado sacerdote. Otras 11 iglesias del centro de Roma también abrirán sus puertas a esa hora para recibir a los fieles que deseen confesarse. Para los peregrinos de lengua española está destinada la Iglesia del Santo Nombre de Jesús, situada en la plaza del Gesù en Roma.
DOMINGO
9 a.m. Empieza la celebración con la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia en la Plaza de San Pedro.
9:30 a.m. Se esperará la Eucaristía con cánticos animados por los coros de la diócesis de Roma, Cracovia y Bérgamo. También estará el coro de las celebraciones vaticanas: el Coro de la Capilla Sixtina.
10 a.m. Inicia la misa con el canto de las letanías. La Eucaristía estará a cargo del Papa Francisco. Además, contará con la presencia de al menos 130 cardenales, 1.000 obispos y 6.000 sacerdotes.
Serán cinco lo religiosos que ayudarán al Papa a celebrar la misa. Hay tres confirmados: el cardenal Vallini, vicario de Roma;
el cardenal Stanisaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II;
y monseñor Francesco Beschi, obispo de Bergamo.
El cardenal Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, preguntará tres veces a Francisco si procede a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Lo hará tres veces para destacar la importancia del hecho en sí. Luego, el Sumo Pontífice pronunciará la fórmula de canonización.
Al finalizar el rito de canonización, habrá una acción de gracias y se retomará la misa en el Gloria.
El Evangelio del día será cantado en latín y griego. El momento más emotivo será la oración del canon de los santos. Allí se mencionará por primera vez a san Juan XXIII y san Juan Pablo II.
12 m.: La ceremonia concluirá con la oración del Regina Coeli. El Papa Francisco saludará a las delegaciones en el Sagrado y luego abordará un coche para saludar a los fieles
Las fases de la ceremonia de canonización... y las oraciones previas: un fin de semana intenso
La canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII incluye una amplia oferta en Internet
Los dos postuladores comentan las debilidades humanas de los nuevos papas santos que han estudiado
La Santa Sede confirma que Benedicto XVI estará en la canonización: ¡el día de los cuatro Papas!
El Patriarca de Constantinopla señala el valor de Juan XXIII como pionero y patrón del ecumenismo
«Vi junto a mi cama al papa Juan, con hábito papal»... y Sor Caterina se curó milagrosamente
Los peregrinos en Roma tienen por delante unas horas intensas este fin de semana en la Ciudad Eterna, que empieza al atardecer con una ´Noche Blanca´ de oración, como preparación a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
De esta forma los fieles llegados de todas partes del mundo, se prepararán espiritualmente para vivir este evento histórico.
Este es el cronograma de un fin de semana especial:
7 p.m. del sábado: Empieza la ´Noche Blanca´ de oración en la iglesia Santa María Monte Santo, el templo donde Juan XXIII fue ordenado sacerdote. Otras 11 iglesias del centro de Roma también abrirán sus puertas a esa hora para recibir a los fieles que deseen confesarse. Para los peregrinos de lengua española está destinada la Iglesia del Santo Nombre de Jesús, situada en la plaza del Gesù en Roma.
DOMINGO
9 a.m. Empieza la celebración con la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia en la Plaza de San Pedro.
9:30 a.m. Se esperará la Eucaristía con cánticos animados por los coros de la diócesis de Roma, Cracovia y Bérgamo. También estará el coro de las celebraciones vaticanas: el Coro de la Capilla Sixtina.
10 a.m. Inicia la misa con el canto de las letanías. La Eucaristía estará a cargo del Papa Francisco. Además, contará con la presencia de al menos 130 cardenales, 1.000 obispos y 6.000 sacerdotes.
Serán cinco lo religiosos que ayudarán al Papa a celebrar la misa. Hay tres confirmados: el cardenal Vallini, vicario de Roma;
el cardenal Stanisaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II;
y monseñor Francesco Beschi, obispo de Bergamo.
El cardenal Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, preguntará tres veces a Francisco si procede a la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Lo hará tres veces para destacar la importancia del hecho en sí. Luego, el Sumo Pontífice pronunciará la fórmula de canonización.
Al finalizar el rito de canonización, habrá una acción de gracias y se retomará la misa en el Gloria.
El Evangelio del día será cantado en latín y griego. El momento más emotivo será la oración del canon de los santos. Allí se mencionará por primera vez a san Juan XXIII y san Juan Pablo II.
12 m.: La ceremonia concluirá con la oración del Regina Coeli. El Papa Francisco saludará a las delegaciones en el Sagrado y luego abordará un coche para saludar a los fieles
Reina Beatrix- Su Alteza Serenísima
- Mensajes : 354
Fecha de inscripción : 26/02/2011
Re:
¡Qué lástima, Luz, que no aparezca el título de tu TEMA en el listado.
¡Qué día mañana!
¡Qué día mañana!
cristi- Su Alteza Serenísima
- Mensajes : 608
Fecha de inscripción : 08/02/2014
Re:
Siento los problemas que está atravesando el Foro debido a causas ajenas a la Administración. Lo cierto es que poco podemos hacer. Espero que nos disculpéis.
Invitado- Invitado
Re:
27/04/14 - 08:16
"
Ante una multitud de un millón de personas que llegaron a Roma y que solo un quinto logró ver la ceremonia de la doble canonización, Francisco respiró hondamente, hizo una pausa y recitó la fórmula. Dijo que tras deliberar y consultar por la ayuda divina "
declaramos benditos y definimos que Juan XXIII y Juan Pablo II sean santos y los incluimos entre los santos, decretando que de esa manera sean venerados por toda la Iglesia"
.
A su derecha en el sagrario de la basílica de San Pedro, en los escalones de la plaza, lo observaba el cuarto papa de esta jornada nunca vista en la historia de la Iglesia: Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, Papa emérito que renunció el 28 de febrero.
Ratzinger se sento en el lugar reservado a los 150 cardenales que concelebraron con los dos pontífices la santificación de los dos papas más populares del siglo XX. Con ellos estaban 700 obispos que también concelebraron en la misa.
Dos papas vivos canonizaron pues a dos santos que, como dijo después en su homilía forman ahora la vanguardia de la Iglesia, pues son los santos "
los que llevan y hacen crecer a la Iglesia"
. Jorge Bergoglio, desde el altar, agregó que "
Juan XXIII y Juan Pablo II han colaborado con el Espíritu Santo para actualizar a la Iglesia según su fisonomía originaria, que le han dado los santos en el curso de los siglos"
.
Según cálculos de la policía alrededor de 250 mil fieles y turistas pudieron entrar en la plaza de San Pedro y en la vía de la Conciliación de 500 metros, que pudieron ovacionar a Francisco cuando recorrió por corredores de seguridad el lugar saludando de cerca, aunque sin deternerse, a la multitud.
El resto del millón que llegaron a Roma debieron distruibuirse en los principales lugares de la Ciudad Eterna donde habían sido instaladas 19 pantallas gigantetes.
Tras haber proclamado santos a Juan Pablo II y Juan XXIII el Papa dijo en el sermón que "
los estigmas de Jesús son escándalo para la fe, pero también son la verificación de la fe"
. Jorge Bergoglio saludo a los 24 jefes de estado, 10 jefes de gobierno y a las demas delegaciones de gobiernos extranjeros que eran 122.
De los dos nuevos papas santos dijo que fueron "
sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Ellos han conocido las tragedias pero no fueron embestidos por ellas. Más fuerte en ellos era Dios, más fuerte era la fe en Jesucristo"
.
De los ochenta papas santos de los 266 pontífices reconocidos en la historia de la Iglesia, en el siglo XX había sido proclamado solo uno: Pío X, por decisión de Pío XX en 1954.
Ayer y esta mañana temprano llovió en la ciudad, pero no mojó el entusiaso de la impresionante multitud, que ovacionó a Francisco, saludó con afectuosos aplausos a Benedicto XVI y vivó repetidamente a Juan XII y Juan Pablo II, cuyas imagenes en retrados gigantescos pintados fueron colocados en el frente de la basílica de San Pedro.
Francisco agradeció especialmente a los peregrinos provenientes de Polonia, patria de Juan Pablo II, y de la zona de Bergamo, cerca de Milán, lugar natal de Juan XXIII.
Al concluir la misa, Jorge Bergoglio, que caminaba empuñando el pastoral del Triunfo de Cristo que utilizaba Pablo VI, descendió del sagrario para ir a saludar a su amigo Benedicto XVI, a quién había abrazado al llegar a las 10 de la mañana (cinco horas menos en la Argentina) para comenzar la ceremonia, que duró dos horas.
A las dos de la tarde fue abierta la basílica de SanPedro a los peregrinos que corrieron a rezar en las tumbas de Juan XXIII y Juan Pablo II, que se encuentran vecinas al altar mayor de la basílica."
http://www.clarin.com/
cristi- Su Alteza Serenísima
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Fecha de inscripción : 08/02/2014
Re:
¿QUIÉN FUE JUAN XXIII?
Angelo Giuseppe Roncalli: Juan XXIII
Fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y 1963. En su dilatada labor apostólica, ocupó cargos de relevancia en el período de preguerra.
HISTÓRICA CANONIZACIÓN EN EL VATICANO
27/04/14 - 06:08
"
Para todo el mundo el papa Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, fue el “Papa Bueno” con un trato afable y gestos llenos de misericordia, además de haber acercado su pontificado a la gente. Desde este domingo es también el “santo del Concilio Vaticano II”, el mismo que convocó para que la Iglesia abriera sus ventanales y dejara entrar el aire fresco.
Juan XXIII (1881-1963) según su postulador Fray Giovangiuseppe Califano logró tras su muerte “una vasta fama de santidad”. Tal como ocurrió años después con Juan Pablo II, la gente que acudió a despedirlo en la Plaza San Pedro gritaba “santo súbito”, pidiendo su rápida canonización.
La causa se inició en 1966 a pedido de Bérgamo, la diócesis natal del Papa, y se aceleró con el pedido de canonización en el marco de los 50 años de la muerte de Juan XXIII, en coincidencia con los 50 del inicio del Vaticano II y del Año de la Fe, indicó el postulador.
“Aggiornare” es una de las palabras que sirven para calificar su inmenso legado. Ese verbo que en italiano significa renovar, actualizar o poner al día fue un desafío que cambió para siempre a la Iglesia Católica. La paz y el ecumenismo fueron otros estandartes de su pontificado al que se consideró de transición pero terminó siendo el fundamento de una nueva época.
Con su encíclica Pacem in terris donde sostuvo que la paz entre todos los pueblos ha de fundarse en la verdad, la justica, el amor y la libertad dejó una brillante herencia para el mundo, que completaría después el Vaticano II, continuado por su sucesor Pablo VI. Dirigió su mensaje también a “todos los hombres de buena voluntad” inaugurando una comunicación novedosa entre la Santa Sede y el mundo.
El postulador Califano agregó que el ecumenismo fue otra joya de la notable producción pastoral de Juan XXIII. Añadió que “gracias a los diarios íntimos del alma de Juan XXIII podemos conocer su santidad en todas las etapas de su vida”. Entre ellas, “a los 23 años su empeño de hacerse santo, apoyándose en cuatro puntos: el espíritu de unión con Jesús;
el recogimiento del corazón;
el rezo del santo rosario;
la vigilancia en las propias acciones”.
Sus pequeños gestos distinguieron para siempre la forma de actuar desde la silla de Pedro. El inauguró esa bella costumbre del Angelus, desde la ventana de los aposentos papales, que concluye cada domingo con una simple catequesis del pontífice, como lo hace Francisco semana a semana, cuando se encuentra en Roma.
También se recuerda que el “Papa Bueno” fue el primero en salir de las murallas vaticanas para visitar las iglesias de Roma. El papa Roncalli también visitó cárceles y hospitales, tendiendo puentes que pusieran fin a las guerras y a la tensión mundial, caracterizada entonces por la “Guerra Fría”.
Los datos biográficos indican que Angelo nació en 1881 en Sotto il Monte, tercero de los once hijos de Giambattista Roncalli y Mariana Mazzola, una familia de campesinos que vivían sin nada de lujos.
Doctorado en teología y sacerdote a los 22 años, con su primera misa en la Basílica de San Pedro, sirvió como capellán y sargento sanitario en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
El Papa Benedicto XV lo eligió para dirigir la Propagación de la Fe, en 1925 Pío XI lo nombró visitador apostólico en Bulgaria donde permaneció hasta 1935. Finalizada la Segunda Guerra Mundial fue enviado como nuncio a París por el papa Pío XII quien lo creó cardenal en 1953 con sede en Venecia. Sucedió a Pío XII el 28 de octubre de 1958, convocando al Concilio Ecuménico Vaticano II el 25 de abril de 1959. Falleció el 3 de junio de 1963 y Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre de 2000, siendo canonizado este domingo 27 de abril por el papa Francisco."
http://www.clarin.com/mundo/Angelo-Giuseppe-Roncalli-Juan-XXIII_0_1127887461.html
Angelo Giuseppe Roncalli: Juan XXIII
Fue el papa número 261 de la Iglesia católica entre 1958 y 1963. En su dilatada labor apostólica, ocupó cargos de relevancia en el período de preguerra.
HISTÓRICA CANONIZACIÓN EN EL VATICANO
27/04/14 - 06:08
"
Para todo el mundo el papa Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, fue el “Papa Bueno” con un trato afable y gestos llenos de misericordia, además de haber acercado su pontificado a la gente. Desde este domingo es también el “santo del Concilio Vaticano II”, el mismo que convocó para que la Iglesia abriera sus ventanales y dejara entrar el aire fresco.
Juan XXIII (1881-1963) según su postulador Fray Giovangiuseppe Califano logró tras su muerte “una vasta fama de santidad”. Tal como ocurrió años después con Juan Pablo II, la gente que acudió a despedirlo en la Plaza San Pedro gritaba “santo súbito”, pidiendo su rápida canonización.
La causa se inició en 1966 a pedido de Bérgamo, la diócesis natal del Papa, y se aceleró con el pedido de canonización en el marco de los 50 años de la muerte de Juan XXIII, en coincidencia con los 50 del inicio del Vaticano II y del Año de la Fe, indicó el postulador.
“Aggiornare” es una de las palabras que sirven para calificar su inmenso legado. Ese verbo que en italiano significa renovar, actualizar o poner al día fue un desafío que cambió para siempre a la Iglesia Católica. La paz y el ecumenismo fueron otros estandartes de su pontificado al que se consideró de transición pero terminó siendo el fundamento de una nueva época.
Con su encíclica Pacem in terris donde sostuvo que la paz entre todos los pueblos ha de fundarse en la verdad, la justica, el amor y la libertad dejó una brillante herencia para el mundo, que completaría después el Vaticano II, continuado por su sucesor Pablo VI. Dirigió su mensaje también a “todos los hombres de buena voluntad” inaugurando una comunicación novedosa entre la Santa Sede y el mundo.
El postulador Califano agregó que el ecumenismo fue otra joya de la notable producción pastoral de Juan XXIII. Añadió que “gracias a los diarios íntimos del alma de Juan XXIII podemos conocer su santidad en todas las etapas de su vida”. Entre ellas, “a los 23 años su empeño de hacerse santo, apoyándose en cuatro puntos: el espíritu de unión con Jesús;
el recogimiento del corazón;
el rezo del santo rosario;
la vigilancia en las propias acciones”.
Sus pequeños gestos distinguieron para siempre la forma de actuar desde la silla de Pedro. El inauguró esa bella costumbre del Angelus, desde la ventana de los aposentos papales, que concluye cada domingo con una simple catequesis del pontífice, como lo hace Francisco semana a semana, cuando se encuentra en Roma.
También se recuerda que el “Papa Bueno” fue el primero en salir de las murallas vaticanas para visitar las iglesias de Roma. El papa Roncalli también visitó cárceles y hospitales, tendiendo puentes que pusieran fin a las guerras y a la tensión mundial, caracterizada entonces por la “Guerra Fría”.
Los datos biográficos indican que Angelo nació en 1881 en Sotto il Monte, tercero de los once hijos de Giambattista Roncalli y Mariana Mazzola, una familia de campesinos que vivían sin nada de lujos.
Doctorado en teología y sacerdote a los 22 años, con su primera misa en la Basílica de San Pedro, sirvió como capellán y sargento sanitario en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
El Papa Benedicto XV lo eligió para dirigir la Propagación de la Fe, en 1925 Pío XI lo nombró visitador apostólico en Bulgaria donde permaneció hasta 1935. Finalizada la Segunda Guerra Mundial fue enviado como nuncio a París por el papa Pío XII quien lo creó cardenal en 1953 con sede en Venecia. Sucedió a Pío XII el 28 de octubre de 1958, convocando al Concilio Ecuménico Vaticano II el 25 de abril de 1959. Falleció el 3 de junio de 1963 y Juan Pablo II lo beatificó el 3 de septiembre de 2000, siendo canonizado este domingo 27 de abril por el papa Francisco."
http://www.clarin.com/mundo/Angelo-Giuseppe-Roncalli-Juan-XXIII_0_1127887461.html
cristi- Su Alteza Serenísima
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Fecha de inscripción : 08/02/2014
Re:
¿QUIÉN FUE JUAN PABLO II?
El Papa que evitó la guerra con Chile y oró por la paz durante la de Malvinas
Juan Pablo II fue central para Argentina por su papel en aquel conflicto y su rezo aquí para detener la otra guerra.
HISTÓRICA CANONIZACIÓN EN EL VATICANO
27/04/14
"
No fue en su Polonia natal, aplastada por entonces por el imperio soviético, donde surgió el primer desafío de Juan Pablo II apenas llegado al trono de Pedro, sino a miles de kilómetros. Corría diciembre de 1978 y la dictadura que gobernaba la Argentina había decidido ir a la guerra con Chile luego de un laudo de la corona británica por un viejo diferendo limítrofe en la zona austral que le dio la razón al país trasandino. El comienzo de la conflagración era imparable, salvo un “milagro”. Y ese “milagro” se produjo: fue la intervención del nuevo pontífice que evitó “sobre la hora” un desastre de consecuencias imprevisibles.
En los meses previos, la dinámica belicista había cobrado un vértigo estremecedor. Figuras de la Iglesia como el cardenal Raúl Primatesta y el nuncio apostólico Pío Laghi, y diplomáticas como el embajador de EE.UU. Raúl Castro, eran conscientes de que no estaban en presencia de bravuconadas, sino que la guerra estaba a la vuelta de la esquina. Fue así que comenzó a considerarse, como último recurso, en una intervención papal. Pero el Vaticano se mostraba renuente. Entre otras cosas, porque no creía que la situación era tan grave. Y porque no quería involucrar tan directamente a un Papa que, por lo demás, llevaba tan solo dos meses de pontificado.
Fueron frenéticas las gestiones de Primatesta (que inició en Roma) y de Laghi para convencer a la curia romana de que no quedaba otro recurso. El nuncio llegó a pedirle a Castro que el entonces presidente James Carter le transmitiera al Papa la gravedad de la situación. Pero el tiempo se acababa. Y, en cierta forma, se acabó, de no ser por la “mano de Dios”: cuando el 20 de diciembre las tropas argentinas se aprestaban a atacar una fuerte tormenta detuvo las acciones. El “milagro” empezaba a concretarse. Se ganaban así las horas que a la postre permitieron que el Papa, en un gesto audaz, decidiera intervenir.
En la Nochebuena emprendía el viaje a la Argentina y Chile un enviado papal, el cardenal Antonio Samoré, con la ardua misión de detener la guerra. Los dos pueblos –que venían de meses de angustia- lo recibieron con expectación. El purpurado, de voz y mirada serena, iba y venía de un lado y otro de la cordillera. Su famosa frase “hay una lucecita de esperanza” era más una expresión de deseo. Finalmente, en enero, en Montevideo, ambos países se comprometieron a renunciar a la guerra. Y pidieron la mediación papal.
Muchos años después, uno de los acompañantes de Samoré en aquel histórico viaje, monseñor Faustino Sainz Muñoz, dijo que el enviado papal venía también con el fin de convencer a las partes de no pedir la mediación del Papa, pero que los gobiernos la pusieron como condición para renunciar a las armas. Así, empezaron las negociaciones en el Vaticano que acabaron con una propuesta papal que la dictadura argentina no aceptó. Recién con la vuelta a la democracia –consulta popular de por medio- se la aprobó.
La Argentina volvería a sobresaltar a Juan Pablo II en 1982 y a convertirlo otra vez en heraldo de la paz ante el estallido de la guerra de Malvinas. En aquel entonces, el Papa –como parte de sus viajes por el mundo- tenía programada una visita a Gran Bretaña. Pero consideró que ello lo obligaba –en una situación tan dramática- a estar también cerca de los argentinos. De un día para el otro, decidió venir al país para rezar por la paz en una misa multitudinaria junto al Monumento de los Españoles.
Al grito de ¡Queremos la paz!, aquella cita obró como un bálsamo cuando la derrota argentina era ya inevitable y cientos de argentinos dejaban sus vidas en las islas, víctimas de otro desvarío de la dictadura. ¿Qué hubiese pasado si Juan Pablo II no habría intervenido en el conflicto con Chile? La tragedia habría sido inmensamente mayor. El país tiene una deuda de gratitud con el nuevo santo."
Y también estuvo en la Basílica de mi ciudad, Luján, y ofició una misa a la que por primera vez fueron invitados representantes de otras religiones.
:-) :-) :-) :-)
El Papa que evitó la guerra con Chile y oró por la paz durante la de Malvinas
Juan Pablo II fue central para Argentina por su papel en aquel conflicto y su rezo aquí para detener la otra guerra.
HISTÓRICA CANONIZACIÓN EN EL VATICANO
27/04/14
"
No fue en su Polonia natal, aplastada por entonces por el imperio soviético, donde surgió el primer desafío de Juan Pablo II apenas llegado al trono de Pedro, sino a miles de kilómetros. Corría diciembre de 1978 y la dictadura que gobernaba la Argentina había decidido ir a la guerra con Chile luego de un laudo de la corona británica por un viejo diferendo limítrofe en la zona austral que le dio la razón al país trasandino. El comienzo de la conflagración era imparable, salvo un “milagro”. Y ese “milagro” se produjo: fue la intervención del nuevo pontífice que evitó “sobre la hora” un desastre de consecuencias imprevisibles.
En los meses previos, la dinámica belicista había cobrado un vértigo estremecedor. Figuras de la Iglesia como el cardenal Raúl Primatesta y el nuncio apostólico Pío Laghi, y diplomáticas como el embajador de EE.UU. Raúl Castro, eran conscientes de que no estaban en presencia de bravuconadas, sino que la guerra estaba a la vuelta de la esquina. Fue así que comenzó a considerarse, como último recurso, en una intervención papal. Pero el Vaticano se mostraba renuente. Entre otras cosas, porque no creía que la situación era tan grave. Y porque no quería involucrar tan directamente a un Papa que, por lo demás, llevaba tan solo dos meses de pontificado.
Fueron frenéticas las gestiones de Primatesta (que inició en Roma) y de Laghi para convencer a la curia romana de que no quedaba otro recurso. El nuncio llegó a pedirle a Castro que el entonces presidente James Carter le transmitiera al Papa la gravedad de la situación. Pero el tiempo se acababa. Y, en cierta forma, se acabó, de no ser por la “mano de Dios”: cuando el 20 de diciembre las tropas argentinas se aprestaban a atacar una fuerte tormenta detuvo las acciones. El “milagro” empezaba a concretarse. Se ganaban así las horas que a la postre permitieron que el Papa, en un gesto audaz, decidiera intervenir.
En la Nochebuena emprendía el viaje a la Argentina y Chile un enviado papal, el cardenal Antonio Samoré, con la ardua misión de detener la guerra. Los dos pueblos –que venían de meses de angustia- lo recibieron con expectación. El purpurado, de voz y mirada serena, iba y venía de un lado y otro de la cordillera. Su famosa frase “hay una lucecita de esperanza” era más una expresión de deseo. Finalmente, en enero, en Montevideo, ambos países se comprometieron a renunciar a la guerra. Y pidieron la mediación papal.
Muchos años después, uno de los acompañantes de Samoré en aquel histórico viaje, monseñor Faustino Sainz Muñoz, dijo que el enviado papal venía también con el fin de convencer a las partes de no pedir la mediación del Papa, pero que los gobiernos la pusieron como condición para renunciar a las armas. Así, empezaron las negociaciones en el Vaticano que acabaron con una propuesta papal que la dictadura argentina no aceptó. Recién con la vuelta a la democracia –consulta popular de por medio- se la aprobó.
La Argentina volvería a sobresaltar a Juan Pablo II en 1982 y a convertirlo otra vez en heraldo de la paz ante el estallido de la guerra de Malvinas. En aquel entonces, el Papa –como parte de sus viajes por el mundo- tenía programada una visita a Gran Bretaña. Pero consideró que ello lo obligaba –en una situación tan dramática- a estar también cerca de los argentinos. De un día para el otro, decidió venir al país para rezar por la paz en una misa multitudinaria junto al Monumento de los Españoles.
Al grito de ¡Queremos la paz!, aquella cita obró como un bálsamo cuando la derrota argentina era ya inevitable y cientos de argentinos dejaban sus vidas en las islas, víctimas de otro desvarío de la dictadura. ¿Qué hubiese pasado si Juan Pablo II no habría intervenido en el conflicto con Chile? La tragedia habría sido inmensamente mayor. El país tiene una deuda de gratitud con el nuevo santo."
Y también estuvo en la Basílica de mi ciudad, Luján, y ofició una misa a la que por primera vez fueron invitados representantes de otras religiones.
:-) :-) :-) :-)
cristi- Su Alteza Serenísima
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Fecha de inscripción : 08/02/2014
Re:
Otra visión del tema (http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-245048-2014-04-28.html)
Dos papas santos y un show universal
Juan XXIII hizo el principal cambio en la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II;
Juan Pablo II contribuyó en Europa del Este a la caída del bloque comunista. Hay quienes señalan que Francisco quiso hacer equilibrio entre ambas canonizaciones.
Por Elena Llorente
Desde Roma
"
Dos papas fallecidos y canonizados ante la presencia de dos papas vivos no tiene precedentes en la Iglesia, y seguramente va a marcar los anales de la historia por mucho tiempo. El papa Francisco canonizó ayer a Juan XXIII y a Juan Pablo II, mientras entre las destacadas figuras presentes aparecía el papa emérito Benedicto XVI, que fuera colaborador estrecho de Juan Pablo II. A la ceremonia en la Plaza de San Pedro asistió medio millón de peregrinos de todo el mundo y otros 300 mil miraron el evento a través de las pantallas gigantes dispuestas en puntos estratégicos de Roma. Pero los números fueron impresionantes también a otros niveles. Se habló de seis mil sacerdotes presentes, de cerca de 130 cardenales y unos 2200 periodistas. Unos 1200 micros llegaron a Roma de Polonia y del resto de Italia. Según el Vaticano, fueron 93 las delegaciones oficiales presentes, quince de ellas latinoamericanas, cuatro encabezadas por presidentes: El Salvador, Honduras, Ecuador y Paraguay. A la cabeza de la representación argentina estuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
Esta experiencia ha significado para la Argentina “un reconocimiento a Juan XXIII, que hizo el principal cambio en la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II –dijo el diputado Domínguez a Página/12–. Y también un reconocimiento a Juan Pablo II, que estuvo tan presente en momentos muy importantes de la Argentina”, como la guerra de Malvinas y el conflicto con Chile por el Canal de Beagle. El presidente de la Cámara de Diputados recordó además como otro momento importante para su generación el Encuentro Mundial de la Juventud de 1993 en Cracovia, donde tuvo un encuentro personal con Juan Pablo II.
Francisco –con el que se verá nuevamente mañana, ya que asistirá a la misa mañanera que el propio Papa celebra en Santa Marta, donde vive– significa cosas importantes en este momento, añadió: “Un nuevo tiempo, un despertar para América latina, la primacía de la doctrina social de la Iglesia y la convocatoria a trabajar por un mundo más justo”. Domínguez, por otra parte, habló de “un momento muy intenso” cuando ayer Francisco, al final de la ceremonia, le preguntó por la presidenta Cristina Fernández.
¿Una operación de marketing?
–Toda la ceremonia de canonización, por primera vez también en la historia, fue transmitida televisivamente en tres dimensiones hacia varios países europeos y en cines de América latina, una técnica que, pese a que exige el uso de lentes especiales, da una impresión mucho más viva del evento. La transmisión se logró gracias a la colaboración de un superconocido grupo televisivo y la televisión vaticana. Las grabaciones de la ceremonia, se explicó en una rueda de prensa, van a pasar a formar parte de los archivos vaticanos, marcando un hecho histórico también a nivel de tecnología. Según algunos periodistas de la prensa extranjera acreditada en Roma, se trata de una verdadera operación de marketing con la que el Vaticano trata de presentar la vieja institución de la Iglesia a través de las ultimísimas tecnologías de medios de difusión, dándole un toque de actualidad y haciéndola más cercana a la gente.
Decenas y decenas de banderas polacas acompañaron ayer a los miles de peregrinos del país natal de San Juan Pablo II, venidos a Roma para la canonización. Pero hubo también alguna bandera argentina y de Chile, México, Perú y Costa Rica, entre otros. Pocas de Italia, pese a que Juan XXIII era italiano. Cuando el papa Francisco apareció en la plaza, hubo aplausos, pero no como la ovación que se produjo cuando poco antes había entrado el papa emérito Benedicto XVI, colaborador y consejero a nivel doctrinal de Juan Pablo II. Benedicto y Francisco se abrazaron antes de comenzar y al final de la ceremonia, como dando a entender al mundo que su convivencia es cordial. Los aplausos que aparecieron débiles para Francisco al principio, se intensificaron en fuerza y duración cuando el Papa argentino subió al Papamóvil y dio una vuelta por la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione. La plaza se había ido llenado desde muy temprano. Muchos pasaron la noche allí, en sus calles aledañas, durmiendo en el piso o sobre diarios o mantas. A medida que fueron pasando las horas, la circulación se hizo imposible. Dar un paso podía significar pisarle la mano o la cabeza a alguno.
En la homilía de la misa, Francisco habló de los dos papas santos como de “hombres valerosos” que fueron “sacerdotes, obispos y papas en el siglo XX, conocieron sus tragedias, pero no se asustaron”. Y hay quien pensó que con eso de que no tuvieron miedo estaba también haciendo una alusión a sí mismo. Porque de lo que algunos están seguros es de que con Francisco, la Iglesia está apurando el paso y simplificando, por así decirlo, sus complejos procesos. Y por eso ha recibido no pocas críticas de sectores conservadores de la Iglesia. Un famoso periodista vaticanista de Roma, Sandro Magistris, llamó a Francisco en un artículo muy peyorativo “el último papa-rey” que “piensa sólo en su figura y no en la institución Iglesia”, queriendo indicar con ello que, como un monarca, hace lo que quiere porque no le rinde cuentas a nadie. Magistris no se refirió sólo a las canonizaciones sino que de hecho apuntaba a las muchas medidas que el papa Francisco ha tomado para cambiar el Vaticano, que han creado no pocas reacciones negativas en el seno de la Iglesia italiana.
Críticas a la canonización
En la canonización de Juan XXIII, en efecto, Francisco decidió no exigir la demostración de un segundo milagro, que el Derecho Canónico impone para poder ser consagrado santo. Según el portavoz vaticano padre Federico Lombardi, el papa Francisco recibió una carta de la Diócesis de Bérgamo –norte de Italia, de donde es originario Juan XXIII–, pidiéndole que, dado que es su derecho, el Papa saltara la exigencia del segundo milagro y lo canonizara porque tenía méritos suficientes. Juan XXIII tuvo la genial idea de organizar un concilio, es decir una suerte de congreso de los obispos y cardenales de todo el mundo, para cambiar la Iglesia. Y en efecto, el Concilio Vaticano II, iniciado en 1962 durante su papado, actualizó y adaptó la Iglesia a los nuevos tiempos y fue verdaderamente revolucionario en muchos aspectos. Entre las muchas cosas que cambió fue permitir que la misa se oficiara en el idioma local y no en latín, como era hasta ese momento, e hizo que se hiciera más sensible a las realidades locales y se acercara a ellas. De esa realidad nació la Teología de la Liberación latinoamericana, condenada y prohibida por Juan Pablo II y por el entonces guardián de la fe, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI. Ahora, con el papa Francisco, la Teología de la Liberación parece haber tomado un nuevo espacio. Juan Pablo II surgió en un momento en que había que derrotar al comunismo, religiosa y políticamente. ¿Qué mejor para eso que un cardenal polaco, que al comunismo lo conocía desde adentro? Algunos suponen que Francisco quiso las dos canonizaciones para equilibrar la situación un poco y retomar algunos principios de la Iglesia, de Juan XXIII y del Concilio, que se habían perdido."
Me gustaría saber cuál es la opinión de ustedes.
Dos papas santos y un show universal
Juan XXIII hizo el principal cambio en la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II;
Juan Pablo II contribuyó en Europa del Este a la caída del bloque comunista. Hay quienes señalan que Francisco quiso hacer equilibrio entre ambas canonizaciones.
Por Elena Llorente
Desde Roma
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Dos papas fallecidos y canonizados ante la presencia de dos papas vivos no tiene precedentes en la Iglesia, y seguramente va a marcar los anales de la historia por mucho tiempo. El papa Francisco canonizó ayer a Juan XXIII y a Juan Pablo II, mientras entre las destacadas figuras presentes aparecía el papa emérito Benedicto XVI, que fuera colaborador estrecho de Juan Pablo II. A la ceremonia en la Plaza de San Pedro asistió medio millón de peregrinos de todo el mundo y otros 300 mil miraron el evento a través de las pantallas gigantes dispuestas en puntos estratégicos de Roma. Pero los números fueron impresionantes también a otros niveles. Se habló de seis mil sacerdotes presentes, de cerca de 130 cardenales y unos 2200 periodistas. Unos 1200 micros llegaron a Roma de Polonia y del resto de Italia. Según el Vaticano, fueron 93 las delegaciones oficiales presentes, quince de ellas latinoamericanas, cuatro encabezadas por presidentes: El Salvador, Honduras, Ecuador y Paraguay. A la cabeza de la representación argentina estuvo el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
Esta experiencia ha significado para la Argentina “un reconocimiento a Juan XXIII, que hizo el principal cambio en la Iglesia al convocar el Concilio Vaticano II –dijo el diputado Domínguez a Página/12–. Y también un reconocimiento a Juan Pablo II, que estuvo tan presente en momentos muy importantes de la Argentina”, como la guerra de Malvinas y el conflicto con Chile por el Canal de Beagle. El presidente de la Cámara de Diputados recordó además como otro momento importante para su generación el Encuentro Mundial de la Juventud de 1993 en Cracovia, donde tuvo un encuentro personal con Juan Pablo II.
Francisco –con el que se verá nuevamente mañana, ya que asistirá a la misa mañanera que el propio Papa celebra en Santa Marta, donde vive– significa cosas importantes en este momento, añadió: “Un nuevo tiempo, un despertar para América latina, la primacía de la doctrina social de la Iglesia y la convocatoria a trabajar por un mundo más justo”. Domínguez, por otra parte, habló de “un momento muy intenso” cuando ayer Francisco, al final de la ceremonia, le preguntó por la presidenta Cristina Fernández.
¿Una operación de marketing?
–Toda la ceremonia de canonización, por primera vez también en la historia, fue transmitida televisivamente en tres dimensiones hacia varios países europeos y en cines de América latina, una técnica que, pese a que exige el uso de lentes especiales, da una impresión mucho más viva del evento. La transmisión se logró gracias a la colaboración de un superconocido grupo televisivo y la televisión vaticana. Las grabaciones de la ceremonia, se explicó en una rueda de prensa, van a pasar a formar parte de los archivos vaticanos, marcando un hecho histórico también a nivel de tecnología. Según algunos periodistas de la prensa extranjera acreditada en Roma, se trata de una verdadera operación de marketing con la que el Vaticano trata de presentar la vieja institución de la Iglesia a través de las ultimísimas tecnologías de medios de difusión, dándole un toque de actualidad y haciéndola más cercana a la gente.
Decenas y decenas de banderas polacas acompañaron ayer a los miles de peregrinos del país natal de San Juan Pablo II, venidos a Roma para la canonización. Pero hubo también alguna bandera argentina y de Chile, México, Perú y Costa Rica, entre otros. Pocas de Italia, pese a que Juan XXIII era italiano. Cuando el papa Francisco apareció en la plaza, hubo aplausos, pero no como la ovación que se produjo cuando poco antes había entrado el papa emérito Benedicto XVI, colaborador y consejero a nivel doctrinal de Juan Pablo II. Benedicto y Francisco se abrazaron antes de comenzar y al final de la ceremonia, como dando a entender al mundo que su convivencia es cordial. Los aplausos que aparecieron débiles para Francisco al principio, se intensificaron en fuerza y duración cuando el Papa argentino subió al Papamóvil y dio una vuelta por la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione. La plaza se había ido llenado desde muy temprano. Muchos pasaron la noche allí, en sus calles aledañas, durmiendo en el piso o sobre diarios o mantas. A medida que fueron pasando las horas, la circulación se hizo imposible. Dar un paso podía significar pisarle la mano o la cabeza a alguno.
En la homilía de la misa, Francisco habló de los dos papas santos como de “hombres valerosos” que fueron “sacerdotes, obispos y papas en el siglo XX, conocieron sus tragedias, pero no se asustaron”. Y hay quien pensó que con eso de que no tuvieron miedo estaba también haciendo una alusión a sí mismo. Porque de lo que algunos están seguros es de que con Francisco, la Iglesia está apurando el paso y simplificando, por así decirlo, sus complejos procesos. Y por eso ha recibido no pocas críticas de sectores conservadores de la Iglesia. Un famoso periodista vaticanista de Roma, Sandro Magistris, llamó a Francisco en un artículo muy peyorativo “el último papa-rey” que “piensa sólo en su figura y no en la institución Iglesia”, queriendo indicar con ello que, como un monarca, hace lo que quiere porque no le rinde cuentas a nadie. Magistris no se refirió sólo a las canonizaciones sino que de hecho apuntaba a las muchas medidas que el papa Francisco ha tomado para cambiar el Vaticano, que han creado no pocas reacciones negativas en el seno de la Iglesia italiana.
Críticas a la canonización
En la canonización de Juan XXIII, en efecto, Francisco decidió no exigir la demostración de un segundo milagro, que el Derecho Canónico impone para poder ser consagrado santo. Según el portavoz vaticano padre Federico Lombardi, el papa Francisco recibió una carta de la Diócesis de Bérgamo –norte de Italia, de donde es originario Juan XXIII–, pidiéndole que, dado que es su derecho, el Papa saltara la exigencia del segundo milagro y lo canonizara porque tenía méritos suficientes. Juan XXIII tuvo la genial idea de organizar un concilio, es decir una suerte de congreso de los obispos y cardenales de todo el mundo, para cambiar la Iglesia. Y en efecto, el Concilio Vaticano II, iniciado en 1962 durante su papado, actualizó y adaptó la Iglesia a los nuevos tiempos y fue verdaderamente revolucionario en muchos aspectos. Entre las muchas cosas que cambió fue permitir que la misa se oficiara en el idioma local y no en latín, como era hasta ese momento, e hizo que se hiciera más sensible a las realidades locales y se acercara a ellas. De esa realidad nació la Teología de la Liberación latinoamericana, condenada y prohibida por Juan Pablo II y por el entonces guardián de la fe, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI. Ahora, con el papa Francisco, la Teología de la Liberación parece haber tomado un nuevo espacio. Juan Pablo II surgió en un momento en que había que derrotar al comunismo, religiosa y políticamente. ¿Qué mejor para eso que un cardenal polaco, que al comunismo lo conocía desde adentro? Algunos suponen que Francisco quiso las dos canonizaciones para equilibrar la situación un poco y retomar algunos principios de la Iglesia, de Juan XXIII y del Concilio, que se habían perdido."
Me gustaría saber cuál es la opinión de ustedes.
cristi- Su Alteza Serenísima
- Mensajes : 608
Fecha de inscripción : 08/02/2014
Re:
Guapísima la Primera Dama de Zimbabwe. ;
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JOY7- Su Alteza Real
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Fecha de inscripción : 03/09/2013
Re:
Conozco a los Papas desde Pío XII (yo era muy niña entonces), pero mi recuerdo de Juan XXIII es uno de infinita bondad y misericordia. No soy teóloga ni mucho menos para poder dicutir los actos de cada Papa, pero mi hermoso recuerdo de Juan XXIII no me lo quita nadie.
JOY7- Su Alteza Real
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Fecha de inscripción : 03/09/2013
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